El Departamento de Estado, de los Estados Unidos de Norteamérica, dio a conocer la cancelación del visado Diplomático y el particular, que tenía en su condición de Presidente de la Junta Central Electoral y como simple ciudadano común y corriente, el doctor Roberto Rosario Márquez.
A mi juicio, esto no es más que una trama bien orquestado por sectores poderosos nacionales y extranjeros, para tratar de descalificar a un funcionario que independientemente de su temperamento personal, solo ha sabido defender con uña y dientes en el país y ante el mundo, la soberanía e independencia de la República Dominicana, en cuanto a la aplicación de la sentencia del Tribunal Constitucional 168-13, sobre el plan nacional de regulación de inmigrantes y la Ley 169-14, remitida al Congreso Nacional por el Presidente Danilo Medina Sánchez y aprobada, creada para resarcir algunas incongruencias y flexibilizar humanamente algunos aspectos de la sentencia 168-13, atendiendo a sugerencias y recomendaciones de sectores nacionales y algunos organismos internacionales.
En el mundo tenemos unos 194 países, por lo que no veo la necesidad de armar todo este alboroto con la cancelación del visado para ingresar a territorio norteamericano, al ciudadano Roberto Rosario Márquez que hoy ocupa la posición de Presidente de la Junta Central Electoral, pero que quizás mañana ya no esté en esa posición, ya sea porque no le interese seguir ocupándola, o porque las circunstancias del momento y política, que siempre son circunstanciales y coyunturales, no le favorezcan.
La mente es libre y cada quien tiene derecho a pensar lo que desee y a expresarse libremente tal y como lo permite la Constitución de la República, pero nosotros que hemos tenido el honor de conocer a Roberto Rosario Márquez, sabemos que no se prestaría a ser coparticipe en acciones reñidas con las buenas costumbres, independientemente de los encontronazos que ha tenido con algunos de los miembros que conforman la Junta Central Electoral, siempre por defender de manera firme y decidida los mejores intereses del país, del sistema de partidos y la gran transformación y modernización a que ha sometido a la institución que dirige.
El Departamento de Estado, tiene el derecho de quitarle el visado como lo ha hecho en los últimos años a más de seis mil dominicanos y dominicanas y no necesariamente por estar vinculados al narcotráfico, lavado de dinero, al crimen organizado, aunque muchos si lo están, si no por el simple hecho de haber violado leyes federales, de haberse pasado del tiempo otorgado por las autoridades de migración para permanecer en territorio norteamericano, por no pagar multas de tránsito, por orinar en las autopistas, etc, etc, etc.
El morbo de muchos medios de comunicación, radiales, escritos, digitales, para buscar incrementar su rating, con el caso del simple ciudadano Roberto Rosario Márquez que hoy abstente una función pública como Presidente de la Junta Central Electoral, no dará sus frutos, pues aquí le han cancelado la visa a muchos ex-funcionarios de todos los gobiernos en los últimos 30 años, a militares con altos y medianos rangos, a empresarios, a periodistas, en fin a muchas personas y nunca han armado tanto alboroto y bulto como en esta oportunidad con el caso de Roberto Rosario Márquez, pero la vida es así, muchas veces quien tu consideras tu mejor amigo de toda una vida, por las mezquindades, la perversión y la corrupción, llega a convertirse en tu peor enemigo, capaz de todo hasta de atentar contra la propia vida, ya sea de manera intelectual como material.
Roberto Rosario Márquez, al igual que su distinguida esposa, hijos y familiares, debe de sentirse orgulloso de la labor que ha realizado al frente de la junta Central Electoral, como gran jurista que ha sido durante décadas y como un hombre honesto al que no le ha temblado el pulso para demostrarle a los sectores de poder tanto nacional como internacional, que no todos los que la vida nos ha dado la oportunidad de servirle a la nación a través de diferentes posiciones, tenemos precio, ni alquilamos o vendemos nuestros ideales patrióticos, ni los principios y valores que nos han inculcado nuestro progenitores.
Y para lo que no tienen conocimiento de los convenios internacionales como el de Viena, mientras Roberto Rosario Márquez, sea Presidente de la Junta Central Electoral y necesite viajar en misión oficial a los Estados Unidos de Norteamérica, nada ni nadie se lo puede impedir y esto lo sabe el Departamento de Estado, independientemente del procedimiento y notificación con antelación que debe hacer a través del Ministerio de Relaciones Exteriores.
“No todos los funcionarios públicos en los diferentes poderes del Estado Dominicano, somos corruptos, ni nos doblegamos, ni tenemos precio, pero mucho menos traicionamos los principios y valores inculcados por nuestros progenitores, porque al final de la vida terrenal todo se queda, aunque unos pocos crean se lo llevaran consigo”