La primera economía de la zona euro que tuvo que ser rescatada por parte de la Unión Europea con el apoyo del Fondo Monetario Internacional fue Grecia, luego la debacle arrasó con Irlanda y posteriormente tomó a Portugal a principios de este año. Ahora las dudas se posan sobre cuál de las economías periféricas será la siguiente en caer, unos apuestan a la madre patria España, mientras otros apuestan a la caída de Italia. 

Veamos ambos casos. Por un lado España exhibe: alto déficit, reestructuración del sistema financiero, deuda moderada y un crecimiento retraído. Por el otro lado Italia muestra: déficit bajo, deuda con relación al Producto Interno Bruto del 119%, cifra solo superada por la comatosa economía helena. Ciertamente ambos países están en serias dificultades para hacer frente a sus compromisos futuros. Pero, ¿Cuál de los dos está en peor forma? 

Un indicador que se toma en cuenta para responder esta pregunta es la situación de los bonos del gobierno. Al inicio de la crisis los bonos italianos lograron mantenerse exento de los vaivenes a lo que estaban sometidos el resto de los bonos de países bajo la lupa (Portugal, España, Irlanda y Grecia) debido a la alta liquidez del mercado italiano, pero la falta de una verdadera determinación por parte del gobierno para afrontar la crisis internacional a través de un proceso de reestructuración (entiéndase medidas antipopulistas), estropearon toda la confianza de los agentes económicos sobre el futuro italiano, lo que terminó repercutiendo sobre la prima de riesgo de sus bonos y finalmente sobre su estabilidad económica. Dejándonos a Italia como posible sucesor al trono de países a rescatar, a petición de los inversores internacionales y especuladores. 

 En términos numéricos, el spread de la deuda italiana con el bund alemán superó la barrera de los 245 puntos básicos, con un rendimiento que sobrepasa el 5%, alcanzando un nuevo máximo desde la puesta en vigencia de la moneda común. 

A la difícil situación económica del país transalpino, se le suma el reciente escándalo del mano derecha del ministro de finanzas (hombre clave en el manejo de la crisis) Giulio Tremonti por alegada corrupción. Ya no es solamente el Primer Ministro Silvio Berlusconi que pone en ridículo a su nación, sino que sus funcionarios le están dando el espaldarazo. 

Cuando explotó la crisis en la zona euro, se formó un fondo de rescate con recursos provenientes de Europa y del Fondo Monetario Internacional, con éste se han salvado tres economías hasta la fecha. De dichos recursos restan 600.000 millones de euros, monto insuficiente para tapar el colosal hoyo de 1,84 billones de euros correspondientes a la deuda pública italiana. A diferencia de los tres países rescatados hasta el momento, los cuales eran economías relativamente pequeñas; Italia es la tercera economía de la zona euro. Entonces, ¿Es Italia una economía "demasiado grande para caer" o demasiado grande para rescatar? La situación no está muy clara al respeto, pero lo que sí es seguro, es que la caída de Italia no solo hundiría su economía local, sino también a la moneda comunitaria, provocando una avalancha que sepultaría a las demás economías euro y causando estragos en la economía global, ya que la zona euro representa el 25% del PIB mundial.