La última noche del año que cerraba la década de los setenta la pase escuchando a nuestro artista Justo Susana.
Su participación en los acontecimientos de la guerra de abril, su versión infantil sobre la ocupación definitiva de la zona norte de la ciudad. – la que el llamaba la parte arriba-.
Acercándose la medianoche, Susana en su interés por dar un emotivo dramatismo a su descripción de los hechos, lograba emitir sonidos parecidos al tableteo de las ametralladoras. Sonidos guturales que ahogaron las explosiones de montantes y petardos del tan esperado cañonazo del año nuevo.
Naif es una palabra francesa que quiere decir ingenuo, un arte que nos recuerda la libertad de los niños cuando se expresan gráficamente con una ausencia total de la perspectiva que es una de las disciplinas que enseñan en las escuelas de arte.
El artista naif mas destacado es el francés Henri Rousseau. En el se ha podido encontrar además de su intención puramente realista, un rastro poético que brota de una actitud infantil. Roseau murió en mil novecientos diez y no fue hasta la mitad del siglo que apareció en el mundo civilizado el arte Naif haitiano.
Los que entienden de publicidad llaman mercado objetivo, o meta, al que tiene destinatario definido. Es decir que si se conoce la actitud del mercado se pueden establecer los medios de comunicación para conseguir los resultados deseados.
Justo Susana es un pintor dominicano prácticamente desconocido para los dominicanos que se interesan en las cuestiones de nuestro arte.
Su muerte hace pocos años paso desapercibida. Fue un Naif autentico que no conoció las reglas del arte. Su obra lleva toda la libertad que puede tener un niño cuando se expresa, es una pintura novedosa y fresca, carente de academia.
De la observación señalada nos preguntamos; Hay un arte naif exclusivo para el mercado?
Es con el hallazgo que hizo el norteamericano Dewitt Peters que afloró el arte Naif haitiano. El descubrimiento de Peters coincidió con la Obra de Philome Obin sobre la visita de Roosevelt a aquella parte de la isla.
Según los escritos de un antropólogo experto en culturas africanas: "La religión africana era la única fuerza consistente que sobrevivió la tragedia de la esclavitud. Impregnaba la vida de las masas y se hubiera podido esperar de ella que estimulara las artes. En lugar de ello las condiciones de la esclavitud hicieron que surgiera una nueva religión, que no necesitaba del arte figurativo".
Salvo lo dicho por algún antropólogo nuestro, al sincretismo dominicano, le llamamos –Santería- que es aquella mezcla de tradiciones que trajeron los esclavos junto al cristianismo impuesto por el amo.
En la época en que se importaron por primera vez esclavos al continente, allá en Europa se tenia bien claro la diferencia entre la obra de arte y la de artesanía.
Nosotros, tenemos una artesanía de origen anónimo que los entendidos llaman -santos de palo-.
Aunque no tenemos esa expresión ingenua de origen popular en el campo de la pintura que responda a aquella creación que produce el vudú, o el sincretismo en Haití.
Es decir que cualquier manifestación pictórica Naif es la creación individual de algún artista que responde a su vocación por pura intuición y porque ha visto a otros pintar como se dice de justo Susana que al ver a su pariente pintado dijo; yo también puedo hacer eso.
Es decir que aquello que conocemos como Naif haitiano es la consecuencia de una transición de la tradición religiosa como expresión colectiva, a la imagen formal de personalidades individuales: como las de los artistas que ilustraron la vida campesina haitiana en la conocida catedral episcopal destruida por el terremoto.