En otras ocasiones nos hemos referido a la energía solar como una fuente formidable de suministro energético para cubrir la demanda de nuestros edificios. A nivel de cultura general está muy extendido el conocimiento de dos tecnologías que son: la captación solar para su transformación en energía eléctrica (tecnología solar fotovoltaica) y la captación solar térmica para calefacción y agua caliente sanitaria (A.C.S.).

La solar fotovoltaica ha tenido un importante empuje en los últimos años. Su tecnología se ha desarrollado de tal manera que es relativamente fácil su integración en la misma piel del edificio, ya sea en su cubierta o fachada, formando parte de las soluciones constructivas de cerramiento en los organismos arquitectónicos. ¿Pero ha sido  posible conseguir lo mismo con la solar térmica?….Ciertamente en menor medida.

La tecnología solar térmica para producción de A.C.S. la conocemos en forma de colectores planos acristalados o no y colectores de tubo de vacío. Los primeros, y más extendidos, consisten en estructuras rectangulares de unos 2 m2 y entre 10 y 15 cm. de espesor, compuestas por varias capas: una metálica como absorbente, el circuito hidráulico conectado al anterior y un aislante que junto con el acristalamiento producen el efecto invernadero que luego sirve para transferir el calor al sistema hidráulico. Los segundos tipos de colectores, sin acristalamiento, trabajan a una temperatura aproximada de entre 50 y 70 ºC ( la mitad de los acristalados)  y sirven muchas veces como apoyo a los primeros o para necesidades menores de calefacción como las de una piscina. Los colectores de tubos de vacío se componen por una serie de tubos de vidrio individuales,  colocados de forma paralela y conectados a un mismo circuito. El vacío de los tubos permite alcanzar temperaturas cercanas incluso a los 190 ºC y es por esta razón que son especialmente recomendados para usos industriales que ameritan altas temperaturas para el agua caliente.

Factibilidad real

De estas tres tecnologías, la primera y la tercera, captadores acristalados y tubos de vacío, son los que permiten una mejor integración y dimensionado en la trama arquitectónica del edificio.  Es relativamente común ver perfectamente incorporadas placas fotovoltaicas de silicio policristalino en la composición de una fachada o ver las laminas thin film, de silicio amorfo, colocadas armónicamente  en una cubierta transitable o ajardinada. Lo propio puede pasar con estos dos sistemas de captación solar térmica para A.C.S…. Su integración en fachadas y cubiertas, no como un agregado, sino como elementos de composición y cerramiento resulta factible, agradable y por demás recomendable dentro del conjunto del edificio.

Dimensionado e instalación

Puede que el desafío técnico resulte mayor  – y de hecho lo es- a la hora de integrar la solar térmica como solución constructiva. Además de la de tener que ser una parte compositiva del todo de la envolvente, es preciso dimensionar la instalación correctamente, es decir, calcular la demanda de de los usuarios – como pasa con la fotovoltaica – pero al mismo tiempo determinar si la suma de orientación adecuada + superficie disponible + consideración del paso de las instalaciones es la adecuada según nuestros objetivos.

No es una casualidad que el desarrollo de la tecnología solar como generadora de energía haya tenido lugar en los países que menos horas de sol disfrutan al año. Tienen que mitigar el frío y es esta necesidad la madre de su inventiva.

Continuamos la semana que viene.