Una nación que pretenda avanzar debe apoyarse en las espaldas del espíritu innovador, de riesgo y emprendedor que posee la juventud. Normalmente, cuando los jóvenes no encuentran espacios para desarrollarse, entonces la idea de emigración comienza a germinar en sus cerebros. Es responsabilidad del Estado garantizar las condiciones mínimas para que el segmento poblacional más grande de la Republica Dominicana pueda desarrollarse libre y ampliamente.
Las políticas públicas generadoras de empleos deben hacer mucho énfasis en la juventud. Actualmente, el 30% de los jóvenes en edades entre los 15 y 24 años se encuentran desempleados. Cualquier política pública orientada a la creación de empleos para la juventud debe estar vinculada a la innovación y el emprendedurismo.
En los últimos 10 años, el desempleo no ha bajado del 14 %, independientemente de los niveles de crecimiento económico que ha tenido la República Dominicana. Para el año 2010, la tasa de desocupación abierta se calculó en un 14.4 %.
En las últimas tres décadas, los sectores más dinámicos de la economía han sido las telecomunicaciones, zonas francas, turismo y el sector de la construcción. No obstante, y desde el punto de vista de la creación de empleos masivos, las zonas francas han entrado en los últimos años en un proceso de drástica disminución de la empleomanía, por las razones conocidas de competitividad con los mercados asiáticos y centroamericanos; el sector de la construcción tiene un alto porcentaje de mano de obra extranjera; las telecomunicaciones es un sector de gran intensidad tecnológica, que de alguna forma sustituye la mano de obra no especializada; y por último, el turismo es un sector de bajos salarios y de altos niveles de expatriación de divisas, que se ha visto afectado por la crisis mundial imperante. En definitiva, los sectores que más empujan la economía no son de mano de obra intensiva, sino más bien de capital intensivo.
Para generar empleos productivos, necesitamos que el crecimiento económico sea la resultante de la productividad del trabajo, de la inversión en tecnología y el capital humano.
Hay que ser creativos en la lucha contra el desempleo. El concepto de industrias autosostenibles que generen beneficios que sirvan para crear o parir nuevas empresas es una respuesta al desempleo.
El gobierno podría generar bastantes empleos si se enfoca en la creación de industrias híbridas con el sector privado. Es decir, empresas cuya inversión de capital sean atraídas por el gobierno, pero que la incubación y gestión estén bajo la responsabilidad del sector privado, y parte de las utilidades generadas sean usadas para crear otras empresas bajo ese mismo concepto.
Por ejemplo, en el sector de la cultura deben promoverse las empresas culturales creativas, no sólo como fomentadoras de bienes intangibles, sino como generadoras de divisas.
¿Qué esperamos para construir el Museo del Merengue y la Bachata? ¿O las escuelas de música folclórica autóctona, cuyos ritmos tanto gustan a los extranjeros? Por ejemplo, se puede fomentar una gran industria de la artesanía para la exportación, que a su vez genere empleos. De igual manera, se pueden establecer industrias culturales vinculadas a la pintura y las artes plásticas. Estas iniciativas, como otras en su género, pueden ser empresas autosostenibles que generen empleos y fortalezcan la identidad cultural dominicana.
El Instituto Tecnológico de Las Américas (ITLA) y el Parque Cibernético son iniciativas muy buenas que pueden ser espacios para implementar industrias de producción masiva de tecnologías, aún sea importando en una primera etapa recursos humanos foráneos calificados, que nos permitan adquirir un "know-how" de calidad a mediano plazo.
En el sector agrícola, se pueden aprovechar las ventajas competitivas y comparativas que nos brinda nuestra posición geográfica y los productos que producimos. Por ejemplo, es necesario especializarnos en los nichos de mercado donde nuestros competidores son menos productivos, y donde podamos generar más empleos.
Lo mismo podríamos lograr con el sector turismo si lo especializamos y segmentamos en turismo temático. Es decir, ampliar la oferta turística al turismo ecológico, cultural, de montaña, etc., que hagan posible una diversidad turística en cantidad y calidad que termine creando plazas de empleos de calidad y sostenibles.
Es posible reducir el desempleo en la República Dominicana si somos creativos, emprendedores y si desarrollamos políticas públicas coherentes que incentiven y creen empleos productivos. Lamentablemente esa tarea no será posible si no se ofrecen oportunidades y no se involucra la fuerza creativa del 60% de la población dominicana representada en los menores de 35 años de edad; es decir aquellos cronológicamente llamados jóvenes.