Aquí vamos, a lo mismo de cada año. Volver a clases es toda una aventura no solo para los niños, que se regresan de las vacaciones llenos de energía y cuentos para sus amiguitos, lo es también para los padres, solo que es una de otro tipo. Primero que nada –y que todo–, ya acabaron las semanas en que nos partimos la cabeza tratando de ver qué hacer con los muchachos, más si se toma en cuenta que no todos los padres tienen dinero para llevar a los hijos de campamento, que dicho sea de paso duran, cuando mucho, tres semanas, no son baratos y la mayoría enseñan asuntos tan vitales como el modelaje (¡!).
Cada final de junio hasta mitad de agosto los papás y mamás nos llenamos de retos, nos volvemos creativos, amamos más que nunca a los abuelos –que se llevan a los nietos a sus casas–, y nos decidimos sobre cuál tarjeta será la elegida para el extra crédito ese año, o en cuál banco solicitaremos el préstamo. ¡Sí que es una aventura! Pagar RD$780.00 por el libro “Jesús Te Ama 2” es todo un episodio –el año pasado era "Jesús Te Ama 1″, así que su amor seguro seguirá creciendo junto con el precio cada año en más–. Es una proeza para cualquier familia promedio destinar cerca de RD$15,000.00 en útiles escolares para una nena de apenas 7 años que cursará el 2do. de primaria, más cuando ese monto no incluye la colegiatura ni los uniformes nuevos, porque los chicos llegan grandísimos y ya nada les sirve. Yo la verdad no sé cómo caray se hacen los padres con más de dos crías.
Lo mejor de todo es que ya para diciembre seguro has logrado pagar todas las cuotas del préstamo; si tienes una familia numerosa, puedes aprovechar el sueldo trece y salirte del problema. Así para mayo estarás limpio de “ese” compromiso –mira que hay otros– para volver a endeudarte con los gastos de vacaciones y campamento. ¡Que aventura!, ¿no?
Un tema que se agrega a esta selva de experiencias del ámbito escolar lo son los peinados de los niños. ¿No me cree? Bueno, siga leyendo a ver si me compra las historias que, para muchos son puro cuento, y sin embargo cada vez son más frecuentes en los planteles escolares, tanto de escuelas públicas como de colegios privados. La apariencia del cabello sí que es todo un tema; los rizos, ¡ni se digan!, en varoncitos son inaceptables porque según he escuchado por ahí, –y así le insinuaron a una madre que conozco en relación a su pequeño de cinco años– una melena rizada en un varoncito es la puerta de entrada al mundo de la homosexualidad, además los rizos en los niños hacen que luzcan tiernos y sensibles y esas no son cualidades que deben respaldarse en el mundo de los varoncitos. (sírvase este párrafo con ironía al gusto).
Con las chichas es otro tema. Eso de los rizos es pura rebeldía, parecen loquitas, cuando no muy coqueticas, además no es un estilo adecuado para ir a la escuela, no es higiénico ni serio. El pelo rizo no puede estar suelto, hay que recogerlo y en el mejor de los casos, recortarlo. Si la estudiante es una niña pequeña, que no se haga trenzas; las trenzas son algo muy étnico, además, si desde pequeña las dejamos lucir como quieren, identificadas con sus rasgos y sobre todo, amándolos, ¡imagina qué no harán de grandes! ¡No! Hay que socavar esos impulsos bien a tiempo. (sírvase más ironía, por favor…)
Lo más divertido son las tareas, que son precisamente de todo, menos divertidas. Ahora se inicia la etapa de la larga lista de obligaciones escolares que consiste en poner al estudiante a repetir y leer hasta que memorice, o simplemente agotar la mecánica de llenar espacios con respuestas, contar algunos números y volver a repetir. No se trata siempre de involucrarlo en la experiencia del aprendizaje, no siempre será lograr que se identifique con su entorno y se incorpore a él; nada de tierra, agricultura, manosear barro, cortar maderas, subir, bajar, trepar… ¿Emociones? Ira, odio, amor, tolerancia, empatía, pobreza, satisfacción, frustración, rabia, coraje, solidaridad, alegría, tristeza, racismo, discriminación, paz, violencia. ¿Le hablaremos a los muchachos de estos conceptos en el aula?, y prepararlos, así sea mínimamente, para el mundo al que los arrojamos con sus iPods y tabletas? Seguro que no. Sería estupendo una curricula que incluya estos temas en colaboración con toda la familia. (ahora suspiro…)
A todas estas aventuras vamos, con lo mejor que podemos, con lo que sea que tengamos, cargados de buenas intenciones, pero no siempre con las mejores herramientas. A eso vamos, una vez más.