Si el PLD pasa con éxito por la prueba de escoger como su próximo candidato presidencial a Leonel Fernández o a Danilo Medina, se registrará en República Dominicana un raro fenómeno político.

Considero sumamente difícil que escogiendo a uno de los dos como candidato se pueda mantener la unidad interna real en ese partido porque tanto ellos como sus respectivos seguidores son auto excluyentes. Por eso he escrito que al final se impondrá un tercer nombre por acuerdo mutuo o por decisión del sector de Danilo al interior del PLD.

El gráfico que me formo es algo así como dos gallos de pelea sueltos juntos en un corral (PLD) donde solo hay una gallina (la silla presidencial). Lo que va a pasar ahí es que uno tiene que matar (en este caso políticamente) al otro pues ambos saben que quien tome la gallina primero no la volverá a soltar y al otro solo le queda la opción de saltar el cercado o dejarse aplastar.

Ese es el problema.

Leonel parece estar claro de que si no regresa ahora al poder, no lo hará jamás porque sus fuerzas en los organismos de decisión del PLD se los arrebató Danilo en solo un año de gobierno. ¿Qué no haría Danilo con Leonel y los suyos si gobierna ocho años consecutivos?

Quienes piden a Leonel que abandere la reelección de Danilo, en realidad le están pidiendo que voluntariamente se liquide políticamente y para siempre –sépanlo o no- porque su futuro se volvería pasado y sus seguidores no tendrían ningún motivo para hundirse con él habiendo la posibilidad de migrar hacia quien tiene el poder y maneja el Presupuesto General del Estado.

Así que quienes desde su propio litoral le piden a Leonel que se sacrifique para “ganar” con Danilo y que se prepare para volver al poder en el 2020, le están pidiendo que se corte el cuello para luego colocarle una corbata y eventualmente la banda presidencial.

Leonel y sus seguidores tendrían que ser los ingenuos que no son para aceptar su liquidación sin hacer nada para impedirlo y sin alguna resistencia o negociación algo digna.

Y Danilo no puede dejar pasar a Leonel por el mismo motivo.

Si Danilo no fuerza una modificación constitucional para repostularse –y creo que no debe hacerlo porque sería un traje a la medida y una camisa de fuerza al orden institucional- sería una ingenuidad de marca mayor que deje que Leonel sea el candidato porque si éste recuperara el poder en un año sería nuevamente el dueño del PLD y con la experiencia acumulada con el aplastamiento que le ha hecho “su” gobierno, la venganza suya y la de su equipo tomaría ribetes de montonera.

Ya en el PLD nada debe extrañar. ¿Acaso el país no vio con sus ojos cómo un alcalde contrata a sicarios para matar a un regidor que reclamaba manejo pulcro de los fondos públicos?

¿Acaso alguien cree que ocho hombres armados fueron a la casa del viceministro de Energía y Minas en Cotuí a medianoche, intentan secuestrarlo y ante su resistencia y la de su familia lo matan a él y a su hijo, no se llevan nada de la casa y el “móvil” fue el robo?

Esos y otros hechos son apenas los preludios en un partido formado por Juan Bosch con jóvenes que debían luchar por la Liberación Nacional y que ha devenido en un cartel de intereses económicos que apela a cualquier procedimiento para aplastar primero a sus contrarios externos y para “disciplinar” a los adversarios internos.

Por esta realidad inocultable es que creo que al final la dirigencia y la base del PLD, pese a que la última es en gran proporción un vivero de clientela para ambos dirigentes, tratará de escoger a un tercer candidato, logrado por acuerdo o apoyado por Danilo, que evite una confrontación y tanto Leonel como Danilo sobrevivan internamente para medirse en 2020 en igualdad de condiciones y sin tener que forzar ahora una reforma a la Constitución que tiene apenas cinco años de edad.

No veo otra salida sin un trauma terrible en la unidad interna del PLD porque quienes hacen cálculos interesados olvidan que hay gente en el entorno de Leonel que van a preferir ser expulsados del partido morado antes que aprobar modificar la Constitución para abrirle el paso nuevamente a Danilo y con eso acabar de hundir a su líder.

Tampoco imagino a un Danilo dándole apoyo a Leonel para que recomponga su liderazgo y su poder que es lo mismo que dejar quemar en una noche lo que ha acumulado políticamente en tres años de gobierno.

Finalmente, Danilo no puede pensar que la popularidad de que goza hoy se mantendrá intacta si se manda a hacer un traje a la medida con la reelección que combatió y lo ultrajó. Algunos santos caerán de su altar y el trato que le dará Leonel no puede ser diferente al que le dio Danilo en las elecciones de 2008 y no creo que quienes hoy le piden al ex presidente que se sacrifique, le pueden exigir luego que se movilice.

Ansío ver el final de esta película para saber si es un “dramita” o una obra de terror.