En estos dos cuatrimestres de educación remota, he organizado una actividad de puntos extras a los estudiantes de Fundamentos de Economía cuando la clase coincide con un feriado católico.  Es opcional y todo lo organizo con los recursos disponibles en la plataforma Teams de Microsott.  En una página Sway cada lectura está incrustada y seguida por una prueba autocalificable en Forms. Al terminar genero para cada prueba el reporte de respuestas y procedemos a comentarlas grabando la sección en Streams.  Aunque la pandemia me ha hecho detestar a Bill Gates, Teams está genial.

Las dos primeras lecturas de la Biblia tienen que ver con la tasa de interés, uno de los precios que ha sido objeto de las mayores regulaciones por autoridades políticas o religiosas en todas las épocas. La primera es Eclesiástico 29, del Antiguo Testamento, donde se describe la situación que ocurre cuando se presta dinero a un prójimo mal agradecido. “Muchos se creen dueños del dinero que les han prestado y causan molestias a quienes les ayudaron. Antes de recibir el dinero, le besan al prójimo la mano y le hablan con humildad de sus riquezas; pero cuando deben devolver dan largas al asunto, dicen que lo sienten mucho y le echan la culpa al tiempo.”

La Palabra Sagrada explica que con suerte se podrá recuperar la mitad, haciendo un esfuerzo en que se ganará un enemigo lo llenará de insultos, injurias y ofensas que provocaran desaliento en volver a prestar su dinero. La pregunta a los estudiantes es si encuentran mención alguna a la tasa de interés o devolver una suma mayor a la recibida en préstamo. Todos contestan bien en que no hay una mención explícita, pero algunos preguntan si la razón es porque es común que exista un pago de interés, un acuerdo tácito.

Ese no es el caso. La razón más probable es que el texto se escribió cuando existía la ley de usura que prohibía devolver sumas mayores a las recibidas y prestar era una forma de ayudar al prójimo en desgracia, no una actividad aceptada para buscar lucro. En la segunda lectura sí hay una mención, muy interesante por cierto, de la tasa de interés en la Parábola de los Talentos.  Este es un relato glorioso para todo el que se ha dedicado con honestidad a la intermediación financiera desde su inclusión en el Nuevo Testamento.

En efecto.  El señor que entrega sus talentos a los siervos, felicita a los que los devuelven multiplicados y reprime al que escondió el que recibió en un hoyo, está representando a Dios.  El reproche “debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses.” es una aprobación divina a su actividad de intermediación.

El oficio de un banquero es conectar a personas con diferente posición de liquidez en un momento determinado a las que su servicio los lleva actuar buscando mejorar su situación.  Tiene las puertas abiertas para que lleguen los que prefieren guardar para recuperar “su talento más intereses” al retornar de un viaje.  Por esa también entran los que necesitan un préstamo para crear riqueza permita devolver la suma recibida más los intereses acordados.  Son éstos los que permiten al banquero pagar al que deposita, cubrir sus gastos y retener como legítimo dueño el residual de la operación de intermediación.

¿A qué otra cosa podemos también atribuir una aprobación divina en esta parábola? No bien termino la pregunta y me da satisfacción escuchar: a la propiedad privada. Responden al vuelo porque desde el primer día les muestro videos de diferentes intercambios donde los voy llevando a que la esencia de éstos no está en la naturaleza de los objetos que cambian de mano: una pluma por una corbata. Todos los intercambios lo que tienen en común es la transferencia de derechos de propiedad, que se presumen legítimos, entre las partes. Hay una correlación perfecta entre quienes llegan a esa conclusión por un discernimiento original con las notas más alta de la clase.

Por esa visión sobre los intercambios es casi unánime el rechazo a que la siguiente lectura es una apología a la propiedad comunitaria y sus ventajas sobre la propiedad privada.  Los primeros cristianos que decidieron formar una comunidad entregando todos sus bienes lo hicieron por voluntad propia, algo que perfectamente pueden hacer hoy los que profesamos la fe católica o cualquier grupo que así lo decida. El castigo de muerte a los esposos tiene su razón en la mentira a su congregación, ergo a Dios, no en la acomodada interpretación de los comunistas de que la propiedad privada es anatema. Les comento lo irónico que es ver a los que aplauden el inicio de revoluciones quemando templos católicos, utilizar un pasaje bíblico para justificar expropiaciones violentas y prohibir la propiedad privada.

En el caso de la Parábola de los Jornaleros contratados en diferentes momentos del día recibiendo el mismo salario, lo que molestó a los que empezaron más temprano, las opiniones fueron más divididas. El patrón tenía derecho a pagar lo que quería, sí es su dinero, pero no es justo porque unos trabajaron más que otros. No abunde mucho en esa lectura porque todavía faltaban explicar temas permitieran un mejor análisis (productividad marginal del trabajo, función del emprendedor).

En la última lectura también busqué mas sus primeras impresiones por la misma razón.  En “Dar al César lo que es del César” los estudiantes de término de la carrera de derecho tienden a ubicar una defensa a los impuestos, por haber tenido ya clases sobre legislación tributaria.  Ahí les cito lo que escuché en una misa de un sacerdote jesuita, P. José Luis Sáez, que rechaza esa explicación del Hijo de Dios dando aquiescencia a la colección de impuestos. Nada que ver. De acuerdo con el sacerdote, la referencia tiene que ver en que las ofrendas al templo tenían que hacerse en monedas de oro no oficiales, las que acuñaban banqueros de la fe judía que garantizaban tenían el peso exacto en oro.

Si conectamos eso con la Parábola de los Talentos, el Señor a quien alaba es a los banqueros devuelven intereses en monedas acuñadas con quienes se han labrado reputación de garantizar su contenido en oro. Ahí breves referencias a lo que fue el patrón oro, el modelo actual con Bancos Centrales, las diferencias entre ambos sistemas con asunto de los “inorgánicos” y enunciar otros temas de interés que se van a encontrar en sus estudios y vida profesional.