Luego de un día de perro, en la media noche, escuché un ruido en la cocina, parecía como si estuvieran meneando trastos para cocinar. Los fogones están unidos a la casa a través de un zaguán, así que me levanté y me dirigí hacia allá. Oiga usted, no bien me disponía a cruzar el zaguán cuando de pronto salió esa mujer de pelo largo y negro como azabache, “desnudiiiita”. Yo no tuve tiempo ni siquiera de verla, solo alcancé a darme cuenta que los pies los tenia al revés, con lo de adelante para atrás. A mí, todavía se me engrifan los pelos cuando hablo de eso, ¡Jesús santísimo, era una Ciguapa!, exclamó Don Luis.
En efecto, en medio de la época ilusoria de la niñez uno escuchaba esas historias de Don Luis, mi padre, y la creíamos ciertas. Al cabo de un tiempo, mis hermanos y yo nos percatamos de que lo de la Ciguapa sólo era cuentos de caminos. La Ciguapa es una criatura mitológica, parte del folklore de la República Dominicana. A pesar de ello, Don Luis murió en el 2013 con 90 años de edad, cayó creyendo con firmeza en que las ciguapas existen, nadie pudo convencerlo de lo contrario. Era imposible que Don Luis negara las ciguapas, siendo que vivió varios encuentros con ellas.
En la literatura se habla de la Ciguapa desde el siglo XIX, en 1866 el escritor dominicano Javier Angulo Guridi (1816-1884), escribió un cuento titulado “La Ciguapa”. En “Mitos, Leyendas y Personajes folclóricos” dice que “La Ciguapa es un personaje mítico que vive en el corazón rural de la República Dominicana, especialmente en las regiones montañosas”. Y sigue diciendo:
“Las ciguapas son mujeres de tez morena con ojos negros rasgados y con el pelo negro, suave y lustroso. El pelo es tan largo que llega a constituir su única vestimenta. Para algunos son pequeñitas, con el cuerpo desproporcionado, mientras que para otros tienen piernas largas y delgadas. Incluso algunos dicen que su piel es azul.”, se afirma en Mitos, Leyendas y Personajes folclóricos.
Contaba Don Luis, que la Ciguapa se traslada a gran velocidad, dando saltos de sitio en sitio. Mientras salta emite aullidos tenebrosos, y en cuestión de minutos puede pasar de un pueblo al otro. Dice que anda de noche, por las orillas de los ríos y vive en las montañas. Incluso, si un hombre la mira a los ojos de seguro que será embrujado por ella.
Sin ninguna dudas, mi padre tuvo alguna relación con las ciguapas. La similitud de las historias narradas en los textos y los cuentos de Don Luis hablan por sí solos.
Según Angulo Guridi la Ciguapa es una “…cosa que roba y mata sin quitarnos la vida o el dinero…”. Y sigue diciendo.
— La Ciguapa, caballero: la Ciguapa es la criatura que con un alma como nosotros alienta sólo por el exterminio de nosotros mismos…—
Algunos servidores de misterios aseguran que para poder atrapar una Ciguapa hay que hacerse acompañar de un perro blanco, y que sea en noches de luna llena. En cambio, otros afirman que para capturarla debe ser “…un día de luna creciente con un perro jíbaro y cinqueño”. Se cree que al ser atrapadas el cautiverio le produce un castigo tan profundo que terminan muriendo de pena.
Don Luis aseguraba, que ya él no les hacía caso a las ciguapas –yo las escuchaba llegar y me quedaba en la cama, en fin, ellas sólo robaban sal y ajo, y quizás algún bocadito sobrante de la cena–, decía.
Según mi padre, que era un experimentado conocedor de las ciguapas, estas criaturas son inofensivas. Afirmaba Don Luis que si usted se presenta frente a ellas, huye de inmediato. Ahora, si usted la enfrenta vas a tener todas las de perder.
Nota: “La Ciguapa”, narración de Francisco Javier Angulo Guridi puede leerse en el siguiente enlace: https://albalearning.com/audiolibros/angulo/ciguapa.html