Hay que seguir con atención lo que ha estado resultando de la Sentencia 012- 2019 del Tribunal Superior Electoral (TSE), que anuló la XXXIV Convención, extraordinaria, del Partido Revolucionario Dominicano (PRD).
Las presiones del poder político actual y sus acólitos sobre el presidente de ese tribunal y otros dos jueces de éste, no se han hecho esperar después que estos votaran para dejar sin efectos los acuerdos de esa convención, con la que le quitan piso a Miguel Vargas y los suyos, aliados vitales del gobierno de Danilo Medina.
El presidente del Senado, ministros del gobierno, incluyendo el de defensa, comunicadores, y personajes públicos, se han puesto en un "todos a una" para presionar en el sentido de que la decisión sea revertida.
Lo que se observa en este caso es exactamente una prueba más de que la República ha sido cercenada por la presidencia, incumbente del poder ejecutivo, que se ha sobrepuesto por sobre los demás poderes del Estado, reduciendo a la nada la independencia entre los mismos, y borrando los límites de competencias entre las instituciones.
Esas presiones expresan propósitos del Régimen para preservarse.
Congresistas que corroboran todo lo del presidente; ministros que deben obediencia y lealtad absoluta a este; comunicadores y medios dependientes de los fondos públicos; y lo que nunca falta, en estas circunstancias y como las que rodearon hace poco a doña Miriam Germán, bufones encargados de activar el "foro público" de marca trujillista para descalificar profesionalmente y dañar las honras, de quienes se colocan en contravía a la ruta que sigue el poder.
Ha trascendido que las presiones comenzaron tras bastidores apenas se tenían indicios de que el TSE se proponía por mayoría de votos de sus integrantes adoptar esa sentencia; o lo que es lo mismo decir, poner un obstáculo fuerte a los propósitos reeleccionistas del presidente Danilo Medina.
Y hecha pública la sentencia, ahora se mueven esas presiones de manera abierta por todas partes, desde las alturas del Palacio Nacional, del Congreso Nacional, de los cuarteles del ejército, y como “foro público” hasta por cunetas y alcantarillas digitales.
Este hecho debe ser seguido con atención, porque podría generar enormes dificultades al proceso electoral en curso, toda vez que se está descalificando a un componente esencial que deberá jugar un papel estelar a propósito de primarias y convenciones de partidos y movimientos, que deberán escoger a más de 4 mil candidaturas por cada uno de los 23 contendientes; entre estas, la más disputada y generadora de incertidumbre desde 1962 hasta hoy, cual es, la presidencial del PLD, por la cual quiere correr el presidente Danilo Medina, jefe supremo del Estado, del presupuesto nacional, las fuerzas armadas y la policía nacional.
Parafraseando parecido al rey Salomón, donde hay tan amplias y agudas competencias, nunca falta el conflicto.
¿Qué entonces, si el árbitro carece de legitimidad para sortear soluciones a los conflictos que se presagian?
Atentos. Porque con todo lo que ocurre en el entorno latinoamericano y caribeño a la luz de las pretensiones norteamericanas en la región, y la actitud de cipayo del gobierno, junto a los graves problemas sociales, económicos, de corrupción e impunidad del país, el conflicto en torno al TSE, podría comportar indicios de una crisis política.
Vista la situación desde la categoría marxista de crisis política, todavía no la hay en el país. Pero este hecho del TSE, podría ser el hilo que conduzca a una.
Es otro hecho que pone en relieve que el presidencialismo en manos de Danilo Medina, ha devenido en cercenar la República e implantar un Régimen, cuyo adjetivo corresponderá a los estudiosos de la Ciencia Política. Así las cosas, no es dable esperar que la solución se encuentre en la lógica de los contrapesos entre los poderes del Estado, que ahora mismo son pura formalidad, escrita sobre “un pedazo de papel”.
De momento, es una simple fisura "entre los de arriba". Por eso es un simple indicio de crisis política.
La coyuntura electoral no acaba de formarse. Hay posibilidades de que en los próximos meses se configure un escenario marcadamente diferente al que ha prevalecido en los últimos 20 años.
Es solo una posibilidad. Pero hay que estar atentos. Para hacer "el análisis concreto de la situación concreta". Para intervenir, dentro del proceso, no fuera; y siempre desde la perspectiva de abrir compuertas al progresismo y la Izquierda. En cualquier caso, y para los fines que sea, es importante que la lucha de masas tome cuerpo, porque es la única garante de un cambio con calidad democrática.