El pasado domingo 1ero de julio se realizó como en años anteriores la caravana del orgullo de la comunidad LGTBI. Una celebración internacional de los grupos LGTBI que cada año se celebra con una mayor concurrencia en el país.
La caravana contó con una presencia importante de personas tanto de la comunidad LGTBI como que no pertenecen a esta comunidad y demuestran su apoyo a las reivindicaciones de derechos que enarbola esta comunidad.
Este año la caravana mostró elementos distintivos frente a los años anteriores. La cantidad de personas en vehículos fue mucho mayor y la ruta que se realizó también fue distinta.
Si bien tocó barrios urbano-marginales del Distrito Nacional y Santo Domingo Este como el año pasado, se movilizó en el polígono central del Distrito Nacional, lo que tiene un significado importante para la comunidad LGTBI. Pues los barrios urbano-marginales muestran en los recorridos mayor tolerancia hacia las personas que tienen algunas de las opciones sexuales distintas y lo muestran públicamente, sean gays, lesbianas o transexuales, lo que no ocurre en los estratos medios y altos.
La lucha por el respeto de los derechos de las personas gays, lesbianas y transexuales no es un problema exclusivo de este sector, beneficia a toda la ciudadanía en el ejercicio de sus derechos y libertades. Es un movimiento que reclama el derecho a la libre expresión de la afectividad, dimensión trascendental en todas las personas
La caravana es una actividad netamente festiva. En la caravana se muestran diversas expresiones de creatividad en vestuario y en el uso de carteles alusivos a los derechos de la población LGTBI a mostrar su opción sexual, a tener relaciones afectivas públicamente y a reivindicaciones sociales.
La solidaridad que ha ido adquiriendo el movimiento LGTB de personas, grupos juveniles, organizaciones sociales, instituciones y líderes de opinión pública es importante, la barrera de la intolerancia sexual se va rompiendo más aun en las nuevas generaciones.
La caravana a su vez favorece a la ruptura con la estigmatización de los barrios considerados como violentos y de riesgo. En esta ocasión la caravana transitó sin dificultad por barrios como: Cristo Rey, Villas Agrícolas, Villa María, 27 de Febrero, entre otros… El recorrido por estos barrios de personas de estratos medios y medios altos que componían la caravana favorece a una mirada distinta a estos barrios y a romper con el miedo a transitar por los mismos. En estos barrios la gente en las calles festejando junto con la caravana el orgullo gay, un imaginario distante de la figura violenta que muchas veces se difunde en los medios de comunicación sobre estos espacios.
La principal demanda de la población LGTBI es la libertad, principio fundamental de la democracia que tiene grandes barreras en la sociedad dominicana por la estigmatización existente.
“Es el único día del año en que puedo ser yo sin miedo”.
Esta expresión muestra el peso que tiene para la población LGTBI el derecho a la libertad. Un derecho que se le coarta con acciones represivas tanto desde organismos de seguridad como de instituciones religiosas, sociales y educativas. Jóvenes con opciones sexuales distintas en los centros educativos, centros laborales, parques y espacio público en general tienen miedo a mostrar su verdadera identidad, para no verse expulsado y/o excluido de estos espacios.
Este tabú se rompe en el concierto facilitando así a un espacio abierto en el que baile, expresiones de afecto e interacción social abierta son posibles en esta celebración con ruptura a los tabúes culturales existentes. Estos espacios festivos y afectivos fortalecen la democracia y las libertades en nuestra sociedad. Convierten el espacio público en un lugar donde fluye la expresividad y la creatividad.
La población joven con opciones sexuales distintas en nuestro país está demandando y promoviendo un cambio en esta perspectiva. Está pidiendo libertad, democracia y respeto a sus derechos.
La lucha por el respeto de los derechos de las personas gays, lesbianas y transexuales no es un problema exclusivo de este sector, beneficia a toda la ciudadanía en el ejercicio de sus derechos y libertades. Es un movimiento que reclama el derecho a la libre expresión de la afectividad, dimensión trascendental en todas las personas.
El respeto y la garantía de condiciones de equidad y libertad hacia las personas independientemente de su opción sexual son condiciones fundamentales para el desarrollo humano y la vida democrática.