Hace unas semanas, en su editorial semanal en el periódico digital Acento, el economista Bernardo Vega escribió un artículo titulado: “Le cayó la Burundanga a la política” en donde el plantea varios puntos interesantes sobre ideología en la política en la República Dominicana.

El Sr. Vega empieza su artículo con una referencia acerca de las elecciones en México, donde bajo su criterio había una marcada diferencia ideológica entre los candidatos. Posteriormente, él hace la pregunta; ¿quién es liberal y quién es conservador en nuestro país? Esa pegunta por si sola amerita un artículo, pero en resumen, es una pregunta complicada. No veo la respuesta tan clara como él la responde y explicaré porqué más adelante.

He vivido en los Emiratos Árabes Unidos durante los últimos 7 años y he estado, de una manera u otra trabajando en el medio oriente por más tiempo de ahí. Si a mí me preguntan si soy un liberal o un conservador en el contexto de un país como este o Arabia Saudita, me consideraría un liberal, pero si me hacen esa pregunta en el contexto de un país como Estados Unidos, probablemente me consideraría conservador. Tomando en cuenta esto, esa pregunta debe ser basada en el contexto de “qué se quiere conservar” en el movimiento conservador y qué se debe reformar en el movimiento progresista para poder  “progresar”.

El Sr. Vega trata de responder la pregunta de la siguiente manera;

“Antes la cosa estaba clara. Bosch criticaba a los tutumpotes y defendía a los pobres, era un liberal".

Según su opinión, Bosch era liberal porque atacaba a los tutumpotes (ricos) y defendía a los pobres. No estoy de acuerdo con el Sr. Vega en este punto, no sé qué tiene que ver una cosa con la otra. En mi opinión, esa descripción se parece más a la noción Marxista de la burguesía y el proletariado dentro de un sistema capitalista que a cualquier concepto liberal, ya sea bajo un contexto clásico, moderno u hasta neo-liberal. Dividir las sociedades entre ricos y pobres para fines de crear revoluciones ha sido de los legados más dañinos de Marx y sus efectos ya sea en la Unión Soviética, China, Cuba y otros países del mundo todavía se sienten.

Considero que este es un punto central porque no creo que los políticos en nuestro país hayan entendido esto. Por alguna razón, que nunca he comprendido, nuestros políticos tienen una obsesión con emular todas las enseñanzas de Bosch, como si la visión utópica de la República Dominicana mágicamente se hará realidad si encontramos a alguien que las ejecute a la perfección. En la práctica hemos tenido a sus hijos ideológicos ya sea bajo el PLD o el PRD gobernándonos por los últimos 22 años, expandiendo el tamaño del gobierno a una magnitud que nos está llevando a un endeudamiento insostenible. Mientras más recursos maneje el Estado para “re-distribuir”, mas capacidad tiene para corrupción. Mientras no entendamos ese principio, no tendremos soluciones a muchos de nuestros problemas en el marco político.

Los ejemplos de conservadores expuestos en el artículo igualmente fueron interesantes:

“Viriato Fiallo atacaba a los Trujillo, era un conservador; Balaguer era conservador y anticomunista”.

Volviendo al punto que expliqué al principio del artículo, ¿un conservador dominicano qué quiere conservar? Para mi deben ser los principios constitucionales con los que fuimos fundados, en un tono parecido a los conservadores en Estados Unidos. Si entiendo los ejemplos que el Sr. Vega plantea, ser un conservador está basado en oponer tiranías militares y oponer los principios comunistas.

Aunque creo que la definición de un conservador en República Dominicana es más amplia de ahí, entiendo que ambos ejemplos tienen algo de verdad atrás. Nuestra constitución original del año 1844 fue muy enfática en preservar la libertad individual y la propiedad privada, dos principios que no solamente estarían peligro bajo los ejemplos de líderes como Trujillo y el sistema comunista, pero también bajo sistemas que partidos “progresistas” y “socialistas democráticos” ya tienen implementados.

Los conservadores en República Dominicana deben estar basados en defender la libertad individual de los ciudadanos y esa noción cada día está más distante en nuestro esquema político. Esto se adquiere a través de políticas que busquen disminuir el tamaño del gobierno; la reducción de impuestos y regulaciones siendo las más prioritarias. El comentador político americano Dennis Prager siempre ha dicho que mientras más grande es el gobierno, más pequeño y menos libre es el individuo, esto es una verdad que los políticos tienen mucha dificultad aceptando, pero es clave para preservar la libertad.

En el mismo párrafo el Sr. Vega también pregunta:

“Pero hoy día, ¿quién es más conservador entre Leonel Fernández y Danilo Medina? ¿Entre Hipólito Mejía y Luis Abinader? ¿Es Guillermo Moreno el único de izquierda? Los actuales partidos se han desideologizado. Predominan las personalidades, no los principios”

La respuesta a esa pregunta está en las plataformas políticas de sus partidos, todas parecen escritas del mismo libro, incluyendo las del Sr. Moreno. La ideología de los partidos “progresistas” en nuestro país le sirvió para expandir el tamaño del gobierno y así poder generar miles de empleos públicos, programas de subsidios y otras iniciativas para generar una dependencia hacia el Estado y por ende a ellos. Así han podido lograr el sueño de Bosch de mantener una dictadura con respaldo popular, sin oposición alguna. La competencia del PLD es su hermano ideológico el PRM. Ambos partidos nacieron como consecuencia de divisiones dentro del PRD, pero comparten una ideología muy parecida.

Los partidos no se han desideologizado, solo se han unido en una ideología y no existe oposición a ella. Los otros partidos de oposición, como Alianza País y Opción Democrática igualmente se identifican como progresistas, el Sr. Moreno claramente está en la izquierda, mientras que Minou Távarez pertenecía al PLD en el pasado. Dentro de nuestros partidos políticos ya no existe una opción conservadora, solo son opciones de qué tanto a la izquierda se considera que debamos estar.

Ya la clase política decidió por nosotros el rol del gobierno en nuestras vidas, solo nos queda decidir en base a supuestos como quien parece menos corrupto en televisión y quien manipula las emociones del pueblo mejor mediante discursos.