En su blog, El laberinto de la identidad (http://laberintodelaidentidad.blogspot.com/), el colega español Fernando Broncano, profesor de Filosofía en la Universidad de Salamanca, nos cuenta sus experiencias relacionadas con un seminario sobre el tema de la injusticia epistémica.
Leyendo las situaciones de desigualdad y violencia en la sociedad española descritas por el Dr. Broncano, uno encuentra similitudes con las propias situaciones de violencia y desigualdad de la sociedad dominicana, a pesar de sus distintos niveles de desarrollo.
Nos identificamos al leer que en la sociedad española se sufre la inequidad de acceso a los recursos colectivos del conocimiento dentro de los sistemas de educación y salud en función de prejuicios basados en el género, la clase, la orientación sexual, o la apariencia física.
El Dr. Broncano nos remite a un fenómeno muy conocido, el de la estratificación del sistema educativo en función de clase. De modo paulatino, nuestras sociedades fueron estructurando un modelo donde un grupo de niños tiene acceso a un tipo de educación privilegiada gracias a su procedencia social, mientras la mayoría de la población queda excluida de dicha educación por proceder de sectores sociales marginados por el modelo de desarrollo económico. Esta situación injusta se agudiza porque el Estado no posee una política real dirigida a eliminar las brechas existentes entre los distintos segmentos poblacionales y sus accesos a los bienes sociales.
Como afirma el Dr. Broncano, se crean las condiciones para la generación de esa modalidad de la injusticia epistémica referida por la filósofa Miranda Fricker donde las personas no pueden interpretar de modo correcto los significados de las experiencias sociales que sufren por carecer de los recursos interpretativos para realizarlo (injusticia hermenéutica).
Así, los chicos que acceden a escuelas pobres tienen dificultades para interpretar de manera correcta los procesos sociales que los condenan por su pertenencia a una clase social excluida. Comprenden de manera distorsionada un conjunto de experiencias que pasan mediatizadas por los discursos y acciones generados en las instancias del poder político.
Del mismo modo, los pacientes carecen de recursos para interpretar sus experiencias en nuestros hospitales, mientras las autoridades epistémicas llamadas a ayudarles en su proceso de autoesclarecimiento, se convierten en un obstáculo para ello, pues gestionan los procesos de acompañamiento desde una dinámica autoritaria que los subestima y desconoce.
Se refuerza así el círculo de la injusticia hermenéutica y con ello, se replica una sociedad violenta.