En un artículo reciente que escribí acerca de los jardines y patios en el municipio de Miami Shores mencioné que en el frente de las viviendas, casi todas las casas tienen un ancho césped verde. Ese es el estilo preferido por la mayoría de los propietarios y, al mismo tiempo es el favorecido por las normas y reglamentos de esta pequeña ciudad. Para los artículos que comienzan con este, he realizado varias entrevistas a algunos propietarios que mantienen diseños diferentes en sus jardines y patios.

Anamú

Algo interesante que ya mencioné anteriormente es que esta pequeña ciudad es muy diversa en cuanto a su composición étnica. En estos artículos haré énfasis en el aspecto de la etnicidad y cultura de los residentes y cómo esto puede resultar que afecte el diseño de sus patios y jardines. Sobre todo, en lo relativo a los tipos de árboles, plantas y flores que eligen, así como a la disposición en que los presentan y la distribución de estos.

Uno de los residentes que entrevisté para este artículo es un inmigrante llegado de Haití, del sur de Haití, específicamente de Los Cayos (Les Cayes). Esta es una parte poco conocida de Haití. Sin embargo, es una zona reconocida por la belleza de sus playas de arenas blancas, su jardín botánico y su festival musical anual que presenta las mejores orquestas de música compas, que es una música popular de Haití que combina ritmos cubanos y africanos.

Este vecino, Maxi, y su esposa han vivido en Miami Shores durante más de quince años; en estos años han creado su jardín y patio. En el frente de su casa han tenido que respetar los dictados de la ciudad, pero en el patio trasero se han sentido libres de sembrar, cultivar y cuidar de su plantación. El frente de la casa, entonces, se parece a los demás, un césped amplio, con algunos setos vivos, plantas y árboles, de acuerdo con lo que pauta la ciudad. Pero en el patio trasero lo que se aprecia es muy diferente. Allí ellos cultivan una variedad de plantas, vegetales y hierbas que conocen desde sus años en Haití. Ellos personalmente plantaron esos árboles frutales y otras plantas que ellos aprovechan o usan una vez están listos para el consumo.

Hierba limón

Hay algo que sé que llamará la atención de muchas personas; es en cuanto a la distribución del trabajo en el jardín. Ellos al igual que mi esposo y yo, cuidan de su jardín y patio. La esposa de Maxi es quien se ocupa de desyerbar el área destinada al cultivo de plantas procedentes de Haití. Parte de esta labor la realiza con un machete en la mano o directamente arrancado hierbas malas, del modo en que lo hago yo en mi jardín.

Entre las plantas que ellos mantienen en su jardín pude reconocer algunas, como la de banana, el árbol de mango (Mangifera indica), de los cuales tienen dos tipos, uno muy cultivado y apreciado en Haití, el mango fransik. Tienen planta de aguacate (Persea americana), de yuca (Manihot esculenta), piña (Ananas comosus) y caña de azúcar (Saccharum officinarum). Algunas de las hierbas y plantas que ellos cultivan yo no las conocía. Tienen plantas de rulo, guineo y batatas (Ipomoea batatas).

Una de las plantas o arbustos que ellos cultivan es el Wild Balsam Apple (Momordica charantia), que en Haití se conoce con el nombre de assorossie, que no es otra que la conocida “cundeamor” de la República Dominicana. Esta es una planta trepadora propia de las regiones tropicales y subtropicales, de la familia de las cucurbitáceas, (cucurbitacecae), que se cultiva y prolifera en Asia, África y en la región del Caribe, cuyos frutos son comestibles. Además, en Asia y África se usa con propósitos medicinales para tratar dolencias del estómago, dolores, diabetes, así como laxativo y para el tratamiento de la tos, enfermedades de la piel, heridas, la gota y el reumatismo. Resulta paradójico que la mayoría de las personas en el sur de Florida arrancan estas plantas, porque la consideran una hierba mala. Esta planta crece prolijamente en el sendero detrás de nuestra casa en Miami Shores, y Maxi confiesa que en algunas ocasiones ha venido hasta nuestra cerca trasera para tomar algunos de sus frutos.

Muchas plantas más del jardín de Maxi son medicinales. De algunas de ellas se aprovechan  las hojas o las flores para hervirlas en agua y tomarlas como té. Otras las utilizan como ungüento y se las frotan sobre la piel. Durante la entrevista no pude contener mi curiosidad y le pregunté cómo había él aprendido todos estos conocimientos acerca de las plantas medicinales. Me respondió que sus padres fueron sus maestros en este arte. A eso añadió que rara vez tenían sus padres que recurrir al médico para tratar dolencias; lo que hacían era usar remedios de las plantas, tés, ungüento, masticar hierbas y hojas, etc.

No es raro que todavía se oiga de boca de personas educadas y cultas que sus ascendientes confiaban en plantas o en el conocimiento tradicional de la medicina popular para combatir muchos tipos de enfermedades. Esos conocimientos provenían de diferentes áreas del mundo, de Europa, Asia, África, América y del Medio Oriente. Estos conocimientos generalmente se transmitían de forma oral o al ver el modo de preparar los remedios y su aplicación.

Recuerdo la primera vez que inicié conversaciones con los miembros de esta familia. Estaba trabajando yo en un pequeño seto vivo de “hierba limón” (Cymbopogon citratus) que fomento en el límite este de la propiedad, hacia el frente de la casa, bordeando el sendero. La sobrina de Maxi pasó caminando por el sendero y se quedó admirando estas plantas y comentó que su familia la usaba para hacer té. Conversamos un poco y luego de obtener su dirección le llevé de regalo un macetero con algunas de estas plantas. Otra planta que les regalé fue una de anamú (Petivera alliacea). Esta planta es muy bien conocida en República Dominicana por sus propiedades medicinales, así como en Haití, donde la llaman por el nombre de Avé.

Es interesante observar cómo las personas mantienen la tendencia a sembrar, plantar y cuidar de plantas que han conocido en sus respectivos países. Al hacer esto mantienen vivas las raíces de sus orígenes, sin renunciar, claro, a los beneficios de desenvolverse en una sociedad pluralista. En muchos casos prefieren comer las frutas y vegetales que aprendieron a comer en sus países de origen. Otros, sin desdeñar los avances de la medicina moderna no dejan de usar los remedios caseros que aprendieron de sus antepasados.

Cundeamor