¿Por qué el Presidente Fernández nos negó el 4%?

Hace un tiempo veíamos en la prensa los dimes y diretes entre nuestros políticos. El Poder Ejecutivo, en la persona del señor  Presidente de la República acusaba a los políticos contrarios de no saber conceptualizar. Uno puede llegar a pensar a partir de esto, que es porque los políticos no han recibido buena educación. Bueno si así es o si así fuera, uno podría decir que éstos son parte del pueblo y representan el  resultado del proceso educativo que hasta hoy hemos tenido, salvo raras excepciones de aquellos políticos de segunda y tercera generación educados fuera del país.

El proceso educativo, y en fin, la educación dominicana no es de la mejor calidad comparativa con los demás países del mundo, como así lo demuestran los estudios realizados por las Naciones Unidas y otros organismos internacionales. Más evidencia de que somos un país plagado de analfabetos funcionales no hace falta. Se ha dicho que el nivel promedio de un maestro de escuela pública o privada en realidad apenas llega al quinto grado. El nivel es bajo, a pesar de que éste se haya graduado de la universidad. Hemos observado en diferentes foros que una gran mayoría ni siquiera saben o pueden frasear.

Obviamente el tema de la educación dominicana y la situación en la que esta es muy grave. El producto final resultante, de años descuido e improvisación no es óptimo ni  valioso, ni competitivo. Ciertamente uno puede llegar a pensar que esto ha sido  "a´pota", planeado o concebido. Personalmente no creo que así sea, simplemente creo que la educación no ha sido hasta ahora la prioridad de los políticos y gobernantes de turno, de ahí toda la estupidez relacionada al manejo del tema y esto por una única razón: "Son políticos" no son administradores de un proceso de desarrollo. Lo cual como vemos, es igual de malo.

Así que uno se pregunta sí es mejor para nuestro país y el gobierno tener que pasar por la vergüenza de pedir excusas ante los escenarios y principales foros mundiales por no cumplir con los objetivos mínimos del milenio antes de tener que explicar y justificar por qué no se ha cumplido con lo que manda la Ley, cuando el pueblo les ha dado en más de una ocasión la oportunidad de casarse con la gloria.

Los gobernantes en realidad no han tenido una verdadera voluntad para que esto sea diferente, de ahí que no ha sido su prioridad. Esto es porque no ha existido una verdadera estrategia de expansión y de competitividad de nuestro país en casi ningún sector económico. Y no hablemos de los que hoy dirigen estos ministerios y direcciones y departamentos estatales. Si se buscara definir una estrategia competitiva para mejorar el bienestar de los dominicanos, su ingreso percapita y otros indicadores de bienestar, de inmediato habría resaltado el elemento buena "EDUCACION PARA TODOS LOS DOMINICANOS", como pilar fundamental de dicha estrategia es decir "La pata principal".

Hasta ahora la prioridad de los políticos se ha limitado en atender asuntos poco estratégicos y muchas veces, en la mayoría de los casos, a su propio bienestar personal más que el bienestar común, que es la esencia de la política y de los que a ella se dedican.

Estamos pidiendo, reclamando, exigiendo un MINIMO de un 4% del PIB para la educación pero… ¿Qué haremos con un 4%, qué lograremos con un 4%?

Países como Canadá, (Ya desarrollado) invierten alrededor de un 2% pero obtienen a cambio que cerca del 60% de la población haya alcanzado una educación terciaria de calidad a una edad entre 25 y 34 años. Su educación se encuentra listada como la número 6 del mundo mientras que la nuestra, eh….148? de 154 países. Es casi seguro que sí elevan la inversión lograrán un mejor producto. En nuestro caso, sería bueno establecer cuáles serán los indicadores de desempeño de nuestros Ministerios de Educación primaria-secundaria y terciaria o superior; y más si alguna vez manejan un 4% del PIB.

"La mayor parte del incremento en los estándares de vida desde la revolución industrial ha sido consecuencia de la innovación. La creación de productos y servicios nuevos o mejorados ha sido por un largo tiempo el principal motor del crecimiento económico" (Going for Growth, OECD 2006) y esto sólo es posible teniendo una población debidamente educada.

¿Qué dice la estrategia de desarrollo y expansión competitiva de nuestro país? En realidad, ¿Tenemos una estrategia? ¿Responde ésta estrategia a la tendencia mundial en la qué la educación se focaliza en asegurar la calidad y en la cual el rol de la educación superior es servir a la sociedad y a la economía?

Lamentándolo mucho hasta el momento, NO ha sido así. Basta preguntar a los empresarios y a los inversionistas internacionales que llegan al país atraídos por campañas de relaciones públicas, para escuchar de manera franca su nivel de frustración en cuanto a encontrar recursos humanos que respondan a las exigencias para poder competir con otros mercados. Ciertamente hemos pasado por alto que: "Es el capital humano el que genera el capital económico" –tal como explicamos en nuestra conferencia dictada en año 2006 titulada: "¿Cómo salir de la crisis?" Tal vez por la etapa de "desarrollo" en la cual nos encontramos hoy, deberíamos invertir no un 4%, sino un 10% del PIB nacional en Educación o en cambio, ¿Los funcionarios encargados de la ejecución presupuestaria deberían ser más honestos y eficientes?  En este caso se podría invertir una  menor tasa porcentual.

¿Cuál es el reclamo hoy?

La huelga pasiva es por la necesidad de que aumente la tasa porcentual asignada a la Educación en relación al PIB nacional. Eso está muy bien. Pero hay un aspecto a considerar en la inversión que se realiza en educación que es la otra cara de la moneda: La eficientizacion de la inversión. A cambio de esta inversión proyectada ¿Qué obtendremos como resultado? y más aún; ¿Cuáles serán los indicadores de desempeño que utilizaremos para medirlos? Hemos visto en la prensa y en los programas televisivos de investigación muchas denuncias de corrupción en el Ministerio de Educación. Tener más inversión podría significar que los "cuatreros" sigan tomando lo que no es de ellos.

La Mayor Aberración

Ciertamente sorprende que se haya proclamado una ley de educación que estipula un mínimo de un 4% del PIB y que el Poder Ejecutivo, en la persona del Presidente Leonel Fernández Reyna, consigne una partida menor que la correspondiente. Esta forma de pensar y proceder es parte de la aberración, razón por la cual somos, aun hoy, pocos competitivos. Pareciera que es mejor guardar ese "dinerito" para otros asuntos prioritarios basados en otra agenda, que no es la agenda del bienestar común de los dominicanos y las dominicanas. Sin mencionar la universidad para Haití, lo cual no tiene nada de malo sólo que era una prioridad alterada, no se sabe en base a cuáles propósitos, sobre todo cuando la UASD no para de cerrar establecimientos educativos en el interior del país por falta de recursos.

Pareciera que seguir dando funditas y cajitas es mejor… además de ésta forma se asegura mantener una gran parte de la población nacional en una economía del tipo "welfare" ayudando a la perpetuación del poder obtenido sin tener que preocuparse por tener que debatir una oposición y un pueblo dispuesto y preparado a hacer valer sus legítimos derechos. Si uno es muy cínico y de pensamiento torcido pensaría que todo esto está bien como estrategia de perpetuación del poder, pero no como una estrategia Nacional de Desarrollo, pues no lo es. Todo esto es bastante aberrante, típico de políticos de la era de Niccolò Machiavelli y de aquellos que piensan saber jugar a la "Real Politique"