No conozco a Junot Diaz, pero las traducciones que he leído de su obra me han fascinado. Me ha hecho llorar, reír, pensar, cuestionar, enojarme, sonrojarme, en fin, que logró conmigo lo que un autor o una autora debe lograr con cada persona que le lee: Crear conexión, despertar interés, sensibilizar sobre la mirada de la vida reflejada en su obra e interesarme en querer siempre más. Así que, no me queda muy claro eso de que si sus personajes son de tal o cual forma y reflejan lo que él es (y esa estupidez, ¿De dónde la han sacado?). Atravesar la obra por ese tamiz me parece surrealista (¿De qué están hablando?).

Cuando leí su narrativa sobre su violación y como eso le afectó en su vida emocional, lloré con él. Es cierto que la confesión dejaba clarísimo un relacionamiento con las mujeres desde el trauma y el abuso. Siendo sincera, posiblemente en una mezcla de dolor, pena y rabia y con la certeza de que ningún niño, ninguna niña, debería tener que vivir situaciones de abuso y violación, en un principio me centré en su dolor y no en la estela que él mismo admite dejó detrás en muchas mujeres. Quiero creer que es sincero en la expresión de su arrepentimiento y cuestionamiento a su propia actuación.

Dicho todo lo anterior, algunas puntualizaciones… Una cosa es un confesión que tus relaciones no necesariamente iban por donde tú querías que fueran, porque tus limitaciones emocionales no te lo permitían; otra muy diferente, es que tu intentes aprovecharte de mujeres que se acercan a ti en tu plano académico y profesional (forzar besos, agredir en público a quienes te adversen y otras cosas de ese estilo). Eso, a mi entender, no habla de algún desequilibrio emocional por haber sido violado; eso habla de ego, de prepotencia, de abuso de poder, y de sentir que estas por encima del bien y del mal y claro,  habla de machismo.

Así que me parece un disparate las voces que por “defenderlo” atacan y establecen tajantemente que como no es lo mismo violar que robar un beso, es “mojigatería” denunciarle.    ¿De dónde se le ocurre a alguien reclamarle a ZinZi Clemmons, o a todas las que se atrevan a hablar ahora, que porqué no lo hicieron antes? ¿Por qué ese afán de “acusar” de “mojigatas” a las mujeres? ¿Y sobre todo, porque esa intencionalidad de establecer paralelismos entre un galanteo (que evidentemente debe ser una vaina entre dos), y que un tipo te quiera forzar a besarlo o dejar que te bese porque él se cree “merecedor” de eso y hasta de más?

Según lo que denuncian varias mujeres, Junot, estuvo abusando de su posición frente a ellas. Parecería que, mirar su comportamiento a la luz del movimiento #MeToo o #YoTambién, lo confrontó con su proceder y decidió  sacar de debajo de la mesa situaciones alrededor de su vida. O quizás es cierto, que simplemente previo lo que venía y quiso adelantarse. En cualquiera de los escenarios, es loable que lo esté haciendo desde asumir que su comportamiento hacia las mujeres ha sido negativo. Desde ahí, si es honesto, puede implicarse en su cambio y eso estaría muy bien.

Ahora bien, carajo, dejemos de decirle a las mujeres atravesadas por sus abusos, que no debieron decirlo, que expresar el malestar que una persona te hizo sentir tiene fecha de caducidad; porque no es cierto. Si alguien abuso de ti, tú tienes que poder decirlo siempre, si tienes la fuerza para hacerlo inmediatamente perfecto, pero si la seguridad para expresarlo te llega muchísimos años después, grítalo; y nadie absolutamente nadie tiene derecho a censurarte y minimizar tu trauma.

Me parece una posición demasiado cómoda, que el posicionamiento frente a la denuncia de abuso sea ¿Y por qué lo dices ahora? Pues, ahora es que pudo, porque los acontecimientos posteriores son los que le han permitido expresarlo. Dejemos de cargar el dado a quien padeció la situación, y de andar “salvando” a quien cometió el hecho. Por favor, ¿Es tan difícil entenderlo?

Dejémonos de medias tintas, quien andaba por ahí “robando besos” y aparentemente queriendo aprovecharse de su éxito para conseguir o forzar “favores” era Junot; así que a quien tenemos que reclamarle es a él. Estoy de acuerdo en que puede ser desproporcionado el castigo social e institucional que parecería quieren hacerle pagar. En mi percepción hay sectores que se están aprovechando para cobrarle otras “deudas”, pero esa otra discusión.

A mí, sinceramente, lo que me sorprende es leer que lo de Junot, era secreto a voces, incluso mujeres feministas admitiendo que lo sabían, pero nadie lo enfrentaba. Justo lo que criticamos cuando por el “bien de la iglesia” a un Nuncio Apostólico de Su Santidad lo sacan del país, antes de que se destape el escándalo. Díganme “psicorígida”, “insufrible”, “incomprensiva”, pero dejen su hipocresía “progresista” y critiquen a Junot de la misma forma que lo hacen cuando es una persona que no “goza” de los afectos.

Hay matices, claro que hay matices, no es lo mismo robar un beso que una violación sexual, el tema es otro: el tema es el abuso. Y un beso robado es abuso, invitar a una académica que ha expresado su admiración a una cena, y esperar que sea una patente para abordarla sexualmente y, si no quiere descalificarla, es abuso. No es violación, claro que no, pero no es por violación que Zinzi lo denunció. Dejémonos de tener a nuestros “malos favoritos”.

Junot es un hombre joven, con un talento maravilloso, tiene todo el tiempo del mundo para salir del atolladero en que se metió con su conducta abusiva, y demostrar su arrepentimiento, actuando de forma diferente. Ojalá lo haga, con entereza, humildad, reconocimiento y transformación.

Mujeres del mundo, no se dejen amilanar, si un hombre basándose en su poder y en sus privilegios masculinos quiere o quiso abusar denúncienlo, solo así acabaremos con la estructura que naturaliza el abuso y quiere hacerlo pasar como “galanteo” y a nosotras como mojigatas, por querer ser tratadas con respeto.