La revolución cubana apoyó movimientos de “liberación” en África y suplió armas  al Frente de Liberación Nacional de Argelia que en 1962 logró la independencia. En 1965 el Ché Guevara en persona combatió junto al Ejército de Liberación del Congo en una refriega que describió como “la historia de un fracaso”.

 Aprovechando la presencia de Guevara en África, Agostinho Neto, líder histórico del  marxista Movimiento Popular por la Liberación de Angola, forjó  vínculos con Cuba culminados con la  insólita “Operación Carlota” que duró desde agosto 1975 hasta mayo 1991. Las armas las suministró la URSS,  gastando miles de millones de dólares. Cuba aportó 385,908 soldados de los cuales 2,398 fallecieron. Castro proclamó que el “sacrificio cubano” en esa “misión internacionalista” era un acto solidario para pagar una “deuda histórica” por la captura de africanos para esclavizarlos en América.

 Esa operación propició que Eduardo dos Santos gobernara 38 años, siendo presidente de Angola entre 1979 y 2017. Dos Santos, miembro del MPLA desde joven, estudió ingeniería petroquímica en Azerbaiyán. Allí se casó con la soviética Tatiana Kukanova con quien tuvo una sola hija, Isabel, graduada de ingeniera eléctrica en el King´s College de Inglaterra.

Una  guerra civil de 27 años concluyó en 2002 al morir Jonas Savimbi, jefe de la facción UNITA. A partir de ahí, dos Santos abjuró del marxismo, privatizó la economía y negoció que grandes multinacionales explotaran petróleo, gas natural y otros recursos. Además, se apropió para sí mismo y para su familia de gran parte de la riqueza del país. El colonialismo portugués degeneró en cleptocracia gubernamental, oculta bajo una falsa “liberación”. Millones de angoleños subsistían con menos de dos dólares diarios mientras Isabel se convertía en la mujer más rica de África. Siendo hija del monarca fue catalogada como  “Princesa DDT”, no para vincularla al cuestionado y efectivo insecticida que controla el mosquito anófeles, vector del paludismo, sino porque era “Dueña de Todo”.

En 2018 Joao Lourenco fue electo presidente y de inmediato canceló a Isabel como CEO de la petrolera Sonangol, la más poderosa empresa del país. Isabel se hundió cuando el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación ICIJ publicó los “Luanda Leaks”, conteniendo 715,000 documentos acusatorios. Además, Lourenco declaró que Eduardo dos Santos sustrajo  unos 24,000 millones de dólares, monto mayor que la deuda de Portugal con China. La fortuna de la “DDT” se estimó en más de 2,000 millones con acciones en bancos, telecomunicaciones y negocios de diamantes. Apasionada del sector eléctrico fue accionista mayoritaria de la reconocida fábrica de transformadores EFACEC y copropietaria de la energética GALP, ambas portuguesas. Isabel creó un entramado de 400 empresas y subsidiarias, junto a su esposo y socio, Sindika Dokolo un congoleño del “jet set”, coleccionista de más de 4,000 obras de arte africano, que en octubre 2020 se ahogó buceando en Dubai.

El momento cumbre de la “Operación Carlota” fue la batalla de Cuito Cuanavale en que Arnaldo Ochoa, con más de 500 tanques y miles de armas antiaéreas, venció a tropas de África del Sur. Cuba propagó que esa contienda fue la base para la independencia de Namibia y el final del “apartheid”. Ochoa, había combatido en Venezuela y Etiopía, siendo condecorado como “Héroe de la República de Cuba” al regresar de Angola. Meses después fue fusilado, acusado de traición y narcotráfico. Fidel, en el estalinista “juicio” condenatorio, declaró que fue él quien, desde la Habana, a más de 11,000 kilómetros de distancia dirigió y triunfó en Cuito Cuanavale, no el purgado Ochoa.

También en otros países la “liberación” se ha usado para enmascarar la expoliación. Bouteflika, del Frente de Liberación Nacional, gobernó Argelia 20 años para enriquecer  su clan. Cerca de aquí, el Frente Sandinista para la Liberación Nacional FSLN, ha servido para que Daniel Ortega, junto a su esposa y otros familiares, se enriquezcan, mientras los nicaragüenses languidecen. El FSLN aplicó “la piñata” en su primer régimen y ahora, al retornar, intenta perpetuarse mientras arrasa con lo que quedaba.

Eduardo dos Santos se refugió en España, aprovechando 5 años de inmunidad como expresidente. La “Princesa DDT”, con muchos activos expropiados o congelados, chilla desde Inglaterra fingiendo ser víctima de persecución política. Todos los que han gobernado y son como ella anhelan otro “borrón y cuenta nueva” para poder volver a engañar, favorecidos  con un nuevo “borrón y cuento nuevo”.