Estamos a un solo día de la inauguración de la temporada de béisbol de las Mayores. Esto implica muchos asuntos, pero entre otros la disposición de uno para organizarse y seguir los juegos…incluso con el celular abierto en el bloc de notas!
Me encariñé bastante con la idea de que este año todo el asunto estuviera plagado de discusiones, con las cifras en la mano.
Solo habrá que tener acceso a los portales que hacen estas averiguaciones. Duraríamos mucho tiempo dedicados a esta misión. Esa fue la promesa inicial.
Hace mucho tiempo, en la avenida Bolívar, –a unos cuantos pasos del colegio New Horizons– había un restaurant donde se podían ver los juegos. Recuerdo como hoy haber entrado y sentir que era un sitio muy cómodo, aunque es cierto: nada como el hogar. Pero allí se daban desatadas peleas por apostadores a los Angelinos de California, –digamos– o a los Mets de Nueva York. Lo que está claro es que esto se daba no solo en Santo Domingo sino en muchas ciudades del país.
En ese establecimiento había mucha gente que no quería especular: los numeritos indicaban que tal jugador tenía mejor desempeño que otro, aunque esto entrara en una contradicción con el cronista de la tele. Era tiempo entonces de estar atentos: era una era política. Poníamos en el suelo los periódicos que traían las fotos de los mítines de los principales partidos políticos dominicanos. Ya en el suelo, podíamos diseccionar y atisbar quién tenía más gente en la foto.
Como le estaba diciendo a alguien recientemente, la bebida en el establecimiento no tenía por qué dejar de ser ron, pero en su mayoría se decantaba por la cerveza tradicional dominicana. Entre apuestas y todo aquello, uno entendía una de las mentalidades más a la mano de la sociología dominicana: “el ser beisbolero”. Tampoco olvidamos que los resultados de los partidos eran comunicados por una contestadora automática a la que llamabas con un número especial, algo que no existe hoy.
Era cierto: Bret Saberhagen decía lo que tenía que decir a los medios norteamericanos. Lo mismo sucedía con la entrevista que le hacía algún medio a Don Mattingly.
La gran afición de los Yankees en Dominicana es entendible debido a la gran cantidad de dominicanos en la gran manzana. Este año los partidos serán bastante entretenidos, le dije a alguien. Créanme, es una buena noticia en un año de pandemia, y que así sea es ya bastante.