“Aunque produzca aflicción, hay que reconocer que algunos escribientes que leen o hablan otra u otras lenguas además del español, se colocan en desventaja con respecto de sus colegas que son monolingües”.
INTIMAR
“Hay gente como el senador M. R., que apela al nombre de Dios INTIMANDO, en su caso, que los esfuerzos por contener el cambio climático. . .”
En estos asuntos de hacer una lectura profunda (o crítica) de los artículos que aparecen en los periódicos se encuentra quien obra de ese modo con descuidos inauditos, este que se destaca en el texto citado es uno de ellos.
En la primera parte de esta sección se enumerarán las significaciones en español; en la segunda se descubrirá de dónde procede el error con sus valores en inglés.
El verbo intimar que ocupa el título de esta sección se usa en la cita de una manera que causa desazón. Esto así porque no le imprime sentido a la frase en la que se halla insertado.
El verbo intimar es muy caro a los juristas pues es de mucha utilidad en el desempeño de sus actuaciones profesionales. Intimar es “requerir, exigir el cumplimiento de algo, especialmente con autoridad o fuerza para obligar a hacerlo”. Esa es la primera acepción en el DRAE.
En otras circunstancias el verbo en estudio sirve para expresar que una persona entabla una estrecha amistad con otra, se gana el afecto de esa persona. En sentido pronominal es introducirse una cosa por las porosidades de otra.
A la luz de las significaciones que se han señalado no hay resquicio alguno por el que pueda colarse una noción que le otorgue sentido a la oración de la cita.
La realidad de los hechos es que el reconocido articulista ha metido un verbo del inglés que se parece por su escritura al que escribió en español. El significado es del inglés, pero la voz le salió en español con un verbo que no es conveniente en el contexto.
En inglés el verbo es intimate que puede aceptarse como equivalente de “anunciar, hacer de conocimiento público formalmente, comunicar delicada e indirectamente”; con la sutileza de sugerir. Es pasar un mensaje con contenido implícito. Si se desea puede hacerse el ejercicio de sustituir el verbo de la cita por uno de los subrayados y los resultados saltarán a la vista.
Aunque produzca aflicción, hay que reconocer que algunos escribientes que leen o hablan otra u otras lenguas además del español, se colocan en desventaja con respecto de sus colegas que son monolingües. Esto como resultado de las confusiones que les producen las lecturas en lenguas extranjeras que luego se les “zafan” en las redacciones de sus artículos. Hay que mantenerse muy alerta para no caer en este tipo de errores.
PUNTERÍA
Esta palabra se coloca entre las que se estudian porque en República Dominicana posee un significado que es desconocido en otros países de habla hispana.
El significado especial en el habla de los dominicanos para el término puntería no le llega de un uso aislado, sino que solo se produce cuando el vocablo viene acompañado de una conjunción, de un adverbio o expresado de un modo específico.
Se repasarán los significados tradicionales en el cuerpo de la sección y luego el que corresponde al habla dominicana.
Casi siempre la utilización de la palabra “puntería” con ese rasgo distintivo del español dominicano se emplea en casos para expresar real sorpresa o hacerlo de modo jocoso o burlón.
En el español corriente puntería tiene que ver con la habilidad que tiene el tirador de “dar en el blanco”. Por esto es que dicen que este deporte del tiro al blanco lo inventaron en África.
En español común existen algunas locuciones en el registro coloquial en las que no se utiliza arma alguna, pero en las que mantiene el objetivo implícito de no errar. Así se dice: “afinar la puntería” para poner mucho cuidado y atención en lo que se hace, se dice o se planea. En sentido figurado o material se dice o escribe “dirigir, poner la puntería” para apuntar a cierta cosa, con la intención de expresar que se busca o procura eso que se menciona después de la expresión.
En dominicano, el vocablo puntería en algunas ocasiones se usa para expresar precisamente lo contrario de su contenido original. Puede decirse que puntería cobra el valor de antónimo, pues indica lo contrario de su significado corriente.
El hablante dominicano dice: ¡Qué puntería! cuando algo sale mal; cuando el resultado es contrario al apetecido. Dice: “Vaya puntería”, en los momentos en que el resultado obtenido con una acción termina en lo opuesto a lo que se perseguía. Sobre todo el dominicano recurre a la voz estudiada para destacar que a pesar de todos los pronósticos positivos, lo que se alcanza escapa a lo previsto.
Se espera con estas explicaciones dejar satisfecho el propósito de explicar el uso y el sentido, de modo que en el futuro se le abran las puertas a “puntería” en los diccionarios de dominicanismos con ese significado.
FÓRMULA
“Jackson ya no dará muestras de FÓRMULA”.
Esta fórmula no es nueva en el habla hispana. Hace largo tiempo ya que los hispanounidenses han integrado esta voz a su español.
Todavía el español de los diccionarios no le otorgado la carta de ciudadanía al vocablo sometido a examen en esta sección. Se presume que en español como en todas las lenguas modernas el uso es el que impone los términos. Muestras de esa “suposición” se encuentran en todos los diccionarios de uso y en los regionales.
