Mucha gente cree que los precios suben porque el dólar sube. Es más, hay mucha gente que confunde los términos inflación con devaluación de la moneda. Tremendo error. Eso no significa que ambas variables no estén relacionadas, pues en economía difícilmente se encuentre un fenómeno que sea completamente ajeno a otros. Pero no necesariamente tienen el mismo comportamiento.

Como ejemplo podemos ver el gráfico que ilustra este artículo. Desde principios de 1991 el país ha mantenido una notable estabilidad macroeconómica, expresada en baja inflación, con excepción del 2003 y 2004, que fueron años de inestabilidad por la crisis de Banínter.

Que la inflación se haya mantenido baja no significa que los precios no hayan subido, sino que han subido poco. Como promedio, exceptuando esos dos años, la tasa de aumento de precios suele ubicarse entre el 6% y el 8% cada año. Eso no es mucho para un período corto, pero año tras año, en el transcurso de dos decenios es mucho el aumento que se acumula. En total, el índice de precios internos ha aumentado en un 498% en esos dos decenios. En promedio, un producto dominicano que costaba RD$100 en los años 1991-93 (promedio) ahora cuesta RD$598.

A la vez, en 1991 la tasa de cambio estaba a 12.58 pesos por dólar. A partir de ese nivel ha estado aumentando, pero a ritmos de entre 2% y 3% al año, salvo el incremento abrupto que tuvo lugar con la crisis de 2003-04, y su posterior vuelta a bajar. Finalizó el mes de julio pasado en RD$38.11 por dólar, de modo que en el mismo período tiene un aumento acumulado de 203%, mucho menos que la inflación. Eso significa que no es la devaluación la que ha provocado la inflación, puesto que de ser así ambas variables habrían subido al mismo ritmo.

La diferencia tan marcada entre ambos fenómenos es lo que los economistas denominamos revaluación real (o apreciación real) de la moneda. Claro está que esto tiene un importante efecto económico. Si en 1991 un producto costaba RD$100 y ahora cuesta RD$598 en el mercado local, entonces resulta evidente que conviene más comprarlo en dólares, en el exterior. Es cierto que el dólar también ha subido, pero mucho menos. Aquellos cien pesos antes equivalían a US$7.95, y ahora para adquirir esos dólares basta con tener RD$303 pesos. Si el producto no subió de precios en el exterior, cualquier ser racional se daría cuenta inmediatamente que es mejor comprarlo fuera en RD$303, antes que pagar los RD$598 que cuesta ahora el producto en la República Dominicana.

Naturalmente, es falso suponer que los productos no hayan subido en el exterior, pero muy poco, pues la inflación en dólares ha sido bajísima, de modo que sigue siendo rentable comprar fuera. Esto explica el persistente incremento de las importaciones, y la falta de competitividad de la economía nacional. Por eso, los productores nacionales de cualquier renglón observan que los bienes importados los van desplazando del mercado, y aquellos que producían para vender fuera ahora no encuentran a quien venderle. Claro está, sus costos internos se van ajustando con la inflación, pero sus ingresos no pueden sobrepasar la tasa de cambio. De ahí que la República Dominicana mantiene eternamente un gran déficit comercial, lo que solo se resuelve recurriendo cada año a grandes entradas de capitales, que se traducen en crecientes deudas frente al resto del mundo.