Cuando el Papa Francisco emite sus opiniones, las redes sociales se llenan de comentarios que frecuentemente representan percepciones contradictorias. La confusión creada ha llevado al Vaticano a crear un organismo sobre lo que el Papa dijo, no dijo, o quiso decir.

El documento de Francisco "La alegría del amor" no es una excepción. Consta de nueve capítulos y 264 páginas. Sin el conocimiento previo de las posiciones de los pontífices que cita, es difícil captar el significado de las omisiones, a veces más significativo que lo que explícitamente se dice.

De la lectura del documento concluyo personalmente que la Iglesia no ha cambiado su doctrina sobre la familia y su visión de entenderla como el fundamento de la sociedad. Esta visión difiere de las sociedades modernas, fundamentadas en estados democráticos de derechos individuales, y en los principios de igualdad y libertad que incluye la perspectiva de género, como dicta la Constitución Dominicana vigente, aunque de facto se viole con el Concordato Trujillista de 1954.

El Estado confesional católico que el Concordato impone constituye el dinosaurio que distorsiona la democracia, la transparencia en el manejo de los recursos del Estado, la educación científica y anti dogmática en las escuelas del Estado, y la salud sexual y reproductiva de la mujer. Tiene los efectos no-intencionales de promover el embarazo en adolescentes al negarle la educación y los medios para evitarlo, y a elevar la mortalidad materna al criminalizar la interrupción del embarazo de forma absoluta sin ninguna misericordia por niñas violadas de familias pobres que verán sus vidas y sueños truncados por carecer de recursos para viajar al extranjero para interrumpir el embarazo. Francisco no ha cambiado la doctrina oficial de la Iglesia sobre la familia, sobre la prohibición de métodos anticonceptivos modernos, ni sobre la interrupción del embarazo.

Pero esto no significa que no hay cambios de estilo, o “pastorales”. Estamos frente a un Papa que en su estrategia se diferencia de los dos pontífices anteriores. La imposición autoritaria, el descarrilamiento del Vaticano II, y el encubrimiento de curas pedófilos ha llevado a la iglesia católica a una crisis y una pérdida de feligresía que no se había visto desde la Reforma de Lutero. Francisco, necesita cambiar de dirección, y a la vez no quiere dividir a la Iglesia, como lo hizo el cardenal Mario Bergoglio cuando fue superior de los Jesuitas en Buenos Aires. De aquí la dificultad de entender la continuidad de doctrinas dogmáticas y deshumanizantes, con un discurso incluyente y misericordioso.

Dicho esto, paso a exponer las declaraciones de ruedas de prensa de cardenales que participaron en los sínodos de obispos sobre La Familia, realizados en octubre de 2014 y 2015. Se trata de una síntesis realizada por las periodistas Nicole Winfield y Rachel Zoll (AP, Vaticano, abril 8, 2016) que además incluye sus entrevistas con expertos autorizados sobre las posiciones de los dos pontífices anteriores. Al no encontrarlo en español, lo sintetizo con mi traducción.

Análisis de Cardenales y expertos

  1. Francisco reafirmó la unión matrimonial entre un hombre y una mujer hasta la muerte.
  2. Se pronunció en contra de matrimonios religiosos o civiles entre personas del mismo sexo. Aunque en su discurso dijo que no deben ser discriminados y deben ser respetados (¿?).
  3. Negó el divorcio, y no dio luz verde para que las personas casadas por la Iglesia que contraen segundas nupcias puedan recibir la comunión. Según los expertos y cardenales, este fue el punto clave de los sínodos de 2014 y 2015.

En mi opinión el rol cambiante de la mujer después de la Segunda Guerra Mundial, su lucha por la igualdad de derechos y su libertad personal, ha incidido en su independencia para lograr el divorcio y rehacer su vida como soltera o entrar en una relación personalmente más plena. Al hacerlo, no puede comulgar, (queda excomulgada) pues la doctrina oficial la considera adúltera, fuera de la gracia de Dios, y en pecado mortal.  Esta doctrina constituye para la Iglesia una gran pérdida de fieles, dado que los hijos/as de “las adúlteras” no tendrán padres que los acompañen a los servicios religiosos. Este hecho es catastrófico para una iglesia que se desangra por los escándalos de curas pederastas, el ritualismo, y su rechazo a la modernidad.

