En la campaña electoral del 2012 el entonces candidato presidencial Danilo Medina repetía cual libreto memorizado las siguientes palabras: “ en las condiciones en que se encuentran las instituciones democráticas del país, la reelección no es favorable para la conducción sana del Estado porque no hay forma ni manera de que un presidente pueda repostularse que no terminen sus funcionarios abusando de los recursos públicos.” Eso precisamente fue lo que paso con la modificación constitucional para permitirle al presidente Danilo Medina repostularse, pues por el uso y abuso de los recursos públicos pudo contar con los votos de congresistas que unos días antes de celebrarse la sesión de la Asamblea Nacional eran rabiosos opositores de la misma.
Su discurso para justificar la mutación en su manera de pensar fue un insulto a la inteligencia de los dominicanos, porque decirnos el presidente que “En ningún momento estimulé o aceleré el proceso. Pero si no estuvo en mí estimular este proceso, tampoco estuvo en mi frenarlo, ya que brotaba de un deseo popular profundo”, quien sino el pudo haber orquestado la celada a Leonel Fernandez en la reunión del 19 de abril, quien si no el pudo haber dado como respuesta inmediata al discurso de Fernandez rechazando la modificación constitucional, la reunión del Senado donde se sometió y aprobó en primera lectura la ley habilitante para convocar la Asamblea Revisora, quien sino el pudo comprometerse a repostular no solo los congresistas y alcaldes peledeistas, sino también los perredeistas?.
Miente también el presidente en cuanto al deseo popular por su reelección, porque pararse frente a las cámaras de televisión a decirnos que el no quería reelegirse y que fue el pueblo que lo pidió es una burda mentira. En palabras del editorialista de Diario Libre, Don Adriano Miguel Tejada “Si escuchar a la gente y seguir las encuestas es lo determinante, aquí no habría necesidad de elecciones. Pero sabemos que no es así”.
El mecanismo idóneo para certificar cual es el deseo de la población es el referéndum, el cual han obviado bajo la vana excusa del costo del mismo como si los peledeistas no fueran expertos en dilapidar recursos, prefieren aferrarse a los resultados de encuestas, pero resulta que como bien dice el editorialista del Diario Libre “la gente es veleidosa, y las encuestas se equivocan, para no decir que, a veces, también mienten”.
Confieso que casi me pongo a llorar al ver al presidente Medina poner esa cara de fingida humildad, para tratar de justificar su ambición amparado por el apoyo de las principales fuerzas políticas del país. “Las mismas que sumaron, en los últimos comicios, el 98% de los votos del pueblo dominicano”. Bien sabe el presidente como se consiguieron esos apoyos de barcos que se hunden y cuyos marinos hacen lo imposible por no ahogarse.
Quien en su sano juicio va a creerle al presidente que su repostulacion no fue un plan orquestado desde el momento mismo de juramentarse en agosto del 2012, cuando dio inicio a la campaña que destruyo a Leonel Fernandez. No quiera tomarnos el pelo señor presidente que ya bastantes mentiras le hemos soportado.
La primera mentira repetida como papagayo fue que no intentaría repostularse, la segunda que actuaria contra la corrupción solo por el rumor publico, pues bien, el rumor publico le ha mencionado el caso de Inapa y no actuó, el caso del hospital Darío Contreras y no actuó y la tercera mentira es querer vendernos su repostulacion como fruto de la aclamación popular.
Como podemos creerle cuando diga que no usara los recursos públicos en su campaña y que no va a meternos en un nuevo hoyo fiscal?. Si permitió que otro nos metiera para comprar su elección en 2012, mucho mas fácil se le haría meternos en otro hoyo para garantizar su reelección. En sus propias palabras: “no hay forma ni manera de que un presidente que quiera repostularse no tenga que entrar en una expansión del gasto para poder justificar su candidatura”.
Como creerle a alguien que nos ha mentido tanto que oculta sus deseos en el silencio, por algo Leonel Fernandez, su compañero de partido, hizo esta cita de Martí en franca referencia al presidente Medina, “un hombre que oculta lo que piensa, o no se atreve a decir lo que piensa, no es un hombre honrado”.