El artículo del distinguido periodista y amigo Juan Bolívar Diaz, voz y pensamiento respetado en todo el país por sus posiciones firmes y defensoras de los derechos del pueblo, contrasta con las posiciones de un numeroso grupo de organizaciones sociales, empresariales, partidos políticos, gremios y probablemente una mayoría absoluta de la población

El fuerte argumento de Juan Bolívar para cuestionar la no firma del gobierno del Pacto Migratorio Mundial de la ONU es que tenemos mas de 2.5 millones de dominicanos viviendo en el exterior y aquí se registran apenas unos 770 mil extranjeros, mayormente procedente de Haití.

Obviamente que si fueran suecos, canadienses o noruegos el pacto se hubiera firmado, pero se trata de los haitianos.

Yo estoy de acuerdo en no firmar el pacto, aunque respecto la posición de mi amigo que tiene un buen fundamento para cuestionarlo porque su humanismo nunca lo traiciona.

El problema es que no es lo mismo la inmigración en Europa procedente de África o Medio Oriente, ya que esas personas huyen de la guerra, el hambre, o la persecución política eligiendo países que son económicamente desarrollados y con una fuerte capacidad de absorción de esos recursos humanos.

Europa es una región despoblada, con un crecimiento poblacional que no supera el 1.5% anual y en algunos casos menos del 1%.

A ese ritmo, en 5 décadas la población caerá en alrededor del 3% y en 100 años más el 8%. Se imaginan a España, Alemania, Noruega o Francia con 35 millones menos de personas. Lo mismo puede decirse de los Estados Unidos con respecto a los países que más emigran hacia el norte.

Este país ha sido un receptor tradicional de inmigrantes, aunque Mister Trump tiene una posición muy radical contra la inmigración, lo que es puramente circunstancial.

Canadá, por ejemplo, podría albergar 200 millones de habitantes y ni lo sentiría. Pero solo posee 37 millones de seres.

En otro aspecto, países como España, Grecia, Francia, Italia, Reino Unido Polonia, Hungría etc. donde llegan muchos inmigrantes, tienen una densidad poblacional que oscila entre 85 y 140 habitantes por Kilómetros cuadrado y la de Rusia no llega a 10 habitantes por km. Cuadrado. Además, tienen músculos económicos.

La de República Dominicana alcanza 226 habitantes por km. Cuadrado. Demasiado para una isla. Aquí no hay capacidad de absorción de más inmigrantes. Todo lo contrario, esa presión por el espacio es lo que impulsa a muchos dominicanos a emigrar a otros países, unido obviamente a la falta de trabajo.

Nuestra economía es pobre a pesar de su alto crecimiento. La pobreza ronda el 35% de la población, con una amplia clase media baja que de un santiamén vuelve a ser pobre.

La salud es una vergüenza, la educación una tragedia y el salario una ofensa a la dignidad. Este país no tiene capacidad de absorber más inmigrantes ni atender como es debido a los que ya están aquí, que es parte de los compromisos del Pacto.

El otro problema es el tipo de inmigrantes. Recibimos de Haití gente que probablemente nunca ha ido a una escuela mientras se nos van dominicanos que en su mayoría tienen alguna habilidad laboral o formación profesional. Tenemos en eso un balance muy negativo.

En fin, cualquier compromiso que asuma Republica Dominicana con los inmigrantes pueda estar muy por encima de su capacidad para cumplirlo. El Asia desarrollada no, Europa tampoco y menos América del Norte.

De lo que estoy seguro es que tarde o temprano todos los países se adherirían al Pacto porque es justo y humanitario. Es un problema de circunstancias. Del momento. Hasta cuando se deje de hablar de una isla única e indivisible que aun cala en la mente del pueblo, aunque sea una utopía y un arma poderosa de la xenofobia para envenenar la mente de los ciudadanos.