La política poblacional obligatoria del régimen comunista soviético en Rumania (1965-1989) terminó con el abandono de 170,000 niños y niñas en instituciones estatales. El estudio de los efectos en los cerebros y mentes de los niños institucionalizados, constituye la principal evidencia en contra de políticas autoritarias que niegan anticonceptivos e imponen la maternidad obligada y prolífera.
De 1966 a 1989 el régimen de Nicolás Ceausescu en Rumania determinó una política económica de desarrollar el “capital humano” y con ese objetivo implementó la política de crecimiento poblacional prohibiendo los anticonceptivos y el aborto e imponiendo un impuesto a las familias con menos de cinco hijos.
En sus inicios la población en Rumania aumentó rápidamente, pero como las familias eran muy pobres para mantener a todos sus hijos, muchos fueron abandonados en instituciones estatales. Cuando la revolución de Rumania depuso a Ceausescu en 1989, el país tenía 170,000 niños y niñas institucionalizados.
Los gobiernos posteriores intentaron resolver el “problema de los huérfanos”, pero la pobreza no aminoró y el abandono de niños continuó hasta por lo menos el 2005, según los investigadores que midieron el impacto en los niños y que son la fuente de datos de éste artículo, publicado en el numero de abril del 2013 de Scientific American: Charles Nelson III, profesor de pediatría, neurociencia, y psicología en psiquiatría de la escuela de Medicina de Harvard; Nathan Fox del departamento de desarrollo y metodología cuantitativa de la Universidad de Maryland; y Charles Zeanah, profesor de psiquiatría y pediatría y director del Instituto de Infantes e inicios de la Niñez de la Universidad de Tulane.
En 1999, los tres científicos estadounidenses solicitaron permiso del secretario de estado de Rumania para realizar un estudio del impacto de la institucionalización en el comportamiento y cerebros de niños y niñas. El Secretario de Romania solicitó un diseño que permitiera encontrar un modelo de albergue alternativo a los 100,000 niños y niñas que aún permanecían institucionalizados. El equipo de investigadores diseñó un modelo experimental en que un grupo entraría en el sistema conocido en inglés como foster care, o sistema de crianza en hogares temporales, financiados por el estado, y diferente a la adopción legal.
En el año 2000 se seleccionaron 136 infantes y niños y niñas jóvenes entre la población recluida en las instituciones estatales de Bucarest. Fueron seleccionados atendiendo a variables comunes para descartar otras causas explicativas de diferencias: (1) Ninguno tenía problemas de salud genéticos u otras deformaciones de nacimiento; (2) todos fueron abandonados durante las primeras semanas o meses de su nacimiento; y (3) el rango de edad fue de 6 a 33 meses, es decir, infantes y niños y niñas menores de dos años y 9 meses. Al iniciarse el estudio tenían en promedio 22 meses de edad.
La línea de base fue creada con evaluaciones físicas y psicológicas y la mitad de niños y niñas (68) fueron distribuidos al azar a 53 familias que conformaron el sistema de crianza temporal (foster care), creado, mantenido y financiado por el equipo de investigación, dado que era inexistente en Rumania (tampoco existe en la RD pero es común en los Estados Unidos). La otra mitad permaneció institucionalizada. Un tercer grupo fue seleccionado formado por niñas y niños que nunca fueron institucionalizados y residían con sus padres.
HALLAZGOS DEL ESTUDIO
El estudio duró 10 años y presenta la mejor evidencia lograda en la historia de la humanidad de que los niños que no reciben afecto y contacto físico íntimo durante los dos primeros años de sus vidas, tendrán su desarrollo personal bloqueado para el resto de sus vidas.
1. A la edad de 30, 40 y 52 meses de edad, el promedio del coeficiente de Inteligencia (IQ) de los menores institucionalizados estuvo alrededor de 70 puntos (entre 70 y 75); mientras los que entraron en hogares de crianza temporales tuvieron en promedio IQs con 10 puntos más elevados.
2. El promedio de los IQs de los menores que nunca fueron institucionalizados fue de 100 puntos, correspondiente al esperado en la población.
3. El estudio descubrió un período sensitivo definido por la edad cuando el niño o niña podía obtener el máximo desarrollo de su coeficiente de inteligencia (IQ) y de su capacidad para establecer un lazo afectivo con sus padres de crianza si se le colocaba en un hogar de crianza temporal. Este período es ANTES de cumplir los dos años de edad. Los hallazgos demostraron los efectos devastadores en la mente y el cerebro de los niños que permanecen los dos primeros años de sus vidas en el ambiente impersonal de una institución. Su crecimiento personal se verá bloqueado por no poder establecer lazos afectivos con ninguna persona, incluyendo sus futuros padres adoptivos.
4. Cuando los menores cumplían los 42 meses de edad (3.5 años) el estudio encontró que los menores colocados en hogares de crianza temporales antes de cumplir los 2 años de edad habían tenido “cambios dramáticos” en el establecimiento de relaciones afectivas. Casi la mitad había logrado el lazo afectivo con alguna persona, en comparación con solamente el 18 por ciento de los institucionalizados. En el grupo de menores nunca institucionalizados, 62 por ciento tenían enlaces afectivos.
