Si hay un polo turístico donde las construcciones no paran es en Juan Dolio y sus alrededores. Guayacanes va por el mismo camino.

Son los Polos donde miles de dominicanos de clase media y media alta están invirtiendo porque ofrece muchas ventajas respecto a otros similares.

Su ubicación a unos 45 minutos de la capital es quizás lo mas atractivo para invertir en esta zona. Igualmente, aunque los precios por metro cuadrado de los apartamentos varían desde US1,200 hasta US$2,000 (dependiendo de la calidad de las unidades y de la cercanía a la playa), hay una infinidad de opciones adicionales, como construir una villa en un solar a precios muy razonables o comprar en algunos de los resorts cercanos como Guavaberry Golf and Country Club o Metro Country Club.

Ambos tienen su club de playa privado y campos de golf. Guavaberry tiene en este momento uno de los mejores campos de golf del país y si lo duda, visítelo.

Otra ventaja es que la zona posee buenas playas, arena blanca y esta llena de restaurantes exquisitos tanto de comida italiana, españolas o típicamente criolla. Los comercios abundan, y puede encontrar de todo excepto que aun falta un supermercado grande, aunque los de San Pedro de Macorís están a 15 minutos. Hay bancos, heladerías, gift shop, bares, minimercados, peluquerías, licorerías, etc.

La zona, sin embargo, es de poco interés para el gobierno ya que concentra demasiada inversión pública en la región este, pero a partir de La Romana, donde están los Punta Cana, Bávaro, Casa de Campo, Cap Cana y Bayahibe.

Juan Dolio y Guayacanes necesitan que esas inversiones sean mas equitativas considerando la cantidad de gente que está invirtiendo en la zona. Es urgente mejorar el alumbrado eléctrico, las calles, los parqueos para visitantes, la limpieza de las playas donde en algunas zonas se observa demasiada erosión, el saneamiento y la seguridad con más agentes policiales. 

Los hoteleros de Bávaro pueden invertir parte de sus ganancias en algunas obras de infraestructura y en el saneamiento, porque tienen demasiadas concesiones y alta rentabilidad.

En Juan Dolio y Guayacanes ya no hay grandes hoteles y el 90% son propietarios de inmuebles, mayormente de clase media, que pagan un mantenimiento para cuidar su entorno, la seguridad interna de los condominios y otros servicios de limpieza de áreas verdes y piscina. 

Por ese motivo se necesita que el gobierno invierta más dinero en la zona porque en la medida que así sea, la inversión en grandes condominios, aparta hoteles, villas privadas y negocios de todo tipo podría superar muy pronto la que se hace en cualquier otro polo turístico del país.

A pesar del gran dinamismo en la construcción todavía la zona esta virgen, con muchos kilómetros de playa disponibles y hay espacio para expandirse 50 veces más de lo que está cubierto.  Pero se necesita mejorar la infraestructura vial, el tratamiento de aguas residuales, acueductos, energía y la misma playa, entre otras prioridades. 

El tiempo me dará la razón porque con los años ya no se llamarán polo turístico Juan Dolio-Guayacanes sino suburbios del gran Santo Domingo.

De hecho, miles de familias dominicanas y extranjeras ya viven en la zona y se trasladan a la capital o a San Pedro de Macorís para sus diligencias de trabajo o personales. Una está a 15 minutos y la otra a 45 minutos de distancia.

Los ayuntamientos de ambas comarcas no tienen recursos ni para desyerbar algunos caminos que conectan la playa con los proyectos turísticos. Tampoco para atender a los barrios pobres circundantes que ofrecen un panorama desgarrador.

Así como Puerto Plata y su entorno crecieron por la apertura de playa dorada, su mayor impulso lo recibió de los inversionistas cibaeños gracias a la cercanía con todas las ciudades del Cibao central.

La ventaja de Juan Dolió y Guayacanes es que tiene al Gran Santo Domingo casi al lado y ni hablar de San Pedro de Macorís.