La semana pasada publicamos un artículo sobre el Carnaval de Villas Agrícolas, su descripción y su aporte a la cohesión social. El artículo se extrae del estudio que realizamos para la Fundación Abriendo Camino (2016) sobre el Carnaval en Villas Agrícolas. El artículo de hoy aborda otras dimensiones del estudio.

El Carnaval de Villas Agrícolas se puede convertir en una opción de empoderamiento para la población adolescente y joven del barrio. A través del Carnaval varios jóvenes han ampliado sus conocimientos artísticos-musicales y se han dedicado a estudiar música y aprender instrumentos de música popular así como de manifestaciones afrocaribeñas como los atabales.

El vínculo entre el carnaval y las manifestaciones afrocaribeñas es fuerte. Es un vínculo que se refuerza con la música de atabales que tiene una demanda especifica en los barrios desde las distintas celebraciones mágico-religiosas de la religiosidad popular así como en fiestas en general. La valoración de esta música y de sus raíces en jóvenes vinculados a las comparsas resulta significativo y muestra el aporte que hace el carnaval en la perspectiva identitaria.

El dialogo y negociación con esta población se hace necesario para que el carnaval y los procesos educativos desde la danza-música y teatro sean una opción de empoderamiento y prevención de riesgo en el barrio

El carnaval ofrece a la población joven la opción de realizar diversión, recreación, creatividad y expresión con actividades que pueden estar desvinculadas de los patrones consumistas de ocio donde predomina el alcohol y las drogas. Esta oportunidad debe ser fortalecida con programas culturales que amplíen la oferta que abre el carnaval e integren procesos educativos de ruptura con prácticas sexistas y patriarcales presentes en el carnaval con una reducción de la población femenina al baile.

Si bien el Baile, la danza puede también convertirse en una actividad que fortalezca el empoderamiento debe ofrecerse desde la equidad de género al igual que la educación musical y el teatro.

La integración de música-danza-teatro ya existe en el carnaval de Villas Agrícolas. Solo necesita mayor contenido y fortaleza desde procesos educativos y de coordinación interinstitucional.

El Carnaval debe ser trabajado en la ruptura con los prejuicios religiosos dominantes en el barrio de Villas Agrícolas, el diálogo con las iglesias protestantes y católicas del barrio puede facilitar que el mismo tenga mayor cobertura y se convierta en una opción infantil y juvenil de mayor amplitud.

Junto a estas posibilidades se encuentra también la necesidad de romper las barreras de discriminación hacia la población adolescente y joven usuaria de drogas y vinculada a bandas juveniles. El dialogo y negociación con esta población se hace necesario para que el carnaval y los procesos educativos desde la danza-música y teatro sean una opción de empoderamiento y prevención de riesgo en el barrio.

El carnaval junto a una oferta de educación artística-musical y de danza en Villas Agrícolas puede ser parte de un programa de educación para la paz, donde centros educativos, instituciones, CONANI y las iglesias dediquen sus esfuerzos a instaurar en cada esquina un espacio de creatividad, espontaneidad desde la música, la danza y el teatro basado en la convivencia desde la alegría y la armonía.

Este artículo fue publicado originalmente en el periódico HOY