“De noche piel de hada,
a plena luz del día Cruella De Vil,
maldita madrugada
y yo que me creía Steve McQueen”
La joven fan de Joaquín Sabina asistió a su concierto en el Palacio de los Deportes Virgilio Travieso Soto en marzo pasado. Frecuenta el Sabina Bar y se ha fotografiado al lado de la estatua del cantautor en la calle Isabel La Católica. Sintoniza el programa Sabina Radio que produce Freddy de la Rosa en Quisqueya FM cada viernes al mediodía. En estos días ha estado preocupada por la salud de Sabina, recientemente "diagnosticado con una disfonía aguda consecuencia de un proceso vírico" por lo que le ha sido "prescrito un reposo de 30 días que le impide realizar los cuatro últimos conciertos" de su actual gira "Lo niego todo".
A la joven le encantó la forma en la que, en un reciente artículo que sobre Luis Eduardo Aute escribió Jochy Herrera, este se refirió a Joaquín Sabina, “ese otro guerrero que dispara sonetos y canciones para sacudirnos, dice que la poesía huye, a veces, de los libros para anidar extramuros, en la calle, en el silencio, en los sueños, en la piel y en los escombros…”.
Pero la muchacha tiene muy corta edad (apenas 20 años aunque no está “cansada de soñar” como el “Libre” que cantaban Nino Bravo y Danny Rivera) y no comprendía la citada estrofa de la canción “Medias negras”, del álbum “Mentiras piadosas”, por lo que buscó en internet información sobre Cruella De Vil y Steve McQueen.
Por cierto, un fragmento de una canción de Aute (que también grabó Ismael Serrano), “Mira que eres canalla”, dice:
“Tú sabrás lo que haces.
Yo ahora me voy con Charlie al Alphaville,
Que reponen "La huída",
La de Sam Peckinpah con Steve McQueen.
Probablemente luego iremos, a eso de las 10,
A ver al Aute que hay nuevo LP.”
Gracias a internet, mi joven amiga se enteró que Cruella De Vil es la villana de una película de animación de Walt Disney de 1961, “101 Dalmatians”, de la cual se han hecho secuelas y versiones de acción real, como las dos en que Cruella De Vil fue personificada por Glenn Close en 1996 y 2000, y la nueva que protagonizará Emma Stone, que se titulará “Cruella” y se estrenará en 2019 o 2020.
Al encontrar dos Steve McQueen, la inteligente chica entendió en seguida que la canción de Sabina alude, al igual que la de Aute, no al director de cine británico (“Hunger”, “Shame”, “12 Years a Slave”) sino al actor estadounidense de igual nombre (“The Magnificent Seven”, “The Great Escape”, “The Thomas Crown Affair”, “Bullit”, “Papillon”, “The Towering Inferno”).
Averiguó la chica que McQueen (el actor) apenas vivió 50 años (de 1930 a 1980) y que fue uno de los grandes iconos del cine de las décadas de 1960 y 1970. Pero la joven amiga no sabía dos curiosas vinculaciones del actor con la República Dominicana, que tuve a bien informarle y comparto a continuación con ustedes, basándome en el libro “Steve McQueen: Living on the Edge”, de Michael Munn.
Cuando McQueen tenía 16 años, se empleó como marino mercante en un buque que partió de Nueva York con destino a Trinidad, pero tuvo que detenerse en Ciudad Trujillo (como se llamaba entonces Santo Domingo) porque ameritaba una reparación, lo que McQueen aprovechó para abandonarlo. Consiguió trabajo en un burdel donde se encargaba de que las habitaciones siempre tuvieran toallas y sábanas limpias y cualquier cosa que necesitaran las prostitutas (como se llamaba entonces a las trabajadoras sexuales).
Al cabo de ocho semanas, McQueen regresó a Estados Unidos y no volvió nunca a nuestro país, aunque estuvo a punto de hacerlo 30 años después, cuando recibió la propuesta de William Friedkin para protagonizar una película que se filmó en su mayor parte en territorio dominicano, cuyo título fue inspirado por el de un LP de Miles Davis, “Sorcerer”, pero condicionó su aceptación a que también se incluyera en el reparto a su entonces esposa Ali MacGraw, a lo cual Friedkin se negó, pues en el guión no había ningún personaje femenino que ameritara la contratación de la actriz (pareja de McQueen desde que ambos protagonizaron, en 1972, “La huída”, mencionada en la citada canción de Aute).
Luego de que el papel fuera ofrecido a Clint Eastwood y Jack Nicholson (ambos lo rechazaron), terminó desempeñándolo Roy Scheider, a quien ya Friedkin había dirigido en “The French Connection” y años más tarde protagonizaría “All That Jazz”, de Bob Fosse (que mencioné en Tívoli del miércoles 18 de abril pasado). No haber complacido y contratado a McQueen es algo que Friedkin lamentaría, tres décadas después, con estas palabras: "Yo era muy arrogante en aquella época y entonces no me di cuenta de lo que ahora sé: que un primer plano de la cara de Steve McQueen es más poderoso que el paisaje más grande que podrías poner en la pantalla".
