Los partidos políticos en todos los países del mundo en sus documentos constitutivos se proponen liderar a las naciones hacia su pleno desarrollo.
Independientemente de sus acentos todos los partidos se proponen lograr lo anterior por la vía del Estado. Y como ya se ha dicho, el Estado es el más alto nivel de organización de la sociedad; lo cual significa que los partidos procuran dirigir el Estado en sus distintas expresiones organizacionales y desde ahí cumplir su misión que se entiende ha de favorecer principalmente a las grandes mayorías.
La contribución al desarrollo que los partidos políticos ofrecen por la vía del Estado en la actualidad se expresa en los llamados poderes públicos, son esos el Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial, Poder Municipal, Poder Electoral y Poder de Control Estatal, que en el caso de la República Dominicana se trata de instituciones como la Cámara de Cuentas, Contraloría y el Banco Central en el área económica.
Lo dicho nos ayuda a colocar en verdadera perspectiva la trascendencia de los partidos políticos como organizaciones de la sociedad. Es entendible que lo comentado conduzca a quien lee a hacerse múltiples preguntas en cuanto a su verdadera expresión en la realidad no sólo de la República Dominicana sino de la mayoría de las naciones del mundo.
Más de lo que se trata en esta oportunidad no es auscultar si los partidos cumplen plenamente tan elevada misión, sino ponerlos en perspectiva o destacar factores que contribuyan a que esas importantes instituciones de la sociedad y a las que tantas ciudadanas y ciudadanos siguen, introduzcan cambios para que puedan colocarse en su accionar diario a la altura de las expectativas y de ahí su relación con la investigación e innovación.
Qué tan bien se pueden concebir los problemas de la sociedad tales como la salud, la educación, la seguridad ciudadana, la cultura, el transporte, la contaminación, la administración de la justicia, la gestión de la economía, la transparencia en la gestión de los fondos públicos, entre otros tantos tema-problemas, sino es por la vía del estudio o promoción de verdaderas investigaciones. Y cómo no entender la innovación desde la óptica de los partidos en cuanto a procurar en las distintas áreas nuevas y mejores formas de hacer las cosas.
La investigación y la innovación han de ser aspectos centrales de los partidos políticos, aunque plantearlo hoy resulte tan extraño. No debería ser algo marginal o coyuntural apoyarse en o promover la investigación y la innovación para la acción política, no, debería ser consustancial a los partidos.