  1. En una conferencia de prensa, el Cardenal Christoph Schoenborn, arzobispo de Viena, aseguró que el documento no contiene ningún cambio explícito en la doctrina de la Iglesia sobre la familia. En cambio contiene un “desarrollo orgánico” en la enseñanza de la Iglesia. “Es el caso clásico de un desarrollo orgánico de la doctrina. Tiene innovación y continuidad. Tiene verdaderas novedades, pero no rupturas.”
  2. Según el Cardenal Schoenborn, el documento es la culminación de una consulta “dividida” entre católicos ordinarios y la Jerarquía de la Iglesia. Fue iniciada por Francisco para comprender los problemas que enfrentan las familias católicas y poder proveerles una pastoral. El asunto más conflictivo que surgió durante los dos sínodos, fue si Francisco relajaría la estricta oposición del Vaticano de negar la comunión a católicos divorciados que contraen segundas nupcias. Solo se permite con la anulación del primer matrimonio, esto es, un decreto de la Iglesia de que este matrimonio fue inválido. De lo contrario están cometiendo adulterio y no pueden recibir la comunión.
  3. El principal cambio de Francisco es de estilo. En vez de condenar, busca tratar a los excomulgados con amor, con misericordia, y acompañamiento, de forma individual. Según el documento, Francisco quiere una pastoral que no juzgue, y “no le tire piedras” a los católicos que no viven los ideales del evangelio. Sin cambiar la doctrina, cambia el estilo, lo que en el lenguaje simbólico de la Iglesia significa la pastoral. El papa dice que la conciencia de la pareja, “educada en las enseñanzas de la Iglesia”, debe de primar, acompañada por la práctica pastoral de la Iglesia. No quiere reglas dogmáticas impuestas desde arriba, cada caso es complejo y debe ser tomado en cuenta. “Hemos sido llamados a formar conciencias, no a sustituirlas”. Ya no pueden decir que los que estén en una situación irregular “viven en estado de pecado mortal y están privados de la gracia santificante. Estos pueden agradar a Dios aún más al tratar de mejorar su situación”.
  4. La Jerarquía conservadora que participó en el sínodo ha insistido que las enseñanzas de Cristo sobre la “indisolubilidad del matrimonio son fijas”. Los progresistas buscaban un espacio para “balancear la doctrina con la misericordia y tratar cada caso individualmente, acompañándolos en un camino de reconciliación que pudiera eventualmente llevarlos a recibir los sacramentos”. El viernes, Francisco dijo que el rigor de la respuesta de los conservadores “era inconsistente con el mensaje misericordioso de Jesús”. Pero Francisco “no endorsó explícitamente ‘el camino penitencial’ de ofrecer la comunión a los católicos casados de nuevo por lo civil”, posición que defendió el Cardenal Walter Kasper durante el sínodo.
  5. Mark Brumley, presidente de Ignatius Press, publicista de los escritos del retirado papa Benedicto XVI, señala que el énfasis de Francisco en seguir la conciencia “no significa que sea un pase para hacer cualquier cosa que quieras. El documento trata de lograr la difícil conciliación de la doctrina de la Iglesia y a la vez permitir a los casados civilmente participar en la vida de la iglesia”. Este recurso no es nuevo en la Iglesia, pero no fue enfatizado por los dos últimos papas.
  6. De igual manera, al discutir la necesidad de “paternidad responsable” y regular el número de hijos/as, Francisco no mencionó la oposición de la Iglesia a la contracepción artificial. Rechazó de plano el aborto caracterizándolo de “horroroso” y citó la encíclica Humanae Vitae de 1968 que lo condena. Hizo mención de un solo método anticonceptivo para regular el número de hijos: la abstención durante el período fértil de la mujer. Habló de la necesidad de educación sexual, sin enfocar “sexo seguro”.
  7. Francisco rechazó el matrimonio gay, la “teoría de género” y repitió la doctrina de la Iglesia que las uniones de personas del mismo sexo no pueden ser equivalentes al matrimonio entre un hombre y una mujer.
  8. Sobre la mujer, Francisco condenó la violencia “verbal, física y sexual” que muchas mujeres sufren en el matrimonio. Rechazó la “sumisión sexual” al hombre y las “prácticas reprensibles de mutilación genital”. Señaló además que la creencia que culpa al feminismo por la crisis en las familias de hoy es completamente inválida.

En conclusión, la iglesia Católica Romana es una, aunque en su seno subsisten diferentes ideologías reprimidas por la autoridad absoluta de la Santa Sede. Tiene una estructura de poder conformada por hombres célibes que no forman sus propias familias pero pretenden modelar las de los demás. Discriminan a la mujer negándoles voz y voto al interior de su estructura de poder y de su ministerio sacramental. A pesar de discriminarla, pretende imponerle sus dogmas sobre la maternidad forzada en casos de violación y de riesgos a su salud física y psíquica a través de los mecanismos coercitivos del Estado. Si la doctrina y las estructuras discriminatorias de la Iglesia no cambian, poco impacto tendrán las palabras de misericordia amorosa del Papa.