Los congresistas de este país, esa casta de “honorables” servidores públicos que con el sudor de su frente acuden cada día al congreso para honrar a la patria adjudicándose una gran porción del erario no sintieron ningún remordimiento para tener la cachaza de subirse sus lujosos sueldos, en adición al “barrilito”, exoneraciones, prebendas y demás obsequios que cobran del Estado. Congresistas que en las provincias que dicen representar ni las cucarachas que merodean sus rincones los conocen.
En este macondo caribeño, la odiosa subida de sueldos por parte de estos magnánimos servidores se convirtió en el tema central de toda una sociedad a través de diversos medios de comunicación en un grito unánime contra tanta desfachatez y desconsideración. A ellos no les importa que usted y yo, nos quejemos, gritemos o exclamemos ese robo público, con tantas necesidades que tenemos!!!
Esa raza especial y privilegiada donde muchos llegaron al Congreso con los talones cuarteados y hoy miran por encima del hombro. Simples “cobradores” de barrilitos, decidieron que es el momento oportuno de resarcir su inversión y su apoyo a la reelección del Presidente Medina, quien por cierto y como siempre, es el más permisivo de todos con un silencio que hastía.
Y como si esto no fuera poco, la guinda al pastel recientemente la puso la volátil senadora de Dajabón, Sonia Mateo cuando justificó la subida de sueldos en el Congreso con “a veces no tengo ni para comprar una botellita de agua”. Esta mujer conocida por varios escándalos y quien solo en el año 2010 amasó una fortuna de 33 millones de pesos, al parecer necesita más millones para compensar su eficiente labor congresual.
Si este país se respetara y el ejecutivo fuera otra cosa, el Congreso debería ser disuelto y renacido con caras nuevas y convertido en un congreso unicameral. ¿Cuál es la necesidad de dos cámaras llena de cobradores que llevan años sentados y no hacen nada por sus comunidades? Ninguna.
En ese sentido, el tema de la subida de sueldos en el Congreso puede ser un paliativo para distraer a la sociedad de los congresistas envueltos que cobraron sus comisiones del caso Tucano. Que sepan esos ilustres congresistas dominicanos que muchos en esta sociedad y por varias vías continuaremos exigiendo justicia en este asunto.
Amigo lector, observando este patético (nada nuevo) panorama político ¿usted sabe quiénes son los peores con esta situación? Nosotros. Sí, esta sociedad robada y violada, anquilosada que no se levanta que no tiene una oposición decente, creíble y unida donde todos juntos denunciemos este robo y provoquemos un cambio de sistema, un golpe bien dado.
Paradójico, mientras a esos congresistas se les multiplica los millones, a los cañeros que sí trabajaron el gobierno no les da sus pensiones.!!