Estimado Poeta:

Llamó mi atención que el presidente Danilo Medina te designara para encabezar la Comisión que organizará los actos conmemorativos del 50º aniversario de “La Guerra de Abril”. Estoy seguro de que la misión será bien servida por ti. No obstante, considero oportuno advertir algunos de los riesgos que llevan implícitos los homenajes de esta naturaleza en torno a hechos que enfrentaron a dominicanos con otros dominicanos, así como patriotas contra invasores y sus lacayos entreguistas. No sobra decir que todavía hay heridas de aquel conflicto que no han cerrado y cadáveres que no han sido encontrados.

Se me ocurre preguntar si se ocuparán los comisionados de analizar que el origen de “La Guerra de Abril” estuvo en el criminal golpe de Estado contra el gobierno de Juan Bosch que se sustentaba sobre la Constitución de 1963. Aquel hecho antidemocrático estuvo encabezado por sectores militares con mentalidad trujillista, el capital azucarero, los empresarios más reaccionarios y la curia fanatizada, todo esto bajo la mirada complaciente y cooperadora de la embajada de Estados Unidos, amparada por el “plausible denial”. Esos mismos grupos apoyarían la invasión militar de Estados Unidos contra nuestro país en 1965.

Pregunto esto porque los herederos de cada uno de esos grupos del poder fáctico son hoy más conservadores que entonces y mantienen más control que siempre sobre la economía, la política y la sociedad dominicanas. Y no sé si la Comisión se atrevería a tocar esas teclas que podrían desafinar, desde el principio, la melodía de la conmemoración.

¿Qué va a hacer la Comisión con los decretos presidenciales de los gobiernos posteriores al golpe de Estado de 1963 que ascendieron de rango, premiaron económicamente y condecoraron a muchos militares que violaron reiteradamente la Constitución, se entregaron al invasor y cometieron atroces hechos de violencia tanto durante la Operación Limpieza de mayo de 1965 como, luego, bajo el gobierno provisional presidido por Héctor García Cáceres entre septiembre de 1965 y julio de 1966? ¿Anularán estos reconocimientos o los confirmarán mirando para otro lado?

¿Reconocerá la Comisión dentro de sus atribuciones el indiscutible hecho de que las Fuerzas Armadas dominicanas no defendieron entonces la soberanía nacional sino que se pusieron a disposición de los invasores estadounidenses para provocar millares de muertes de dominicanos inocentes? No puede ignorarse que un General del Ejército Nacional, Antonio Imbert Barreras, presidió el gobierno títere anti patriótico que buscaba disimular la violación a nuestra soberanía y la ocupación de nuestra territorialidad.

¿Cuál podría ser la actitud de la Comisión y del gobierno presidido por Danilo Medina ante el gobierno de Estados Unidos de América durante esa conmemoración por la reiterada violación de los gobiernos de ese país a nuestra soberanía desde principios del siglo veinte, en tres oportunidades invasores militares que provocaron la pérdida de millares de vidas y el secuestro de la independencia política y económica?

La unidad de contrarios, vale decir la ley de la contradicción, obliga a que si se habla de demócratas tiene que mencionarse a los golpistas; si hay patriota, hay vende patria; si hay leales, hay traidores; etc. No sé si la Comisión, obligada por el rigor histórico, se verá forzada a mencionar nombres de unos y otros.

Si la Comisión opta por reconocer en justicia como héroes nacionales a Rafael Fernández Domínguez y a Francisco Caamaño Deñó, ¿bajo qué calidad mencionaría a Antonio Imbert Barreras, Pedro Bartolomé Benoit y Francisco Rivera Caminero, para solo mencionar algunos ejemplos de aquellos que le dieron la espalda al patriotismo y se sumaron a los invasores en los atropellos contra la nación?

Luego de tantos documentos publicados, que una vez fueron secretos, se han conocido los entretelones de los peores dominicanos al servicio del gobierno de Estados Unidos. ¿Cómo presentará entonces la Comisión a Joaquín Balaguer quien ha sido evidenciado una y otra vez como instrumento cómplice de los invasores estadounidenses y heredero de toda aquella maldad imperial puesta en práctica por doce años consecutivos de sangre y atropellos?

Como podrás ver, querido poeta, la misión es más complicada de lo que parece si se quiere ser fiel a los principios democráticos y a la verdad histórica. Ojalá que tus compañeros comisionados estén dispuestos a colocarse a la altura del compromiso y no permitan que un par de payasos impongan en la Comisión una politiquería barata y protagonismos ridículos en base a la mentira histórica. El pueblo espera que llamen a cada cosa por su nombre y respeten la memoria de una nación que no es indolente ni servil y bien merece que su historia se escriba aproximándose lo más posible a la verdad.