Definitivamente en la cultura de la ingratitud desarrollada de forma subliminar en las estructuras de la más alta dirección del PLD, no se sabe quien tiene el pico más largo para sacar los ojos a su forjador y maestro. Entre asombro y espanto no acabo de salir del shock, al leer en la página 16 del Diario Libre del pasado 9 de marzo, en el extremo derecho de su página, el insólito e inconcebible argumento planteado por José Tomás en entrevista exclusiva a ese diario, que cito íntegramente: “José Tomás Pérez entiende que si el PLD se hubiera quedado bajo el esquema de gobierno socialista que promovía su fundador, el extinto ex-presidente Juan Bosch, la República Dominicana habría retrocedido.”
Este planteamiento de José Tomás no tiene nada que envidiar a todos los planteamientos, denuncias, intrigas y rumores que como telas de arañas conspirativas giraron alrededor del presidente Juan Bosch en el año 1963, auspiciados, por supuesto, por la CIA de entonces, y los sectores más retrógradas de la sociedad dominicana. Todo ello como justificación para propiciar el golpe de Estado que asestaron, usando como pretexto la presencia de los llamados Castro comunistas: Juan Ducoudray, Felix Ducoudray, Máximo López Molina, Pericles Franco y Dato Pagan, dirigentes de la izquierda de la época que regresaron a la República, y a decir, de los que conspiraron contra Juan Bosch antes de su elección, fueron entrenados en Moscú para instalar en República Dominicana un gobierno socialista-comunista encabezado por Juan Bosch, razón más que suficiente para promover el golpe de Estado en 1963. (Kennedy y Bosch, Aportes al Estudio de las Relaciones Internacionales del Gobierno Constitucional de 1963, pag 81. Bernardo Vega).
Haciendo un contraste y paralelismo de la historia, todo parece indicar que las lecturas sobre el pensamiento de Juan Bosch hechas por José Tomás Pérez, se limitaron a los cuentos y una que otra novela del maestro del pensamiento y de la política dominicana. Don Juan, en su libro “Póker de espanto en el Caribe”, tiene una respuesta al desafortunado, injusto e irresponsable punto de vista del ex-secretario General del PLD, hoy embajador en Washington. Las concepciones filosóficas, jurídicas y políticas de Juan Bosch son las que definen su modelo y visión de sociedad, justicia, libertad y democracia, no sus cuentos y novelas. En ellas está contenido su alto sentido, el más alto, probablemente, en América Latina de pensador alguno, sobre la democracia. Cito de “Póker de Espanto en el Caribe” una de estas tesis políticas sobre el tipo y modelo de sociedad en la visión de don Juan: “El ideal republicano fue en nosotros obra del contagio, no fruto natural de nuestras fuerzas. Así, las revoluciones de independencia se atuvieron a separarnos de España, pero no pudieron procurarnos la estabilidad que necesitábamos para sobrevivir.
Esa estabilidad tenía que fundamentarse sobre economías sólidas y sobre ciudadanos capacitados. Y carecíamos de ambas cosas. Desgraciadamente, en la mayoría de nuestros países aquellos que ganaron prestigio en las guerras libertadoras lo usaron para beneficiarse a costa del pueblo. Fueron enemigos de España, pero no fueron patriotas. En muy pocos casos los libertadores se aplicaron a proporcionarnos las bases de un desarrollo económico y político saludable; lo que hicieron fue treparse en el poder para adueñarse de tierras, ganados, de negocios, de honores. Salidos en una enorme proporción de filas del pueblo, su ambición fue codearse con la aristocracia criolla, emularla o rivalizar con ella en riqueza.”
Pero, este concepto sobre gobierno y sistema se completa con la siguiente tesis de don Juan en el libro de referencia, cito: “Se trata de facilitar el desarrollo económico de los pueblos favoreciendo la formación de burguesías nacionales, a fin de que éstas pasen a ocupar el lugar que tienen los capitales extranjeros; pero esas burguesías no pueden –ni deben, por tanto- formarse a expensas de campesinos y trabajadores, como sucedió en Francia a raíz de la gran revolución; sino que las tres clases tienen que participar, a un mismo tiempo y dentro de un criterio de justicia común, en los beneficios de la riqueza naciente. El ambiente político para esa convivencia de los tres grandes núcleos tiene por fuerza que ser el de la democracia.” (Póker de Espanto en el Caribe, Juan Bosch, pág. 124-126)
El fanatismo reeleccionista ha llevado a José Tomás Pérez a balancearse, cual equlibrista, en un columpio prosopopéyico y, de su calificativo de cínico dado al ex-presidente Leonel Fernández; hoy y ahora, lo aprecia como un hombre desprendido que no fuerza situaciones y puede esperar su oportunidad en el 2024. En otras palabras, la reelección no es por cuatro años, sino, por ocho.
Que piense y sugiera esta generosa propuesta al ex-presidente, es comprensible en su afán de líder de este plan continuista de posicionar la reelección; pero, que diga que la concepción política de Juan Bosch y su esquema-modelo de gobierno representaba un signo político de retroceso y atraso para la sociedad dominicana; es una aberración descomunal en el juicio , de poca coherencia o ninguna ,y, una soberana falta absoluta de lealtad a un legado, el más puro de la historia dominicana en todas sus dimensiones.