Encabezo estas notas con la histórica frase del revolucionario Camilo Torres, porque es la actitud fundamental que debe inspirar a las personalidades, fuerzas y sectores sociales y políticos llamadas a unirse en propósitos y acciones para desplazar del poder el agotado modelo de gobierno del PLD.

Jerarquizo el criterio de Camilo por dos razones fundamentales: Porque ha sido estrategia aplicada por el PLD dividir y atomizar a su competencia política, como hicieron y continúan haciendo con el Partido Reformista, con el PRD, y buscan socavar al PRM, sonsacando a dirigentes que dizque “se van” al PRD.

Y segundo, por la sobrevivencia entre nosotros los opositores, especialmente los progres, de una cultura de vanguardismo, sectarismo y canibalismo político que ha dejado como perniciosa herencia de divisiones y subdivisiones dejando históricamente al país como pastel de los grupos ideológica y políticamente más atrasados, a los que se adscribió el PLD, abjurando de su origen ético y progresista,

“Es que somos gente sin vocación de poder”, me alegó alguna vez de manera autocrítica un dirigente hoy cobijado a la sombra del manto de clientela política improductiva en que el PLD ha convertido al Estado.

Generar una unidad férrea es la tarea más importante que tienen por delante los sectores sociales y políticos de oposición, para vencer a un adversario que ha hegemonizado y puesto a su servicio personal y político todos los poderes, instancias y recursos del Estado, usándolos sin ningún tipo de escrúpulos, incluso entre sus propias facciones.

Al entrar en el último tramo del fin del gobierno del PLD, hay un escenario  favorable a la oposición,  abonado por:

 1) derrota del danilismo en su pretensión de imponer en la Ley de Partidos las primarias abiertas a todas las organizaciones políticas;

2) contundencia de la #MarchaDelMillón en contra de la corrupción y la impunidad, dejando en claro que el pueblo mantiene contenidas pero activas todas sus fuerzas.

3) amplio y concreto rechazo político y social a la pretensión reeleccionista del danilismo, que seguro tuvo un poderoso influjo en el fallo del TC cerrando espacio a una alucinada malaventura que podía o podría desencadenar el caos;

4) crecimiento de la condena ciudadana al gobierno del PLD por su incapacidad de resolver con los hospitales, la seguridad ciudadana, calidad de la educación, desempleo, alto costo de la vida, corrupción e impunidad, desorden e irrespeto generalizados, y el desbordamiento de un endeudamiento que ahoga las finanzas públicas.

Mas es necesario que la oposición política y la resistencia social se unan sin fisuras, “insistiendo en lo que nos une y prescindiendo de lo que nos separa”, como pregonó Camilo,  que no haya opositores operando contra la oposición, que no deje espacios al gobierno del PLD para meter cizaña entre los opositores, y asumiendo que la contradicción fundamental, primaria, es sociedad Vs. Gobierno del PLD.