La historia de la humanidad ha producido muchos mitos, uno de ellos es el que exhibe la grandeza política de Juan Bosch. Bosch fue un gran novelista. Más Bosch fue un pésimo político. Si no, pregúntenlo a Salvador Allende.
Eso quedó demostrado en mi libro "Los partidos políticos en la República Dominicana: Actividad Electoral y Desarrollo Organizativo (Editora Centenario, 1999).
Las planchas originales de mi libro fueron robadas, cual rufián en la noche, por Leonel Fernández, las mismas fueron alteradas y las verdades contenidas -fruto de un arduo proceso de investigación de diez años y de una costosísima inversión de todos mis ahorros como joven intelectual- fueron falseadas para acomodar la información a los amarres oblicuos y retorcidos de la plana mayor del PLD, que luego imprimió su propia versión en blanco y la repartió entre sus discípulos. Yo conservo en lugar seguro en Washington las versiones originales y no alteradas de mi libro que me hice imprimir en los Estados Unidos, previendo el temor de profundidad marina a la verdad de esos rufianes.
Juan Bosch no fue un buen político. Juan Bosch fue un traidor! En su carta a Luís Muñoz Marín en 1963 justo después del Golpe militar el entonces honorable Don Juan le explica claramente a su amigo Luís, con un alto tono de desdén, típico del acomodado origen burgués que hoy esparcen sus discípulos del PLD, su desconfianza en la capacidad libertaria del pueblo dominicano, que él consideraba inepto, inmaduro e ignorante para vivir en democracia.
Lo que Bosch no dice en esa carta es que fue él quien traicionó a los militares caamañistas y aquellos que, aunque no se identificaban con Caamaño, estaban dispuestos a dar su vida y a derramar su sangre por la anhelada libertad del pueblo dominicano contra el yugo del sátrapa Trujillo.
La única obra política rescatable de Bosch fue la Constitución de 1965, redactada por Allende: Un modelo a emular por las nuevas generaciones.
Reto a todos los burgueses y pequeños burgueses del Cartel PLD y sus aliados corruptos a desmentir lo que aquí afirmo. Y a las voces y plumas renovadoras a que investiguen estas afirmaciones y den un giro de 190 grados a la sarta de mentiras y enjundias que han vertido sobre el pueblo dominicano los burgueses y pequeños burgueses peledeístas, la élite que Bosch mismo formó y mal educó para que este país en el mundo viviera colgado en un archipiélago de azúcar y de alcohol dormido en las aristas de su largo e intenso mar para que, en su mentalidad olvidadiza, en su enfermedad del "obliviousness", no pudiera salir nunca del abismo en la oscuridad de la noche.
Que hablen ahora o callen para siempre. Fuera de todos los contornos y entornos de Quisqueya los ladrones del Cartel PLD y sus aliados!