Uno de los principales motivos por el que Friedkin rodó gran parte de “Sorcerer” en Dominicana, fue por la insistencia de Charles Bluhdorn, cuyo conglomerado Gulf+Western era propietario de Paramount Pictures y tenía grandes inversiones en nuestro país (como Central Romana y Casa de Campo), donde quería crear, además de Altos de Chavón (que empezó a construir en 1976), una “meca del cine” y ya había logrado que Francis Ford Coppola filmara importantes secuencias de “The Godfather: Part II” en 1974 y Mario Vargas Llosa “Pantaleón y las visitadoras” en 1975 (las dos primeras películas en que trabajó, como extra, la entonces tineyita María Castillo, antes de irse a estudiar teatro en Moscú).
Bluhdorn era amigo del presidente Joaquín Balaguer y se enfadó con Roy Scheider cuando supo que el actor había declarado, a un medio de prensa de Estados Unidos, que Balaguer presidía una "dictadura benévola haciéndose pasar por una república”. Pero el mayor disgusto se lo causó el propio Friedkin, a quien le enfurecía que ejecutivos de Paramount y Gulf+Western, emisarios de Bluhdorn, interfirieran o se entrometieran en la filmación, llegando a expulsarlos del set cuando lo visitaban durante el rodaje.
Lo que más molestó a Bluhdorn fue que, en una escena de la película en la oficina de una rapaz compañía petrolera, Friedkin muestra, colgada en la pared, la fotografía de los directivos de dicha compañía, utilizando una imagen real de la Junta Ejecutiva de Gulf+Western, con el mismísimo Bludhorn incluido (quien fallecería en 1983 y posiblemente no se imaginó nunca que, varios años después, su hija Dominique se casaría con un conspicuo y aguerrido opositor de Balaguer, como lo fue Hatuey De Camps).
Remake de un clásico del cine francés de 1953 premiado en los festivales de Berlín y Cannes, basado en una novela de Georges Arnaud, “El salario del miedo” (que dirigió Henri-Georges Clouzot y protagonizó Yves Montand en el rol que en la versión de Friedkin desempeña Scheider), “Sorcerer” fracasó comercialmente y fue rechazada, no solo por el público, sino también por gran parte de la crítica cuando se estrenó en 1977 (con pocas excepciones, como Roger Ebert, Vincent Canby y Jack Kroll, quienes la aclamaron). Con el paso del tiempo, ha sido revalorizada y se ha convertido en una película de culto, reivindicada con una proyección especial, en una nueva edición restaurada, en el 70mo. Festival de Venecia en 2013, ocasión en que a Friedkin se le otorgó un premio por su trayectoria, así como también en la sección Cannes Classics del Festival de Cannes en 2016.
"Mi película favorita de todos los tiempos", ha escrito el novelista Stephen King en el portal del British Film Institute. “Es mi favorita de todas las películas que hice. Es una de mis pocas películas que puedo ver porque salió casi exactamente como pretendía”, ha dicho Friedkin (citado por Thomas D. Clagett en el libro "William Friedkin: Films of Aberration, Obsession and Reality"), en cuya filmografía figuran clásicos como “The French Connection” (ganadora de cinco premios Oscar, incluyendo mejor película y mejor director, en 1971) y “The Exorcist” (nominada a diez premios Oscar, incluyendo mejor película y mejor director, en 1973).
Una de las imágenes que ilustran este artículo, muestra una escena de Roy Scheider en “Sorcerer” con una botella de Cerveza Presidente y otra en la que se ven varias botellas y un cartel anunciando la Malta Morena. No dudo que Steve McQueen, en sus ocho semanas dominicanas de 1946, haya tomado la cerveza, que está en el mercado desde 1935, pero no la malta, que fue lanzada en 1949.
Ahora, para despedir estas líneas, paso a referirme al mundialmente famoso diseñador israelí Arik Levy, “multidisciplinar creador considerado el máximo exponente del diseño filosófico”, según lo describe la edición española de la revista AD (Architectural Digest), correspondiente al pasado noviembre de 2017, al publicar una entrevista (páginas 132-135), en la que Levy declara: “De toda la gente creativa con la que he trabajado, a quien más admiro y respeto es al coreógrafo de danza contemporánea Philippe Blanchard. Él analiza e investiga su entorno y lo transforma en expresión corporal con la que consigue sacudir las mentes y los corazones”.
En la citada entrevista, en especial me llaman la atención las respuestas de Levy a las siguientes preguntas:
¿Tienda de diseño favorita? “Mi favorita era Vincon, en Barcelona, que tristemente ha cerrado sus puertas”.
¿Galería de arte favorita? “Siempre que voy a París visito Galerie Meyer dedicada al arte oceánico y tribal”.
¿Restaurante favorito? “La casita de Papi, en Cabarete, República Dominicana”.
¿Bar favorito? “El Salsa Club, también en Cabarete”.
No dudo que, en ambos establecimientos de Cabarete, Arik Levy haya tomado cerveza Presidente como sospecho hizo Steve McQueen en sus ocho semanas dominicanas de 1946.
Nota: En los siguientes enlaces hay contenidos sobre Joaquín Sabina y Steve McQueen:
http://www.elmundo.es/cultura/musica/2018/04/08/5ac9d43322601db9438b4602.html