En el imaginario popular, para el pueblo dominicano, la Bandera Nacional es un espacio sagrado, de orgullo y de identidad.  Para él, está consagrada como un símbolo que contiene los colores (rojo, blanco y azul) tonos representativos de nuestra Virgen de la Altagracia, su Madre Protectora a nivel nacional.

Su escudo, un emblema heráldico,  está representado en forma de un mantra y un mandala acorde a la filosofía oriental, en donde cada uno de estos elementos le da paz, seguridad y tranquilidad a la gente, al leer en ella el lema de DIOS, PATRIA Y LIBERTAD. A cada lado, se visualiza una rama de laurel, representando la victoria, seguido por una rama de palma, como símbolo de la libertad.

Como un detalle particular, cada dominicano señala con reverencia y devoción a la BIBLIA abierta, que en medio del escudo muestra al evangelio de San Juan 8:32, con la máxima de: “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”. Exhibe además, una cruz latina en la parte superior.

Esta imagen de la BIBLIA, símbolo universal cristiano, ni siquiera está presente en la Bandera del Estado del Vaticano en Roma, sede de la fe del catolicismo. Fuera de la discusión por preferencias religiosas, existe una latente emoción y orgullo nacional, porque nuestra Bandera Dominicana, es la única en el mundo, que presenta a la BIBLIA en su escudo.

En cualquier país o en cualquier continente en donde se encuentre un dominicano, este siente una agitación en su corazón, un orgullo de dominicanidad cuando el viento reverencia a su Bandera, por sentir que allí están presentes los Padres de la Patria, así como todos los hombres y mujeres que han dado su propia vida junto a su sangre por ella.

Para el pueblo, la Bandera es la máxima representación de la Patria, porque es única, porque es solo de nosotros.   Falsificarla o mutilarla, es un crimen,  una irreverencia,  una profanación,  una falta de respecto a los héroes y heroínas, inmoladas por causa de ella, por eso, nada ni nadie puede tocarla. Nuestra bandera dominicana, no es un simple pedazo de tela colorida, es el orgullo de la dominicanidad, la  suma y esencia del  patriotismo. Es la expresión sublime de nuestra identidad nacional.

¡Que viva nuestra Bandera tricolor! ¡Que viva la Patria!