La llamada izquierda moderada está derrotando a la derecha en el campo electoral. Sin embargo, eso no ha pasado al plano de la política. Desde la salida completa de Balaguer, han ocupado la presidencia individuos de clara orientación de partidos populares, y ahora en los últimos años están ocupando plazas en lo judicial y en el legislativo.
Pero lo que domina a la opinión pública, a la administración de la cosa pública, y la visión de la sociedad es el pensamiento y la acción neoliberal.
En una palabra, la derecha le deja el protagonismo a la izquierda moderada (centro izquierda) y mantiene los hilos del poder. Sigue la derecha como dueña del status quo pagando el servicio de izquierdistas: buenos salarios, buenas pensiones, buenos empréstitos, y deja meter la mano también en actos dolosos, de prevaricación del dinero público.
La real resistencia dominicana llega hasta el 1978. De ahí para acá la sociedad se ha acomodado al comando de sectores liberales que avanzan en reformas a lo instaurado.
En nombre de la gobernabilidad, los presidentes salidos de esa izquierda pactan o concilian con el enmarañado poder de la derecha. Y sus partidos, para modernizarse adaptan valores ideológicos liberales y negocian posiciones administrativas. Ni hablar de los sindicatos que concilian migajas llamadas ‘aumento salarial’ al adoptar una ‘política de resultados’.
La izquierda de la resistencia, la del papel de confrontación, la del rol doctrinario y pedagógico, esa izquierda está sentada a la derecha de la derecha y en la mesa de la derecha.
Y su agenda es escrita por la derecha, mientras la izquierda sostiene el papel.