No es sencillo escoger el traje adecuado, camisa, corbata,  medias, y   zapatos que combinen.  Vestirse de acuerdo al cargo, y a esa prosperidad fruto del ejercicio político, lleva su tiempo. Hoy, el poderoso funcionario tiene que esmerarse; será un día  entre periodistas, cámaras y fotógrafos.  Lucir elegante y  poderoso  es imprescindible.  Llamó a sus  incondicionales para acompañarle.  Dispuso  que vistieran  flux  los guardaespaldas.

(El  liderazgo  dominicano parece  tener muchos enemigos, decenas de “contratos” amenazando  sus cabezas. Andan con las espaldas cubiertas desde que amanece hasta que anochece. O, quizás, sufren de una adicción  al séquito, consecuencia  del remordimiento de conciencia, o del trujillito  que todos llevamos dentro). 

Sucede que llamaron al dignatario de la procuraduría. Estaba avisado: bajaron  línea del partido y debía  asistir sin rechistar. Metieron la pata, la gente pide cabezas peledeístas.  El embarre es grande, esos contratos con Odebrecht  los sopeteó medio PLD: presidencia, cámaras bajas, cámaras altas, comisiones técnicas y, afirmaron recientemente, hasta  el Comité Central. Es  inevitable, tendrá que sentarse frente al procurador y olvidarse de la chapeadora hasta mañana. 

Claro, no tiene por qué  preocuparse,  las víctimas propiciatorias fueron ya seleccionadas. Serán  pocas- “cuatro o cinco”,  dijeron. Si él  no está en esa lista, no  tiene susto.  Nada, que el “destacado miembro del PLD” puede desfilar tranquilo, bien trajeado, y en compañía de su séquito por la alfombra roja del ministerio. Con algo hay que calmar a la gente. Después, a seguir mandando y  contando sus chelitos.

Hasta  el momento, las actuaciones del ministerio público  han sido eso: un desfile de  luminarias políticas que, contrario al común de los mortales, se presentan ante el juez sin temblores ni ansiedades.  Caravana de reyes magos cargados de  mirra para el mal olor y de cofres atiborrados de oro, pero no viajan  en camellos sino en jipetas.

Comenzando esta  investigación en cámara lenta, se atemorizaron unos cuantos “dones” de los que se  especializan en administrar dinero sucio. Pero incluso esos personajes, de viejo señalados por el rumor público, dejaron la procuraduría, orondos y sonrientes; se montaron en sus vehículos, subieron el vidrio, sacaron el celular,  y se fueron. Los meses siguieron pasando.

En esta “detallada investigación” nada se entiende. Todo indica que estamos ante un enredo estratégico ejecutado con mala leche Si  comparamos su proceder con la de otros países- donde bastaron semanas para identificar, apresar, someter sospechosos, y darle por el saco a Odebrecht- esa sospecha se convierte en certeza.  Este “mama gallo” no es casual.   

El desfile de estrellas  que vemos es una tomadura de pelo, buscan tiempo esperando el destape prometido por  Brasil.  Ese será el momento preciso para desvelar la componenda.  El numerito final, el cierre del espectáculo, estará a cargo de la comisión de notables y notorios certificando la virginidad de  esa prostituta llamada Punta Catalina. A la cárcel “cuatro o cinco”, y  el resto de los bandidos  a   desabollarse la imagen en libertad con el ultimo espejuelito de Cartier.

¿Podrán salirse con la suya? No lo creo. El país no es el mismo. El verde se empodera.  Esta trampa se va a pique.  Tan seguro estoy de ello, que  si yo estuviera en su pellejo, comenzaría a usar camisitas sin corbatas, no vaya a ser cosa que me  reconozcan por la calle y me caigan a pedradas.