Matarse, en cierto sentido, y como el

Melodrama, es confesar. Es confesar

Que se ha sido sobrepasado por la vida

O que no se la comprende

A. Camus.-

Llegará el momento en que la nada será sólo eso, nada. Lo he visto y vivido con seres queridos que han dejado esto que al hombre le ha dado por llamar tierra. En carne viva he sentido que al ser humano le llega un momento de vacío existencial, y la vida pierde su significado o el sentido por el que creemos haber vivido, aunque muchos se van sin haberlo encontrado.

Es ese fatal momento, es cuando se siente haber sido derrotado por la nada, por el mismo sin sentido que ha obligado al hombre a crear cientos de Dioses, Diosas y miles de Ángeles, buscando que estos, en otra galaxia, le muestren si valió la pena el esfuerzo de mantenerse en pie y no haber depuesto las armas, a pesar de que a todas luces, al final resultan inservibles.

Creo, como Milan Kundera en su libro de los Amores Ridículos, que los deseos infantiles salvan todos los obstáculos que les pone el espíritu maduro y con frecuencia perduran más que él, hasta la última vejez. Quizás esos sueños sean la fuerza invisible que nos mantiene la esperanza de que dejen de ser utopías y se conviertan en realidades.

Pero cada día la desvergüenza nos arropa, una cosa es el discurso embaucador y otra la praxis. Las leyes para los desprotegidos mientras los que las elaboran y los llamados a ejecutarlas, las ignoran creando sus propios blindajes para no cumplirlas, utilizando las excepciones que ellos se encargan de incluir en ellas. Adicionando a todo esto, las “medalaganerías” de los “jefes”, comenzando por los que ocupan y han ocupado la primera magistratura, todos carentes de subalternos que osen hacerle observación sobre las violaciones que exprofeso o no, ejecutan.

Todo esto, sin hablar de los poderes llamados a velar por su cumplimiento, como son el Poder Legislativo y el Judicial. Muchos cual Aladino, andan y han andado en  busca de un “guardia” que se case con la gloria, aunque en ocasiones lo han logrado, pero no aparece ningún juez, fiscal, procurador o asociación de los mismos que siquiera trate de hacerlo.   

Y no aparece ningún fiscal o procurador que actué, mientras prosiguen los actos mediáticos para encubrir su falta de valor para actuar y cumplir con su deber. Es el caso de las Instituciones Militares en cuyo mamotreto de Ley Orgánica, he buscado en qué parte de la misma se autoriza a un “jefe” de fuerza, o hasta al mismo Comandante en Jefe a burlar lo estatuido en la referida ley.

¿Cuál es la fuerza autorizada de las FF.AA? ¿Dónde ha sido publicada? ¿Es al Presidente o Comandante en Jefe que le corresponde disponer el número de plazas para las instituciones militares o al Director General de Presupuesto? ¿Existe y de así ser, cuándo publicó el Comandante en Jefe, la organización, estructura, número de efectivos con su respectivo orden de jerarquía? ¿Si existe la Tabla de Organización y Equipo, cual es la razón por la cual hay cientos de militares sin ninguna asignación, desde generales hasta rasos? ¿Por qué hay más de mil solicitudes de retiro que no se ejecutan y por el contrario continúan ascendiendo como cosa de loco a más efectivos, incluyendo el malogrado grado de General?

¿Cuál es la razón para violar el párrafo 11 del artículo 24, que trata sobre los llamados Oficiales Especialistas y asignarles olímpicamente funciones de comando? ¿Acaso la ostentación del rango no implica ejercer las funciones inherentes al mismo y que nunca será otorgado para ningún otro motivo? ¿Está o no prohibido por ley, que personal no militar utilice los grados e insignias destinados al uso militar? ¿Y la Policía Nacional qué? ¿Y los Bomberos qué?

Parece que la ley es solo para los pendejos y muy selectiva, porque  se puede pensar que no existe autoridad alguna y mucho menos interés político para aplicarla a todos por igual. Si desean puedo continuar. ¡Si señor!