En el Diplomado de Educación Artística que impartieron el Instituto Nacional de Formación y Capacitación del Magisterio(INAFOCAM-Educación) y el Sistema de Formación Artística Especializada (SINFAE-Cultura) un alumno, muy preocupado, me dijo algo extraño y contradictorio que le estaba pasando cuando al inicio de la clase de Apreciación de las Artes Visuales les pedí, a manera de diagnostico que me hicieran la apreciación de un cuadro de Jackson Pollock:
-"Maestra, me gusta esa obra pero no entiendo lo qué quiso decir el pintor con todas esas manchas de colores. No sé por qué pasa que no entiendo nada, pero me gusta".
Te sucede esa aparente contradicción, dije, porque más allá del entendimiento lógico, la estás tus sentidos la disfruta. Una obra de arte se goza y luego se descodifica. Y pasa porque todos tenemos gusto estético y artístico pero no todos tienen habilidades y conocimientos para una apreciación artística consciente y responsable. Apreciar una obra de arte tiene doble condición de ser a la vez emotiva-sensorial y racional, inconsciente y consciente, subjetiva y objetiva; de ser al mismo tiempo habilidad y conocimiento. Aunque te parezca un trabalenguas, no lo es.
“(…)– Aquí está mi secreto. Es muy simple: sólo se ve bien con el corazón. – Lo esencial es invisible a los ojos (…)”. Antoine de Saint- Exupèry
El encuentro con una obra de arte, es primero una fiesta de las sensaciones, de los sentidos, y luego que pasa esa borrachera inicial del gozo estético, instantáneo y sensorial, sobre vendrá el razonamiento lógico, más pausado y meditado.
Te gusta o no, una obra de arte a partir de la experiencia estética y artística acumulada en tu subconsciente. Al percibirla se hace una representación asociativa-comparativa-instantánea, condicionada por experiencias artísticas anteriores. Se aprende arte viendo arte. En la observación que es en primera instancia, un proceso físico-sensorial, impactan las características exteriores de la obra y en fracciones de segundos, sin darnos cuenta, nuestro cerebro hace relaciones, conexiones con tus vivencias estéticas y artísticas y con los códigos del contexto sociocultural donde has vivido y lo patrones estéticos pitagóricos que desde Platón nos viene como herencia, y que siglo tras siglo, se han asentado como cánones de “lo bello” en la cultura occidental: armonía, proporción, equilibrio, orden, relación figura-fondo, perspectiva, transparencia, distribución de los objetos en la obra bien medida y equilibrada, etc.
Podemos encontrar lo bello o lo feo en cualquier aspecto de la naturaleza, de la realidad circundante y estamos hablando, entonces, de gusto estético pero cuando la belleza la encontramos en relación con una obra de arte, entonces, nos referimos a gusto y/o apreciación artística.
¿Cuál es la diferencia entre gusto y apreciación artística? En que el gusto artístico es de naturaleza físico-sensorial-instantáneo. Es un proceso psicológico, de carácter subjetivo, individual que interviene en la valoración cualificadora de las categorías estéticas. Proceso de carácter predominantemente emotivo y no racional en el que convergen: las experiencias de vida, la experiencia estética, los conocimientos adquiridos, la personalidad, los sentimientos, carácter y estados de ánimo, así como códigos socioculturales y factores medioambientales. La apreciación artística, en cambio, va de la mano de la percepción, pero al mismo tiempo se independiza de ella porque no solo es un proceso emotivo-sensorial sino racional-conceptual. Se produce en la apreciación artística una simbiosis entre la información que nos quiere trasmitir el creador de la obra con los procesos informativos y códigos perceptivos de quien aprecia la obra, así como los factores medioambientales y socioculturales que confluyen en un tiempo y espacio concreto en que se produce el proceso de apreciar una obra de arte. La apreciación artística, emotiva en su primera etapa es, sobre todo, un proceso lógico de razonamiento, de construcción de conocimientos a nivel intelectivo y se fundamenta en la interpretación, el análisis, enjuiciamiento o valoración, etc.
La aplicación de métodos de análisis como el comparativo, análisis-síntesis, inductivo-deductivo, son efectivos para lograr emitir fundamentados juicios de valor sobre una obra de arte.
Y esto es acerca de la apreciación artística como proceso general, porque como materia dentro del currículo escolar, ese es otro tema tan interesante como escabroso, sobre el que reflexionaremos en esta columna Cultura y Sociedad, el próximo domingo.