Estamos conscientes de lo controversial del tema. Las Iglesias cristianas califican como herejía y superstición el consultar a los astros, y hasta como prácticas satánicas. Casi todas las personas si se les pregunta, dicen no creer en esas tonterías. Este tema provoca desprecio en intelectuales, temor en religiosos y burlas en la mayoría de las personas. Sin embargo, lo más probable es que quien esté leyendo estas líneas conozca su signo zodiacal y cuál se supone que sea el tipo de personalidad correspondiente.
En casi todas las culturas del mundo se cree en la astrología, existen personas que no salen a la calle sin consultar su horóscopo (aunque posiblemente lo nieguen), otras tratan de indagar el “signo” de quien aman, etc. Lo curioso es que normalmente conocen los argumentos en contra. Podríamos simplemente ignorar el tema, pero hay algunas razones importantes para no hacerlo.
Desde los inicios de la civilización, el hombre se interesó en los astros. Especialmente el hombre primitivo estaba en un contacto visual mayor con las noches estrelladas por vivir a la intemperie. Según nos desarrollamos, fuimos conociendo mejor al Universo. Hacia el Renacimiento, ya tuvimos la capacidad para algunos estudios científicos del espacio sideral y se separa la Astronomía de la Astrología. La primera, se dedica a estudios y cálculos de los astros en sí (posteriormente al reforzarse con la física se convierte en la Astrofísica actual). La Astrología en cambio, trata de las influencias de los astros en el Planeta y en nosotros mismos. Muchas de las personas más capacitadas de nuestro Planeta, aseguran que no hay influencia del cosmos sobre nosotros, o que si la hubiera, no es significativa o no podríamos conocerlas.
La iglesia cristiana repudia la astrología, al menos casi siempre. Como sabemos en la Biblia se recoge la historia de que tres “magos de oriente” (astrólogos), interpretaron en los astros que había nacido un personaje trascendental en Israel y emprendieron un largo viaje guiados por una “estrella”, que sería como una especie de GPS y que algunos afirman que fue un OVNI, mientras que otros dicen que definitivamente se trataba de un ángel. Lo celebramos en nuestra Navidad, siendo estos los únicos astrólogos reconocidos y aceptados sin reservas, por la iglesia cristiana.
Conocemos la astronomía desde apenas unos 6 siglos, pero a la astrología desde hace milenios. Los astrólogos consideran que en el universo todo está interconectado y que, aunque los astros puedan estar distantes, ejercen influjos energéticos sobre nosotros. Científicamente hace algunos siglos parecía ridículo que cuerpos tan distantes nos influyeran, pero gracias al desarrollo científico, hemos descubierto influencias del Sol y de la Luna que antes desconocíamos. Y curiosamente, los astrofísicos están señalando que nos llegan radiaciones electromagnéticas o cósmicas, incluso de galaxias distantes.
La Luna es sabido que ejerce influencia en nuestras mareas, en los animales, incluso los agricultores toman en cuenta sus ciclos y personas que trabajan con psicópatas (anteriormente nombrados como “lunáticos”) suelen señalar la relación entre crisis mentales y la luna llena (además toman prevenciones en “noches de luna”). Los investigadores que se ocupan del estudio de la conducta y conciencia humana son los verdaderamente calificados para evaluar estas posibles influencias psíquicas, los demás científicos (matemáticos, físicos, químicos, astrofísicos) no se estarían expresando de forma científica, sería un simple sesgo o prejuicio.
Hace algunas décadas se desarrolló una disciplina llamada Cosmobiología, para realizar estudios científicos con el objetivo de comprobar o descartar las teorías astrológicas. Por ejemplo, se investigó si era cierto lo que agricultores empíricamente decían de los momentos astrológicamente convenientes para sembrar o cosechar (con resultados muy interesantes).
Algunos astrólogos muy capacitados, admiten que el horóscopo que aparece en una infinidad de periódicos o revistas y que divide el destino humano en 12 posibilidades, es una especie de pasatiempo supersticioso muy impreciso, a diferencia de la carta astral y los estudios más personalizados, que consideran como una guía de orientaciones personales bastante confiables. Por ejemplo, el Dalai Lama del Tíbet es escogido por su carta astrológica natal.
¿Por qué la Iglesia combate la Astrología? Porque el pueblo de Dios debe apoyarse en la Fe y no enfocarse en las influencias positivas o negativas que de forma fatalista le deparen los astros (ni la genética, ni la cultura, ni las proyecciones sociales futuristas, etc.).
En el caso de que no hubiera ningún tipo de influencia astrológica sobre los seres humanos, la astrología ya ha influido a las personas desde el mismo momento que investigaron su signo y conocieron las características que supuestamente les corresponden. Si los del signo Leo entienden que son sociables y tienden al liderazgo, y los de Piscis suponen que son románticos, aunque no haya ninguna radiación del espacio que influya sobre ellos, ya la cultura lo hizo.
Posiblemente logremos descubrir más influencias del universo, pero no debe preocuparnos, el Padre quiere que sus hijos se impongan a sus circunstancias y sean capaces de nadar si fuese necesario incluso en contra de la corriente.