5. Para los diagnósticos de salud mental, el estudio no pudo detectar períodos sensitivos. El 53 por ciento de los menores que alguna vez fueron institucionalizados fueron diagnosticados con alguna forma de problema mental a la edad de cuatro años y medio, comparado con el 20 por ciento entre los que nunca fueron institucionalizados. Antes de cumplir los cinco años, el 62.5 por ciento de menores alguna vez institucionalizados sufrían de algá desorden mental. El 44 por ciento de desorden de ansiedad y el 23 por ciento de desorden de hiperactividad con déficit de atención (ADEHD). La transferencia a un hogar de crianza temporal redujo el desorden de ansiedad, pero no el ADEHD.
Los estudios de casos revelan la historia detrás de los números; imposible de relatar en un corto artículo periodístico. Básteme señalar que me enteré de los casos de niños rumanos adoptados por familias estadounidenses en el 2010, cuando los medios televisivos reportaron y entrevistaron a padres adoptivos para informar a la población y desalentarlos para que no adoptaran niños haitianos. La cadena CNN dio a conocer la tragedia de Haití, y el caso de los niños abandonados por sus padres en orfelinatos o como servidumbre en otros hogares (restavek). Se carece de un número exacto pero las estimaciones antes del terremoto giran alrededor de 300,000 restaveks y 400,000 niños que se cree son huérfanos. Las condiciones de pobreza, la falta de acceso a centros de salud en Haití, y el poder económico y político de las Iglesias, crearon en Haití efectos similares a los de una política de crecimiento poblacional obligatorio.
Los niños rumanos adoptados por familias estadounidenses no pudieron integrarse a las familias. Su comportamiento era agresivo en la escuela y en el hogar. Fueron presentados casos de padres adoptivos que devolvieron los niños al gobierno rumano, y otros padres, con mejores ingresos, que los internaron en centros psiquiátricos privados de costo prohibitivo aún para la clase media. Algunos niños habían intentado o amenazado con matar a sus familias o compañeros de estudios o quemar sus residencias.
Como la ciencia no puede realizar asignaciones al azar experimentales con humanos, aprovecha circunstancias históricas como ésta para poder estudiar los efectos de situaciones deshumanizantes. El estudio tiene muchas lecciones para los legisladores, jueces y gobernantes, que están deseosos de satisfacer todos los caprichos de la Jerarquía Católica con el dinero del pueblo. La política demográfica de crecimiento nacional aplicada en Rumania es de facto la misma política de la Iglesia Católica Romana y de otras religiones.
La moralidad de un acto se mide por las consecuencias. Al mismo Jesús se le atribuye haber dicho, “por sus frutos los conoceréis”. En éste caso, la evidencia científica muestra que la mujer es la llamada a determinar el número de hijos que desea o puede tener y el momento adecuado para hacerlo. Esto garantiza la posibilidad de que niños y padres puedan ser felices y puedan dedicarles el amor, tiempo y dinero que la crianza de un niño requiere.
También muestra que un bebé es un una persona en potencia. Los bebés recién nacidos necesitan rodearse de afectos y toques físicos, además de depender de un adulto constantemente para todas sus necesidades, expresadas con llantos urgentes y continuos no muy agradables. Sin la dedicación de la madre o de una persona sustituta, no tendrán una mente y un cuerpo sano, no serán útiles a la sociedad ni serán felices. Por eso, los hallazgos de este estudio ponen de manifiesto el hecho de que ni la Iglesia ni los gobiernos pueden sustituir ni tomar la decisión que le corresponde a la mujer.
La Iglesia Católica Romana, dominante en nuestro país por el legado colonial, ejerce poder político, con varios fines: (1) Financiación del clero y sus operaciones, lograr personería jurídica de todas sus instituciones, y aumentar su riqueza inmobiliaria sin pagar impuestos ni mantenimientos; (2) monopolización del espacio estatal con dogmas católicos, (3) criminalización del aborto; (4) prohibición de la educación sexual en las escuelas, y (5) bloqueo del acceso a anticonceptivos y a los programas de salud sexual y reproductiva.
La iglesia ha logrado aplicar los cuatro primeros objetivos a través de legislaciones que se iniciaron en 1932, producto de su alianza con Rafael Trujillo, pero solamente ha logrado un éxito parcial con el quinto objetivo, de impedir el acceso a anticonceptivos. Pero bloquea su uso a través del púlpito en todo el territorio nacional y de bloquear la educación sexual en las escuelas públicas. Recientemente sorprendió a la sociedad con el recurso de amparo contra Profamilia. Esperamos que los jueces de la Alta Corte actúen con madurez de acuerdo a la Constitución y falle en contra de la apelación que busca exterminar jurídicamente a Profamilia.
De lograr impedir el uso de anticonceptivos en el país, regresaremos a la dictadura. La religión se fundamenta en la Autoridad, su poder es compatible con la monarquía que permanece legitimada por orden de una divinidad. No es compatible con la democracia, cuyas decisiones se fundamentan en las evidencias que aportan los métodos científicos de observación y lógica, y en la vigencia de valores humanistas que respetan los derechos humanos inalienables de cada ser humano (no de organizaciones), y que únicamente permite la discriminación basada en los talentos individuales de la ciudadanía.