Sentados, desde la izquierda, Max Michel, Jorge Cela, y Pablo Mella Febles; de pie, Martin Lenk, Jesús Zaglul, José Navarro, Elisa Veras y Javier Vidal, sacerdotes jesuitas.

Egresó del colegio Belén, de La Habana, en 1959. Hizo su noviciado en Venezuela. Filosofía en Alcalá de Henares, España. Teología en Toronto. Ordenado sacerdote en Puerto Rico. Su magisterio lo hizo en los colegios Belén, de Miami y Loyola, en Santo Domingo. Maestría en Antropología, en Chicago. Diplomado en Bruselas en Pastoral para el Desarrollo.

Con ese bagaje se afincó en Guachupita, Los Guandules, La Ciénaga, y esa franja de miseria a orillas del Ozama. Pieza clave en la creación del Centro de Estudios Sociales Juan Montalvo o Bonó, Comité para la Defensa de los Derechos Barriales, (COPADEBA), Ciudad Alternativa, Fe y Alegria, etc. Su carisma sólo se equipara a Juan Montalvo y Pepe Olmos, jesuitas idos a destiempo.

En una de las últimas cartas recibidas por motivo de la Navidad que solía enviar a un grupo de amigos, en los últimos años, decía: "Qué nadie se quede fuera del banquete, de la gran fiesta de la vida".

Jorge luchó contra la injusticia social. Trabajó para que todos y todas tuviéramos oportunidades para mejorar nuestras vidas.. Y lo hizo educando a la gente a través de la participación y educación.

Jorge, recuerdo tu casita azul , techada de zinc y cerca de un punto de drogas tutelado por un destacamento policial. Mi cuñado Pablo y otros, vivieron ahí contigo.

Te quejabas de la globalización de la indiferencia y luchabas por la globalización de la solidaridad.

Querido Jorge, ¡no te fuiste! Tus ideas, tus sueños, quedan sembrados aquí, en Cuba, Puerto Rico, Venezuela y América Latina.

Un hombre lindo por fuera y por dentro. Gracias, por tanto. Consuelo para tus compañeros de la Compañía de Jesús. ¡Estamos de luto!