La “fórmula” de la cita procede del inglés. En esta lengua es una mezcla de leches o un sustituto de la leche materna que se usa para alimentar a los lactantes. En ese contexto en el español de los Estados Unidos es muy frecuente oír y emplear la voz fórmula para referirse al sustituto de leche materna.
Esta fórmula está fabricada con el propósito de reemplazar la leche materna y para que se la emplee como sustituto de leche materna. La palabra fórmula en este caso es un acortamiento del nombre completo de la fórmula científica que sirve para alimentar a los lactantes. En inglés la llaman formula, sin acento, porque este no existe en esa lengua. Con esa intención práctica de los angloamericanos acortan las frases y combinaciones.
Si el vocablo del título no ha conseguido su aceptación en los diccionarios es probable que eso se deba a la falta de patrocinio de instituciones asociadas a las Academias que velan por la autenticidad de la lengua común.
F. A. Navarro en su obra Diccionario crítico de dudas inglés-español de medicina (2005), escribe lo siguiente con relación a la voz fórmula: “Parece ya tarea casi imposible eliminar el angloamericanismo “fórmula” para designar la leche artificial en polvo para lactantes”. (Nota: también existe una fórmula líquida, RG). El recién citado estudioso del léxico médico propone que se utilicen, “leche artificial”, o, “leche maternizada”.
SUPER – SÚPER
“Los autores en Cuba están SÚPER satisfechos con contar con este libro en sus manos. . .”
Hace largo rato ya que los lectores de edad avanzada el ver escrita la palabra súper eso los pone de cabeza. Esto como todo lo que supone un cambio en las normas de la lengua suscita un primer sentimiento que embarga al lector de experiencia, que puede oscilar entre sorpresa y disgusto. Luego de la primera reacción viene la asimilación y, a veces, la resistencia a la aceptación con su consiguiente resabio.
En esta sección se va a prescindir de las costumbres que perduran con posterioridad al cambio de las reglas para darle paso a las explicaciones que resultan pertinentes en el caso de los vocablos del título.
El super- que se conoció en la historia de las lecturas ha terminado con el valor de elemento compositivo, con el significado de “encima de, preeminencia, excelencia, en grado sumo, exceso”.
En su calidad de elemento compositivo moderno tiene que desempeñar sus funciones uniéndose al elemento principal y, en esas circunstancias hay que olvidar que antes hubo personajes de las historietas infantiles cuyos nombres se escribían en dos palabras y, el del hombre de cierto filósofo que se escribía, “super hombre”. Como se deduce de su escritura aquí no llevaba tilde.
Excepcionalmente se escribe separado de la base a la que precede “cuando está formada por un conjunto de palabras con un significado unitario”. Así delimita Fundéu el asunto concerniente a super. Ofrece los ejemplos siguientes: “super de moda, super a gusto”.
Solo lleva acento en los casos en que se emplea como sustantivo, como en los casos en que significa “supermercado” o al tipo de gasolina de alto octanaje. O “como adverbio o adjetivo pospuesto al sustantivo”; ejemplo: “Es una idea súper”, “Lo pasamos súper en la fiesta”.
Hay que tomar nota de estas pautas para la escritura en el español moderno. No siempre puede prestarse atención a lo que le sugiere su corrector del computador.
TUNEAR
“. . .invadirán las calles con música, bailes y vehículos “TUNEADOS”, en un fin de semana que suele terminar con numerosos incidentes y centenares de detenidos”.
Este verbo que se presenta como título de esta sección lo utilizan sobre todo dos segmentos de la sociedad. Los jóvenes que son los que están más interesados en vehículos; y los mecánicos de automóviles que en la mayoría de los casos son las personas que lo conjugan en el ejercicio de su profesión.
No se sabe si el verbo ha sido usado en propiedad en la cita, porque existen dudas con respecto de lo que deseó expresar la persona que redactó la reseña. Sobre este punto se abundará más abajo.
No es difícil averiguarle los genes al verbo. Procede del inglés to tune up que en esa lengua tiene una significación muy precisa. Se refiere a motores, generalmente de vehículos, y se relaciona con el ajuste que se les hace para que funcionen con precisión.
Eso del inglés en español común se expresa diciendo que “afinan” el motor. Este afinar hay que tomarlo como equivalente de hacer los últimos ajustes a un motor para que funcione a la perfección. Aparejado con esto se toma en cuenta el consumo de combustible, el ruido que hace el motor al acelerarlo y la velocidad que alcanza el vehículo automotor. Consiste en hacer el funcionamiento del motor más “preciso, intenso y efectivo”. En otras palabras, es lograr que el motor rinda con la mayor efectividad.
No obstante todo lo expuesto más arriba, quizá pretendió referirse quien escribió la reseña a los vehículos deportivos y de colección cuando mediante modificaciones a los motores y sistemas de escape de las emisiones de gases se les hace “roncar” al ponerlos en funcionamiento. Son vehículos que al manejarlos en bajas velocidades los jóvenes piensan que emiten sonidos que son caricias para sus oídos. Para los menos jóvenes estas melodías de los tubos de escape pueden variar de lo nostálgico a lo intolerable.