En el artículo anterior señalamos la retahíla de hechos que evidencian la pobre gobernabilidad y de institucionalidad que ha caracterizado al gobierno de Danilo Medina, dando continuidad al desorden, al irrespeto a la Constitución y a las leyes en los 54 años de transición del tipo de Democracia Representativa que nos hemos dado; después de ajusticiado el tirano Trujillo en 1961. Hechos y eventos históricos que también hacemos intento de esbozar en esta serie de artículos. Demostrando en cada periodo gubernamental la reproducción de las condiciones de gobernabilidad y políticas autocráticas y de hecho, dejar establecido que no ha sido desmontada la cultura autoritaria y monopólica de la “democracia” impuesta por la dictadura, manteniendo vigente el presidencialismo/personalismo, el cual muy por el contrario se ha fortalecido como reflejo y efecto de la pobre democracia interna e institucionalidad en la vida partidaria de los partidos que han ejercido el poder en el periodo señalado.
Cabe destacar, cómo se violentaron todos los procedimientos constitucionales e institucionales, tanto en el Estado como al interior del Partido de la Liberación Dominicana para imponer la modificación constitucional que permitiera la reelección de Danilo Medina. Ello cierra con garfio de pirata, todo intento de democratización, de institucionalidad, de respeto a la Constitución de la Republica, a las leyes y a la ética en el ejercicio del poder. La forma y las argucias empleadas para lograr los espurios objetivos, barrieron toda esperanza de tener un Estado institucionalizado, social y de derechos. Y los remaches del ataúd lo constituyen al pacto político firmado entre el PLD, PRD y PRSC, siendo estos además, los sepultureros de un tipo de democracia representativa que nunca pudo funcionar, ni al interior de esos partidos mucho menos en el Estado. Es decir, fracasó ese tipo de democracia representativa y al parecer también fracasaron esos partidos, y cabe preguntarse: ¿Terminaron su ciclo histórico?
En cada gobernante desde 1966 hasta hoy, encontramos de común y constante, un alto ego y el YO que no solo se queda en el ámbito del “compromiso personal”, frente a la administración pública, sino que adquiere la connotación patrimonial y mesiánica sobre los bienes públicos y demás instituciones que componen tanto los poderes del Estado como la administración pública, y sobre todo, del Presupuesto de la Nación. Se volvieron ajenos e indiferentes al pueblo que lo eligió, no se concibieron como servidores públicos, por el contrario, comprendieron para sí, que es el pueblo quien debió servirle a ellos y haberles dado las gracias por “sus sacrificios”.
Un rasgo del presidente Danilo Medina es su silencio ante justos reclamos sociales y ante la avalancha de escándalos en su gobierno. Lo que ha motivado al presidente de la Sociedad de Diarios, Persio Maldonado a señalar: “se esté llegando al extremo de que los medios de comunicación publiquen lo que los gobiernos quieren, debido a que los funcionarios no se exponen a que los periodistas le pregunten”. “Esa es la nueva tendencia de los gobiernos democráticos, contrario a regímenes conservadores, como el del ex presidente Joaquín Balaguer que, aunque era una persona arisca con los medios, cada semana permitía que la prensa le hiciera cinco o seis preguntas”, indicó. Agregó que “hoy no se puede hacer eso, porque el presidente Danilo Medina no se expone a que los medios le cuestionen sobre diversos aspectos de la vida nacional”. (almomento.net 02/11/15, Jhonny Trinidad).