En un mundo donde las patentes científicas, las de diseño y las de utilidad, en conjunto con la innovación industrial y las plataformas tecnológicas e informativas, rigen las riquezas de un país, es importante notar que, ya no es necesario robarle mentes al Tercer Reich.

El título de este artículo, posee un juicio soterrado, el cual iguala a los inmigrantes de una nación, a el valor de la moneda donde conviven. no es secreto que todos llevamos impregnados, una concepción generalizada que dicta que, el mayor valor de los inmigrantes es uno atado directamente, primeramente y efectivamente, al hecho de que son mano de obra barata. Que ellos son los que hacen cosas que los nacionales consideran deshonrosas y vergonzosas. Sin embargo, el articulo a continuación no surge de ese prejuicio. Este viene de un lugar totalmente diferente, casi desde del otro lado del espectro si se quiere.

Inspirado por excerptas de un debate de hace media década, que se viene compartiendo hace tiempo en las redes sociales y los chats grupales, en el cual participa el doctor físico MichioKaku, es que opto por desarrollar este artículo. Con “la ciencia es el motor de la prosperidad”, inician los casi tres minutos de escenas azulosas de un video semi-gastado, donde el científico nos comunica la valía de un grupo específico de inmigrantes de la nación americana. Y lo hace desde un punto de vista totalmente inesperado. Este américo-japonés, comienza su argumento, describiendo el liderazgo científico global que posee los Estados Unidos, como uno atado a “un artefacto poderoso. Un arma secreta llamada la H-1B.”

Es sorprendente aprender de su boca que, en lo referente a la revolución de la información y muchas de las ciencias adjuntas, los Estados Unidos no posee las bases de un sistema educativo para apoyarlo, ni mucho menos uno acorde con su posición en el mundo. La realidad es que su enseñanza pública sobre las ciencias, está quebrada y que, en el mejor de los casos, nos dice Kaku, que la ve insignificante. El controversial físico nos dicta en esos minutos iniciales del video compartido, la realidad del marco de instrucción científica que existe en la nación americana. Y que, a su vez, es uno solo comparable con los esquemas académicos de países del Tercer Mundo, si es que aún es así como se nos refiere.

Entonces surge la pregunta. Si esa es la realidad, ¿cómo se justifica el Valle de Silicona y sus grandes aportes en las últimas tres décadas? Aceptando que Estados Unidos sigue siendo una potencia tecnológica y científica, a pesar del supuesto déficit educativo y agrandamiento del índice de la estupidez, al cual muchos analistas se refieren, ¿cómo es que aún está liderando en esos campos? Y es ahí que regresamos al planteamiento del “arma secreta llamada la H-1B.” -Una Visa para Genios. Una autorización de trabajo, para inmigrantes con "ocupaciones especializadas".

En su mayoría, exclusivas a las áreas tecnológicas y científicas, pero no limitadas a ellas. En otras palabras, los estudiantes extranjeros que vienen a los grandes e importantes centros superiores de pensamiento y educación, potencialmente pueden continuar el estilo de vida que llevaron en sus años mozos, extendiendo su estadía, luego de graduarse de la universidad. Por ende, EEUU, luego de prepararlos, ofrece a estos “genios” o profesionales especializados, quedarse a vivir, obteniendo a cambio la nación, lo mejor que el mundo tiene que ofrecer en materias tan importantes como la biotecnología, la arquitectura, la contabilidad, las matemáticas, el derecho civil, cualquiera de las ingenierías, la astrofísica, la medicina, las artes en general, y porque no, hasta la teología. Por ello la denominación de, “Visa para Genios”.

Tal como en la Segunda Guerra Mundial, los países que lograron quedarse con los pensadores talentosos de las ciencias, fueron los que se convirtieron en las potencias globales. Hoy día, donde las guerras son eternas y los pensadores son escasos, los principales centros formativosy docentes, son la fuente de ideas que cumplen con la primera parte de ese propósito. Y en un mundo donde las patentes, la innovación y las plataformastecnológicas e informativas, rigen las riquezas de un país, es importante notar que, ya no hay que robarle científicos alemanes al Tercer Reich. Con el solo hecho de abrir las puertas de MIT, Cal-Tech, Yale, Harvard y Stanford, para posteriormente cederle una “Visa de Trabajo” a los genios extranjeros que estas produzcan, es suficiente para mantener el dominio económico, tecnológico y científico del mundo. Las invenciones que estos forjan, determinan crecimiento en el capital nacional, con la creación de nuevos empleos y en muchos de los casos, nuevas industrias. Casi la mitad de todos los “genios” beneficiados por esta Visa, vienen del área tecnológica o la consultoría.

"En esta nación", nos informa el físicoamérico-japonés, que "la mitad de los candidatos a doctorados, son personas nacidas en el extranjero". De igual forma insinúa a los espectadores que, con las actualizaciones comerciales y comunicacionales alrededor del mundo, "los graduandos ya llevan tiempo, optando por regresar a sus lugares de origen". Por ello es evidente el crecimiento de industrias y economías emergentes en las ultimas décadas. Impulsado por un nuevo cuerpo de emprendedores e innovadores, ya la India, Japón, China y la misma Corea del Sur se han convertido en potencias globales en la mayoría de los órdenes económicos de ciencia, tecnología y la comunicación. Y está demás agregar, que las iniciativas de muchos de esos emprendimientos, salieron de las aulas de los Estados Unidos o de los inversionistas que apoyan esas innovaciones.

Así como veo a los inmigrantes como el capital de países desarrollados, así mismo veo a las patentes que estos crean, como las divisas de las mismas. Y aunque en el título de este articulo oculto un acomplejado prejuicio, que todos llevamos incrustados, si miramos a las segunda y terceras generaciones de nuestras diásporas, entenderemos que el mayor valor de los inmigrantes no es el hecho de que somos mano de obra barata, que ejecutamos los oficios que los nacionales consideran vergonzosos, sino que somos una fuente que sabe capitalizar las oportunidades que toda nación que nos cobija, tiene para ofrecer.

Un reporte del Huffington Post, recientemente identificó que cada nuevo negocio es doblemente más probable a que sea creado por un inmigrante, que por un ciudadano nacido en Estados Unidos. Mas de 4 millones de personas son empleadas por empresas creadas por miembros de diásporas. Entre las empresas americanas, fundadas por inmigrantes están Proctor & Gamble, la hoy AT&T, Google, EBay, Radio Shack, Comcast, Yahoo!, Intel, Tesla, Capital One, Goldman Sacks, Colgate y Dupont, para mencionar algunas. 

40% de las principales 500 empresas de los Estados Unidos (Fortune 500), fueron fundadas por inmigrantes o sus descendientes.