¿Qué se puede esperar de una sociedad en el que su Código Penal se remonta a 1810?, ¿qué clase de justicia tenemos cuando todos los gobiernos que hemos sufrido, a ninguno les ha interesado reformar ese código penal tan complaciente con asesinos, pederastas, pedófilos, e incluso con ellos mismos, políticos corruptos y demás perlas que tenemos caminando en este país?, ¿Cómo es posible que a un abusador y violador de menores su sentencia no pase de 3 a 5 años?, ¿Cómo hemos permitido, nosotros como pueblo, que éste gobierno de Danilo Medina, tal como hicieron sus antecesores, se adueñe de la Justicia y de los demás poderes del Estado?.
Pues ese es, el panorama nada nuevo en materia judicial que tenemos en esta isla. ¿Cómo avanza una sociedad y la protección de sus ciudadanos con este tipo de Código Penal de pena y verguenza?.
En estos pasados días "santos" algunos obispos y sacerdotes saltaron a la palestra (siempre están) y descubrieron la pólvora. Dijeron "que la justicia está amañada". Nada nuevo para éstos "ilustres" donde muchos de ellos han sido beneficiados a lo largo de la historia política y social del país y no han sido tocados ni lo serán, a pesar de sus inapropiadas conductas. Al contrario, los gobiernos y los curas siempre se han protegido entre ellos porque la mayoría son cortados bajo el mismo patrón de corruptela.
Claro! que esta amañada la justicia, se compra y se vende. Esas ligeras y oportunas reclamaciones por parte de esos curas hacia el gobierno, para mi es sencillamente una postura del momento, por lo anteriormente descrito. En países como República Dominicana donde el corporativismo llamado Iglesia, tiene "poder", no se puede esperar más de lo sucedido. Esa es una de las tantas razones por las que mucho abogamos en este isla por la separación definitiva de Iglesia – Estado. Aquí tenemos un Concordato firmado en plena era Trujillista por el Estado y el Vaticano en el año 1954 solo para beneficio del tirano. Y así se ha quedado ese documento a pesar de que en teoría somos un "Estado Laico" pero en la práctica no funcionamos así. El fanatismo carcome los cimientos de esta sociedad y no nos deja avanzar.
Los curas y las distintas iglesias que confluyen en el país no deben meterse para nada ni opinar en asuntos de índole social y de Estado. Eso atrasa, permea el avance y es un retroceso flagrante para nosotros como ciudadanos. Esos dimes y diretes entre iglesia y gobierno son absurdos. Ambos se confabulan y protegen.
En lo que debemos preocuparnos y ocuparnos como sociedad es en exigir una reforma de ese Código Penal. Urge, es necesario, no podemos continuar en pleno siglo XXI con ese código obsoleto!!! No podemos como ciudadanos sentirnos desprotegidos. !!Cuántos casos judiciales no duermen el sueño eterno simplemente porque un ciudadano no tiene recursos para que avance un proceso!