Por temas, tamaños o editoriales, los libros se van ordenando como álbumes de fotos en las paredes. Hay que reconocerlos, saber qué hay para que no se extravíen.

Los libros crecen, se reproducen y algunas veces mueren.

Los libros de “Isla negra” tienen el defecto de siempre estarse reproduciendo. Incluso, tienen la extraña cualidad de que son libros que empujan a otros libros, que los conducen a quedarse en quedarse en pilas, sin orden cartesiano entre otros libros.

La moraleja de cada viaje de Berlín a Santo Domino, es que al regreso, siempre hay un libro “isla-negra” en la maleta. Y no sólo porque los traiga de la Feria del Libro de Santo Domingo, sino porque llegan desde Nueva York, ¡o desde Madrid!

Los libros de “Isla Negra” ocupan un lugar muy especial entre mis libros. Son libros-puerta caribeñas, puentes-insulares. Hay pedazos enormes de Cuba, de Puerto Rico ¡muchísimo!

Y los libros de “Isla Negra” te alegran, además, la vista. Son bien cuidados: en portada, tipografía, edición, tipo de papel. Son libros manejables, impecablemente editados.

Los dominicanos tenemos una gran deuda con ese hermoso proyecto editorial que ya cumplió su primer cuarto de siglo.

¿A quién se le habrá ocurrido editar a tres de los grandes autores dominicanos contemporáneos, como Rita Indiana Hernández, Pastor de Moya, Rey Andújar y Nelson Ricart-Guerrero que no sea a un soñador como Carlos Roberto Gómez Beras? ¿Y en Puerto Rico?

Gracias a Puerto Rico, a sus empresas editoriales, es que la literatura moderna ha comenzado a ser visible. Tema Alfaguara aparte –y los alfaguarizados, para bien o para mal, también apartes-, “Isla negra” ha sido un espacio de posicionamiento esencial para nuestros haceres literarios. Junto a los más jóvenes, también ha habido espacio para otras lumbreras, como los ensayos referidos a José Alcántara Almánzar y José Mármol. Y como fresa del helado, hasta una traducción de poetas dominicanos al italiano ha sido compilada bajo este sello editorial.

De Carlos Roberto no espero nada porque todo lo he recibido. O casi todo. Sé que en las próximas maletas habrán nuevos “Isla-Negra”.