Inicio a partir de esta publicación la presentación de una serie de cinco trabajos a modo de memorias o testamento moral sobre el pensamiento ético de Bosch y sus valoraciones de moralidad sobre la corrupción y su impacto en la calidad de la democracia en América Latina y República Dominicana, visto desde la perspectiva del escándalo Odebrecht. Cuatro de ellos serán Fragmentos fieles transcriptos de su texto: “Crisis de la Democracia de América en la República Dominicana”, un quinto será una apología de la moralidad de Bosch en el ejercicio de gobierno. La relación de un trabajo a otro será en conexión con el contenido y el enfoque, no así, con el texto de cada publicación, al final de cada trabajo y en la última entrega haré a modo de colofón un juicio personal.
La primera reflexión está dedicada a las valoraciones que hace don Juan del “Papel de la Corrupción en el Golpe de 1963”, que expone en su capítulo XVIII, págs. 187-90, cito:
“En los países de la América Latina, con muy pocas excepciones, gobernantes y gobernados ejercen la corrupción en la forma más natural, y la corrupción no se limita al robo de los fondos públicos sino que alcanza a otras manifestaciones de la vida en sociedad. Al tomar el poder en la República Dominicana, el régimen democrático tenía que esforzarse en moralizar el país o se exponía a que la inmoralidad acabara con la democracia”. Continua argumentando Bosch, cito:
“A la semana de haber tomado posesión de sus cargos, los Ministros de Finanzas y de Obras Públicas sabían, más o menos, cómo estaba organizado el robo de sus departamentos.” De forma categórica y en franca indignación, razona:
“En el primer pago del plan de emergencia hecho bajo el nuevo Gobierno, el dinero fue llevado por jóvenes desconocidos que habían cambiado por uno o dos días su ropa militar por ropa civil, y esos jóvenes exigieron que cada trabajador presentara su tarjeta para recibir el dinero que le correspondía. Cuando se les explicó a los jóvenes que eso no era posible, que los trabajadores cambiaban las tarjetas en casas de comercio, se presentaron en esas casas de comercio con las listas de los trabajadores y comprobaron fácilmente el fraude. Al volver a la Capital, sobraban más de ciento cincuenta mil pesos, lo que indicaba que en ese solo renglón, el robo se acercaba a los cuatro millones de pesos al año, es decir, más del dos por ciento del presupuesto total de la nación.” La actitud de moralización del ejercicio político y de gobierno, llevó éste y a Bosch a hacer de forma generalizada y no preferente, lo que cito a seguida, del texto objeto de este análisis:
“ La batida contra el robo fue de tal naturaleza, en todos los frentes donde podía haber fraude, que al terminar el primer mes de Gobierno podíamos estimar que al cerrarse el año fiscal, nueve meses después, tendríamos una economía de diez millones de pesos. Pero eso no significaba que hubiéramos acabado con el mal. Según nuestros cálculos, los robos en el campo fiscal solamente sobrepasan los veinticinco millones y podían acercarse a treinta millones, es decir, casi el veinte por ciento del presupuesto total”. Continúa Bosch:
“Ese ambiente de corrupción era el caldo en que prosperaba una parte de la clase media dominicana, la porción de clase media que no se había preparado para obtener beneficios mediante la capacidad, en competencia honesta y abierta, se las arreglaba para obtenerlos mediante el fraude, el negocio en la sombra, al favor del gobernante.” Según Hegel, en la llamada dialéctica hegeliana: “el infinito malo es un proceso que no encuentra nunca una solución. El infinito malo está destinado a permanecer perennemente irresoluto: es una carrera continua del ser tras el deber ser.” El primer fragmento citado de este trabajo, se manifiesta la influencia de la ideología hegeliana en la estructuración del pensamiento de don Juan, brillantemente expuesta por el Gran Maestro Juan Bosch, en el texto en cuestión, al plantear la corrupción como el infinito malo, que destruye el cuerpo político y social de cualquier nación o país. (Tesis doctoral, Juan Bosch: Dimensión Política, Filosófica y Jurídica, “como razón Sistémica”-jtof-)