Desde que salió de Santo Domingo Dixon Porter había transitado durante 4 días por caminos difíciles, sobre todo los de la montaña de San Cristóbal, tan diferente a las vías apisonadas que poseía la ciudad de Santo Domingo, por donde podrían transitar vehículos de ruedas, como los carruajes y coches “una especie de calesa que nunca se usan”; aunque muchas de las calles se tornaban intransitables, como bien describe, debido a que la gente colocaba la basura frente a su casa, pero en la misma vía (Diario…pág. 22).

Camino a Baní

El panorama hasta Baní lo describe tétrico por los malos caminos y la sequía que “…no había dejado yerba verde…montones de huesos estaban blanqueándose al sol a lo largo del camino y el ganado está muriendo bajo los árboles…” (Diario…pág. 66), pero “… Diez millas atrás, se hubieran visto entre la hierba a la altura de sus vientres” (Diario…pág. 66), refiriéndose al pasto y clima de San Cristóbal.

Llegó a la casa de un hacendado que era dueño de la tierra que iba desde el mar hasta el río Yuna, con terrenos de todas las clases, según señaló en el mapa propiedad de Dixon Porter. “…Desde la arena bañada por el mar hasta la tierra llena de minerales…” (Diario…pág. 67); le dijo al marine que la quería ver poblaba y que cedería una parte a agricultores que prometieran vivir en ella y trabajarla.

Encontró esa hacienda como una de las mejores de la zona y la casa la más elegante y cómoda que había visto desde que salió el 19 de mayo, por lo  que suponía que las demás casas serían iguales. Predijo que esa población, a la cual no identifica por su nombre, se convertiría “ algún día futuro… en una hermosa ciudad”. Nos preguntamos: ¿Cuál sería esa ciudad? pudo haber sido Yaguate o Palenque, poblaciones que estaban en la misma calzada, único camino cerca de la costa que existía para llegar a Baní.

En el recorrido, escribe, solo existían los cortes de maderas.: “… el corte de la caoba es lo único que trabajan… le da una escasa subsistencia que a veces no cubre los gastos y el comerciante de Santo Domingo, que la embarca a Inglaterra o los Estados Unidos, es el único que obtiene el hermoso beneficio.” (Diario… pág. 69).  Para la época, en la economía de la franja suroeste, las cuencas costeras de Baní y Azua, predominaba el corte de madera como sustentación de la zona y del país; la madera tenía la facilidad de ser transportada por los ríos de la zona hacia importantes puertos del mar Caribe a pocas millas de los lugares de cortes.

San Cristóbal, Baní y Azua, históricamente descansaban sus economías en los cortes de madera de caoba y guayacán entre otras; el ganado y la caña de azúcar, esta última con pocos periodos de esplendor, según nuestros historiadores.

Describió que la gente; no construía pozos como en Estados Unidos, porque se mudaba cerca de los ríos para abastarse de agua lo que  facilitaría al país poblarse densamente, como ha sucedido .

Para llegar a Baní tuvo que cruzar el río Nizao, al cual le dio una importancia como recurso hídrico de primera para la región y sentenció: “Si el Nizao fuera a secarse habría daño universal, ya que suministra agua a toda la comarca que lo rodea” (Diario…pag.69). Ese daño universal recaería no solo sobre “las comarcas de le rodean”, sino sobre el Santo Domingo actual, que recibe del Nizao 6.3 a 6.4 metros cúbicos por segundo de agua potable, según la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CASSD) para octubre de este año (http://www.caasd.gob.do) y más del 10%  de la producción hidroeléctrica de consumo nacional.

Atravesó sin dificultades el río Nizao porque la corriente no era muy grande, salvo en algunos momentos que ponía a los caballos hacia la corriente, llegando a mojar sus mochilas y su preciado alimento.

Llegó el mismo 22 de mayo en la noche al pueblo de Paya, agotado. Lo describe como un pequeño poblado de “treinta casitas” (Diario…pág. 70), luego habla: “La población de este lugar es de trecientas sesenta,…” (Diario pág. 72). La miseria era espantosa, agravada por el estrés que provoca la extrema sequía, sin comida para los animales, la que parecía ser su mayor preocupación. Dice que la mejor casa de Paya era muy pobre y  que la gente “…todo lo atribuyen a las revoluciones, una excusa que ya no existe porque el país está perfectamente tranquilo…” (Diario…pág.70).

Dice que en Paya conoció a un panadero que “… cuando llegué estaba muy ocupado en hacer pan de raíz de la yuca, artículo en nada inferior a nuestro pan de maíz…” (Diario…pág. 71). Describe todo el procesamiento para producir dicho pan, que sería el cazabe, con poca higiene, pero “… el hambre me hizo pasar por alto la suciedad.”.

“… Este ha sido el viaje de un día más duro que jamás hice, yendo a través de tierra árida por la sequía (Entraba a una zona de vida de bosque seco), con nada que me interesara. (Diario…pág.78. Paréntesis y negritas, pt)

En Paya pasó una noche desagradable por la incomodidad habitacional que le tocó y donde colgó su hamaca.

Llegó a Baní, una “pulcra ciudad” de unas trescientas casas y mil habitantes, donde encontró de todo lo que no había visto en el recorrido; el cura, a quién no llama por su nombre, lo recibió afectuosamente y le dio importantes informaciones sobre un censo que había realizado, que establece que Baní tenía 4,650 habitantes.

Nos dice que Baní era autosuficiente con plantaciones de café, trigo, y azúcar. Exporta madera de caoba, leño de la vida, resina de guayacán, tabaco y cera. Decía que se alimentan con palomas, tórtolas y guineas silvestres.

El 23 de mayo al medio día parte para Sabana Buey, “… una pequeña aldea de no mucha importancia, pero una vez celebrada por su ganado, ahora un pequeño desierto tostado por el sol y el ganado, como de costumbre, destruido por el hambre”. (Diario…pág. 76. Negritas, pt.).

En Sabana Buey encontró “pobreza por todos lados”, pero lo que más le afectó a Dixon Porter, fue el número de ratas en la morada donde se alojó que le hicieron levantarse a las 3:00 de la madrugada y emprender viaje a hacia Azua.

Preguntaba qué busca la gente en Sabana Buey al observar poca o ninguna producción y la gente le decía que vivía ahí solo por el río Ocoa ya que éste, como el de Baní, tenía facultades curativas de la tisis o tuberculosis.

Sabana Buey para el 1846 fue un lugar estratégico-militar en la lucha independentista y como cantón o puesto militar históricamente, era la entrada para El Palmar en la Bahía de Ocoa. En ese punto de nuestra geografía estuvo el padre de la patria Juan pablo Duarte durante dos días, acampando con las tropas independentistas, debajo de una mata de Guatapaná o guatapanal que todavía sobrevive, como registra la historia municipal y que el lector no debe dejar de visitar cuando se desmonte de este caballo del 1846.