“Yo soy Charlie” “Nosotros somos Charlie”. Esta son algunas de las consignas que han dominado las redes y los medios alrededor del mundo en estos días. Todos rechazamos y condenamos el terrible acto terrorista contra el periódico satírico parisino Charlie Hebdo. Sus ilustraciones humorísticas e irónicas estarán guardadas en el corazón de Francia y ahora del mundo para siempre.

Charlie Hebdo poseía entre sus ilustraciones,  sátiras cómicas sobre la religión Islámica, lo cual disgustó a varios musulmanes radicales extremistas intolerantes de la zona. Aunque no sea lo más correcto el exponer burlas sobre culturas, tradiciones religiosas o étnicas, esto no les da el derecho a los ofendidos de apuntar armas de fuego y acribillar cobardemente a aquellos responsables del periódico y otros inocentes.

La realidad es que toda persona tiene el derecho de expresar sus opiniones e ideas, sean motivadoras o sean, desafortunadamente y en la mayoría de los casos, ofensivas. Toda opinión agresiva y peyorativa en la sociedad de hoy no es correcta y lo normal es que los ofendidos expresen sus disgustos de forma verbal y pacífica, pidiendo que tales comentarios no se hagan.

En lugar de buscar un entendimiento respetuoso hacia sus creencias, los terroristas islámicos respondieron de manera agresiva y hostil. Ataques de ingenio y pluma fueron respondidos con violencia y balas.

Esto es en lo que la sociedad se ha convertido? Acaso la violencia cuando se argumenta soluciona el problema? Creemos que no.

Nos preguntamos, seremos los humanos tan inmaduros e incrédulos que para enfrentar sufrimiento y dolor debemos combatirlo con  más dolor y sufrimiento?

Aportar dolor y agresividad en un lugar donde estos ya estaban presentes, solo aumenta el daño cometido por ambos lados, nunca es bueno combatir fuego con fuego.

En esta lamentable tragedia, 12 personas fueron sacrificadas por el hostigamiento de tres cobardes abusadores. Que aprendimos de este acto: NO dejemos que los demás pisoteen nuestras opiniones y/o pensamientos. Cada persona tiene el derecho de expresar lo que se le plazca. Aquellos que traten de derrumbar nuestros ideales con violencia son unos cobardes. Estos grupos extremistas, al igual que muchos que andan por el mundo, como intimidadores  que son, recurren a la violencia para causarnos miedo y tratar de silenciar nuestras voces, pero nunca podrán callarnos porque “Je suis Charlie, nous sommes Charlie”.