La evaluación de la economía dominicana realizadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) a propósito de la discusión en el Directorio de ese organismo sobre los hallazgos de la misión del Artículo IV para el 2020 y sus proyecciones para el 2021 difiere de la versión oficial del Banco Central (BC).

 

En la Nota de Prensa emitida por el FMI, el equipo resalta que para el 2021 la evolución favorable de la economía dominicana no dependerá de las políticas económicas implementadas, sino de eventos probables en la economía mundial y de la recuperación económica de los EE. UU. y sus desbordamientos sobre la economía dominicana, la evolución de la inversión extranjera directa (IED) y el flujo de remesas de los dominicanos residentes en el exterior.

 

El BC publicó recientemente un informe de la economía dominicana que cubre el período enero-mayo del año en curso, en el que revisa la evolución de las variables que eventualmente favorecerían el crecimiento de la economía dominicana, según el FMI. Justamente, enfatiza en las mismas variables a las que hace referencia en el FMI como parte de las fortalezas que impulsarían el crecimiento en el 2021.

 

El FMI proyecta según el Panorama Económico Mundial (WEO, por sus siglas en inglés) que la economía norteamericana crecería a un ritmo de 6.4% para el 2021, aunque este ritmo de expansión se considera como un resultado de la contracción experimentada en el 2020 y de la política fiscal expansiva dirigida a la inversión y el restablecimiento de los niveles de consumo de la población. Este comportamiento si bien indica que se ha producido cierta recuperación, no obstante, no se han alcanzado los niveles de crecimiento previo a la pandemia. En el 2022, la economía americana crecería a un ritmo de 3.5% en el 2022, un desempeño más cercano a su crecimiento de largo plazo.

 

Paul Krugman en su columna en el New York Times, (6-7-21), llama la atención respecto al entusiasmo con que el gobierno americano interpreta los datos recientes del mercado laboral. Krugman argumenta, que el aumento de 0.16% en la tasa de empleo podría muy bien provenir de la falta de información, de la estacionalidad de los datos o de ruidos como lo documenta el propio Consejo de Asesores del Presidente Biden, por lo que se espera que la recuperación de la economía americana sea más lenta.

 

En este mismo sentido, la directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva, llamó la atención a los ministros de hacienda del G-20 acerca de las disparidades de la recuperación económica mundial, considerando las diferencias del avance de la inmunización entre países ricos y pobres. En este escenario, y considerando la globalización de los mercados, esos elementos podrían tener efectos adversos en las economías subdesarrolladas y emergentes, al tiempo que se reduce la velocidad de la recuperación de los países desarrollados. En este contexto, se ciernen incertidumbres sobre la proyectada recuperación económica norteamericana que afectarían el pronóstico de su crecimiento.

En las circunstancias económicas descritas, el BC espera que el crecimiento de la economía dominicana se sitúe en el rango del 8.0% al 9% para el 2021. En cambio, el FMI proyecta que la economía dominicana crezca en 5.5% para el 2021. La Nota de Prensa del FMI provee información que coloca en tela de juicio el optimismo del BC. En primer lugar, la política monetaria no ha tenido el impacto en el crédito al sector privado que esperaba el BC. En el 2019, el crédito a este sector representó el 11.0% del PIB, en el 2020 se redujo a 5.3% y se espera que para el 2021 se restablezca el nivel del crédito y alcance el 10.2% en caso de que se cumplan los supuestos de la proyección.

 

El BC anuncia que la banca tiene una liquidez de RD$215,000 millones, pero que los negocios no están demandando créditos en la banca. Se puede decir que este modelo de política monetaria restrictiva inalterable durante el ciclo económico no ha sido efectivo en evitar las consecuencias económicas de la pandemia. Igualmente, el dinero en sentido amplio y medido por M3, experimentó una contracción significativa durante el 2020 pasando de un crecimiento de 20.8% a 11.6% en el 2021, según el FMI. Esta contracción explica parcialmente la reducción de la demanda agregada.

 

El BC analiza sectorialmente el crecimiento de la economía; en cambio el FMI ofrece explicaciones macroeconómicas del crecimiento económico que se espera para este año. En este sentido, afirma que durante el 2017-2019, el consumo tuvo mayor contribución en el crecimiento del PIB, promediando 3.6% en ese período. En el 2020, la contribución del consumo se contrajo a razón de 1.9% y de acuerdo con las proyecciones del FMI, el consumo podría contribuir en 1.3% al crecimiento económico de este año. Cabe recordar que el consumo representa el 80% del PIB. No obstante, el informe del BC es silente respecto al comportamiento de esta variable.

 

Según proyecta el BC, algunas variables que componen la cuenta corriente tienen un comportamiento favorable al crecimiento. La IED alcanzaría al final de este año alrededor de US$3,000 millones, mientras que las remesas de los dominicanos residentes en el exterior alcanzarían los US$8,000 millones.

 

En este sentido, el FMI espera un deterioro de la balanza comercial del orden de 10.1% en el 2021 y una mejora de 0.4% en el saldo de la balanza corriente. El BC ofrece datos sobre las remesas, la IED y algunas exportaciones, pero no se refiere al resultado de las cuentas externas, mucho menos a sus efectos sobre el crecimiento de la economía. El FMI proyecta para el 2021 una reducción de las reservas internacionales que mantiene el BC, del orden del 1.0%; lo que significa que se producirán presiones para depreciar la moneda. Estas presiones generalmente son controladas con la venta de divisas del BC, que posteriormente se reponen mediante el incremento de los préstamos del GC para transferir las divisas al BC o mediante el incremento de su propia deuda a una tasa de interés del 10%. Los efectos que sobre la economía tienen estas operaciones cambiarias no las analiza el FMI ni el BC.

 

Otro ingrediente que afectaría el desempeño económico futuro del país es el hecho de que los ingresos totales del gobierno central (GC) son insuficientes para financiar la inversión pública. En efecto, los ingresos totales (ingresos tributarios más donaciones) se estimaron en 14.9% del PIB para el 2021, mientras que el gasto primario para ese mismo año fue de 14.8%. Es decir que los fondos destinados a la inversión pública son exiguos (0.1% del PIB). Por esta razón, el gobierno recientemente sometió a las cámaras legislativas un proyecto de presupuesto complementario que pretende elevar el endeudamiento del GC por unos US$2,700.0 millones para el financiamiento de proyectos, sin explicar las razones que motivaron la presentación de esa adenda al presupuesto anual.

 

Habría que calcular el beneficio neto de financiar las inversiones públicas con deuda externa o con recursos propios. El FMI calcula que el pago de interés de la deuda pública empleará el 3.6% del PIB para el 2021, considerando la tasa de crecimiento que proyecta el gobierno, el servicio de la deuda sería de US$3,067 millones. El efecto del servicio de deuda y su impacto sobre la demanda agregada afectarían el crecimiento en un monto equivalente a RD$174,390.0 millones que serán pagados a inversionistas extranjeros o a ahorrantes locales y cuyos intereses no se dedican al consumo. En el caso de que la inversión termine el mismo año en que se paga el servicio de la deuda, se puede comparar el monto del servicio con los beneficios que recibe la sociedad.

 

Si la publicación de la Nota de Prensa del FMI por parte del BC hubiese incluido la tabla de datos estadísticos correspondientes a la economía dominicana, los lectores se hubiesen percatado de que no hay razones para el optimismo del BC. La Nota de Prensa del FMI refleja un esfuerzo por explicar la dinámica macroeconómica del país e invita a la reflexión y a la corrección dfe las políticas que no han contribuido con la recuperación de la economía.