No basta con que Salud Pública cree Unidades de Atención Primaria (UNAP). El mandato de la Ley 87-01 se extiende a todos los regímenes del SDSS. El primer nivel de atención es clave para asegurar la sostenibilidad del SFS y garantizar el acceso universal al PBS. Cuando la cápita se eleva, aumentan las barreras, las exclusiones y la iniquidad social
Buenas noticias. El Dr. Freddy Hidalgo Núñez, Ministro de Salud Pública, reiteró la semana pasada a Diario Libre, que “la atención primaria es uno de los ejes fundamentales de la política de salud pública del gobierno dominicano”. Señaló que existen 1,725 Unidades de Atención Primarias (UNAP) con capacidad para atender entre 500 y 700 familias cada una.
Preocupación. El cumplimiento de la Ley 87-01 en materia de atención primaria es una responsabilidad conjunta del MSP y del CNSS. Sin embargo, a pesar de la prioridad gubernamental, el Ministro de Salud y Vicepresidente del CNSS, no señaló qué están haciendo ambas instituciones para extender la atención primaria al Seguro Familiar de Salud del Régimen Contributivo.
¿Más de lo mismo? No queremos pensar que Salud Pública pretenda continuar con la vieja y errónea política de limitar la atención primaria a los pobres de las zonas rurales y urbanas marginadas. Antes de la Ley de Seguridad Social, las UNAP contaban básicamente con médicos pasantes y promotores de salud, con gran ausentismo, y sin capacidad real para resolver los problemas primarios de salud. La población no tardó en considerarlas una pérdida de tiempo.
Reducir el gasto de bolsillo y afiliar a 4.2 millones excluido.
El Ministro lo confirma. En el SDSS la estrategia de atención primaria llena tres objetivos: 1) contribuye a extender los años de vida saludables y a elevar los indicadores sanitarios; 2) reduce el gasto de bolsillo y las barreras económicas que limitan el acceso al cuidado médico; y 3) racionaliza el costo de los servicios, condición sine qua non para universalizar la cobertura. El Ministro confirma estas ventajas al señalar que “entre el 70% y el 80% de nuestra gente se puede atender en el primer nivel de atención”.
La afiliación es inversa al costo. Obviamente, cada vez que el costo de la atención crece por ineficiencia del modelo, genera desequilibrios financieros y eleva los obstáculos para proteger al 45% que falta por afiliar. Se trata de los grupos de difícil acceso, cuya afiliación está en relación inversa al costo del PBS. Resulta elemental: cuando el precio del pollo sube, la demanda se reduce, y viceversa. Esta ley del mercado también opera en el sector salud.
A mayor dilación, mayor costo político. Resulta evidente que sectores y fuertes intereses se oponen al cambio del modelo. Más tarde o más temprano la atención primeria se impondrá, ya que del cambio depende la sostenibilidad y estabilidad del Seguro Familiar de Salud. Cualquier dilación lo único que hace es acumular problemas y fortalecer resistencias. Esperamos que las altas autoridades evalúen los riesgos de un fuerte desajuste financiero durante un período altamente politizado como suelen ser los procesos electorales. Amén.