Tenemos fresco en la memoria, las inundaciones ocurridas durante la temporada ciclónica del 2003, incluyendo la Tormenta Odette; La riada de Jimaní (que incluyó Haití y nuestro país), que produjeron más de 3 mil muertes, en mayo del 2004;  Las inundaciones provocadas por las tormentas Noel y Olga, en el 2007; Y las recientes inundaciones ocurridas en las Regiones Norte, Noroeste y Nordeste, en adición a las lluvia del Huracán Mathews, en 2016. Y si queremos ir más atrás, recordamos las inundaciones causadas por el Huracán George, en 1998; El Huracán David y la Tormenta Federico, en 1979, etc. etc. Todas, produjeron grandes daños materiales e irreparables pérdidas humanas, incluyendo las centenas de víctimas oficialmente reportadas y otras muertes no contabilizadas, que se originaron por la impericia del personal técnico improvisado, que operaba la Presa de Taveras, durante las Tormentas Noel y Olga, 2007.

El país, pagó con sangre de los pobres la improvisación. Los técnicos con experiencia en operación de embalses, fueron sustituidos y nombraron personal inexperto, con o ninguna experiencia en operación de presas como Taveras. Ver link http://www.diariolibre.com/noticias/culpa-de-olga-o-del-desage-de-la-presa-de-tavera-EPDL162776

Todas las inundaciones, causan pérdidas materiales y víctimas humanas al tiempo que colocan a cualquier administración, a la defensiva e incapacita a la población a la auto protección y recuperación. Las obras de desarrollo como caminos, carreteras, autopistas, puentes, viviendas, tendido eléctrico, canales de riego, obras hidráulicas, plantas de tratamiento, acueductos, drenajes fluviales, etc, así como muertes, unas veces prevenibles, otras inevitables pero todas inaceptables, desnudan la falta de planificación y autoridad del gobierno, que no evita o se hace de la vista gorda, cuando se ocupan zonas vulnerables, donde la pobreza tiene sus raíces.

Las pérdidas humanas, están estrechamente relacionadas con la pobreza (los pobres, desafían el peligro), el crecimiento poblacional y la vulnerabilidad del país a desastres naturales y antrópicos. Como la pobreza se incrementa proporcionalmente con el aumento poblacional, los riesgos potenciales tanto de tipo material como humano, también se incrementan. La preparación frente a las amenazas de desastres naturales, es fundamental. A mayor población, mayores daños causan las inundaciones.

Veamos:

1) Cuando el Huracán David y la Tormenta Federico en 1979, la población era de 5,692,000 habitantes (ONE, 1979). El país, quedó devastado con las pérdidas materiales e incontables víctimas humanas. Debemos distinguir, que un huracán, no solo genera grandes inundaciones, sino que se producen vientos muy destructivos y el oleaje, supera dos y tres veces el normal.

2) En el 2003, la Tormenta Odette produjo cuantiosos daños, las inundaciones fueron muy similares a las que acabamos de sufrir este año (revisar la prensa de la época);

3) En el 2007, se presentaron las tormentas Noel y Olga, al final del periodo de la temporada ciclónica (Octubre y Diciembre, aunque la temporada ciclónico finaliza cada 30 de noviembre), igualmente, se originaron grandes pérdidas materiales y muchas muertes atribuidas a la mala operación de la Presa de Tavera por parte de personal sin experiencia;

4) Y este año, pasamos de una sequía real durante los años 2014 y 2015, a un estado calamitoso por el exceso de lluvia y con el agravante, que la población ronda los 10.8 millones de habitantes, asentados en la misma extensión territorial en comparación cuando David y Federico, que éramos 5.7 millones, una duplicación poblacional en 36 años.

Dado que la tendencia del crecimiento poblacional, se mantendrá; Dado que tenemos la misma superficie territorial; Tomando en cuenta que, los riesgos y la vulnerabilidad, se incrementan con la pobreza; Y peor aún, los efectos del Cambio Climático, son inevitables e incontrolables, cada nuevo periodo lluvioso, producirá daños cada vez mayores y pérdidas humanas prevenibles. Entonces, si las autoridades aplican lo que se dispone en el proyecto de Ley de Ordenamiento Territorial, se reducirían estas pérdidas y tanto el costo económico-social así como las lamentaciones, serán menos!

Ayer, nos lamentamos por la sequía, hoy el exceso de lluvia, también producen lamentaciones y preocupaciones. Nos preguntamos Hará el gobierno los lagos, lagunas o reservorio para almacenar  y controlar el exceso de agua? O nos seguiremos lamentando para el próximo evento?